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La UE extiende hasta el 2024 el veto a los moluscos vivos de Turquía

Somos Mar REDACCIÓN / LA VOZ

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xunta de galicia

La Comisión todavía no ha podido auditar sobre el terreno las medidas correctoras establecidas en un sistema de control cuyos técnicos recibieron formación en el Intecmar

31 mar 2022 . Actualizado a las 04:50 h.

Los Estados miembros de la UE seguirán teniendo prohibido hasta diciembre del 2023 importar para consumo humano moluscos vivos o refrigerados de Turquía. Así lo ha determinado la Comisión Europea mediante el reglamento 2022/478, que extiende el veto vigente desde el 2013 debido a que a causa del covid-19 los técnicos comunitarios no han podido comprobar sobre el terreno si realmente se habían subsanado las deficiencias de un sistema de control puesto en entredicho después de que las auditorías de la Comisión detectasen deficiencias y que los Estados miembros informasen de partidas no conformes de moluscos bivalvos originarios de Turquía que no cumplían las normas microbiológicas de la Unión Europea.

Sí se podrán importar moluscos bivalvos si están congelados o transformados, pero se exige un control exhaustivo por parte de los Estados miembros que, mediante planes de muestreo y métodos de detección adecuados, comprobarán el nivel de contaminación por Escherichia coli y la presencia de biotoxinas marinas en todas las partidas de moluscos bivalvos congelados o transformados.

Esos bivalvos deberán permanecer en el punto de inspección fronteriza (PIF), bajo supervisión de las autoridades competentes, hasta que se reciban los resultados de las pruebas. De detectarse que una partida puede ser nociva para la salud humana, la autoridad competente procederá a su incautación de inmediato y la destruirá o la someterá a un tratamiento especial. Los gastos realizados por los Estados miembros en aplicación del presente Reglamento correrán a cargo del responsable del envío en el momento de su presentación en el puesto de control fronterizo de entrada en la Unión, o de su representante.

Auditorías

La importación de moluscos bivalvos vivos desde Turquía se estableció en el 2013, después de varias alertas por elevada carga microbiológica, cuando no tóxica, de las partidas. En septiembre del 2015, según detalla el reglamento publicado en el Diario Oficial de la Unión Europea (DOUE), se realizó una nueva auditoría por parte de la Comisión, que tuvo lugar en septiembre de 2015, constató que seguían existiendo deficiencias significativas en el sistema de control de los moluscos bivalvos destinados a la entrada en el mercado comunitario, por lo que se prorrogó el veto. En enero del 2020, las autoridades turcas presentaron información sobre las medidas correctoras adoptadas para subsanar tales deficiencias, pero aunque la información «se evaluó favorablemente sobre el papel, todavía no ha sido posible realizar una auditoría sobre el terreno para verificar la aplicación de esas medidas». Por tanto, hasta que los resultados de esta auditoría se consideren favorables, las medidas impuestas por del 2013 «deben mantenerse en vigor», dictamina el Ejecutivo comunitario.

Para tratar de corregir las deficiencias, técnicos del Ministerio de Agricultura de Turquía, por indicación de la DG-Sanco (Dirección General de Sanidad y Protección del Consumidor), recibieron formación en el Intecmar (Centro de Control para a Calidade do Medio Mariño) sobre control de moluscos bivalvo. Los funcionarios turcos conocieron el funcionamiento de los controles oficiales exigidos en la Unión Europea (UE) en la producción y comercialización de moluscos bivalvos y otros organismos marinos.