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El paro del transporte amenaza con noquear a la conserva, vapuleada sin tregua desde enero

Pablo Penedo Vázquez
pablo penedo VILAGARCÍA / LA VOZ

SOMOS MAR

Imagen de archivo de una conservera gallega
Imagen de archivo de una conservera gallega Martina Miser

Grandes como Friscos a duras penas logran seguir con escolta policial; pequeños como Conservas de Cambados, a punto de parar en medio de una subida del 50 % de los costes de producción en lo que va de año. Los grandes abastecedores de cartón y latas de Arousa se verán abocados a hibernar en cuestión de una semana de no resolverse antes el conflicto

23 mar 2022 . Actualizado a las 12:37 h.

La sucesión de crisis de consumo, primero, y de disponibilidad de materias primas, después, alcanzó la semana pasada el nivel de tormenta perfecta con el paro de transportistas acelerando la reacción del cóctel molotov prendido por la invasión rusa de Ucrania. Una tormenta perfecta que amenaza con llevarse por delante buena parte de los actores y sectores productivos del país. Entre ellos, una de las actividades esenciales en la economía de la ría de Arousa: la conserva. Grandes y pequeños del sector dibujan un sombrío panorama y el fantasma de la producción cero en cuestión de días si no se resuelve al menos la parálisis provocada por los piquetes de transportistas.

«Mucho. Nos está afectando mucho. A nivel de producción estamos asegurando el acopio de insumos con la ayuda de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado para no mandar a la gente al paro o a un ERTE». Así, explica su director comercial y de márketing, Antonio Vázquez, está tirando adelante Friscos, una de las grandes conserveras de Galicia, con una plantilla superior al centenar de trabajadores y una facturación que en el 2019 frisaba los 38 millones de euros.

La situación generada desde el lunes 14 por la acción de los piquetes ha obligado a la factoría de Catoira a reducir sus habituales dos y hasta tres turnos de trabajo a tan solo uno, cuando debería estar fabricando a pleno rendimiento con atunes y bonito. El único consuelo, «no es época de marisco». No obstante, expone Antonio Vázquez, el mayor problema se encuentra en la salida de la producción: «Estamos teniendo muchísimas dificultades para encontrar camiones. Nuestro modelo es de just in time — contar con la cantidad necesaria de producto para reducir el volumen de estocaje— y las salidas de la fábrica han caído más del 90 %». A lo que se le suma el bloqueo en puerto de los contenedores refrigerados con los que Friscos se surte de materia prima, con un coste económico enorme para la firma. 

Loca espiral alcista de los costes de producción en menos de tres meses

Buena parte de los esfuerzos de la dirección de Friscos desde hace diez días se centra en «programar nuestra logística y actividad día a día, hora a hora, con una exigencia y un desgaste enormes», señala Vázquez. Una crisis dentro de una crisis, cual matrioska rusa: «A principios de año hubo un mega incremento de entre el 20 y 25 % de las latas, después vinieron todas las subidas derivadas de la crisis de Ucrania; energía, pescado... En lo que llevamos de año casi llevamos un 50 % de aumento de los costes de producción», hace constar el director comercial y de márketing de Friscos, que concluye aventurando que «a muchas empresas las llevará a la quiebra».

Xesús Alfonso es el gerente de Conservas de Cambados. Con cerca de 50 trabajadores y 5,5 millones de euros de facturación, la firma ejemplifica lo que pueda estar pasando buena parte de la pequeña conserva gallega: «Desde o luns pasado levamos sen sacar un pedido. As empresas de transporte estaban sufrindo boicot. Nós temos un furgón e un camión e indo baleiros á lonxa de Rianxo, na rotonda de Catoira, un piquete nos dixo que tiñamos que volver igual, sen carga». Así las cosas, con «cos barcos e coas lonxas parados», Conservas de Cambados, cuyo negocio se sustenta principalmente sobre producto fresco, lleva trabajando desde el inicio de la huelga «co pouco que manexamos conxelado», cuenta su gerente. Con ese producto en cámara podrá tirar el resto de la semana y parte de la siguiente. Después, de no haber solución al conflicto del transporte, su ritmo de producción pasará «de cen a cero», sumándose el golpe a los recibidos por la subida de los insumos y la ruptura del abastecimiento de aceite de girasol tras la invasión de Ucrania, lamenta Alfonso.

«El gran fracaso es no asegurar unos servicios mínimos»

Entendiendo las reivindicaciones de los transportistas, el director comercial y de márketing de Friscos pide un acuerdo de las partes porque, advierte, «si esto se alarga tendrá un impacto a medio plazo en todos los sectores de difícil recuperación». Vázquez opina que «el gran fracaso es no asegurar unos servicios mínimos con corredores» para evitar el desabastecimiento en los súper o «que los ganaderos se planteen sacrificar animales y se retrasen operaciones. Me parece terrible», sentencia.

MONICA IRAGO

Los grandes abastecedores de cartón y latas, DS Smith y Trivium, abocados a hibernar aislados de sus clientes

Como el director comercial y de márketing de Friscos, Xesús Alfonso, gerente de Conservas de Cambados, hace constar la locura alcista que se ha adueñado de toda la cadena de suministros de la que depende la industria conservera. Una dinámica que llevó a la pequeña firma arousana a acopiar latas «a comezos de ano cando subiu o prezo», con las que podría trabajar otros dos meses más de tener producto para envasar. También a ver cómo del cambio anual de tarifas hasta el 2021 el cartón «empezou o ano con tarifas quincenais e desde a semana pasada xa só pasan prezos previo presuposto», indica Xesús Alfonso.

Tal es el drama presente, que a día de hoy ya no es siquiera este panorama de precios de locura el mayor problema para aquellas firmas conserveras que sigan pudiendo trabajar y que, al contrario que Conservas de Cambados, se encuentren al límite en su estocaje de cartón y envases de metal.

Así se desprende de los dos grandes productores de ambos componentes en la comarca. En Meis, Trivium Packaging dispone aún de metal para trabajar dos o tres semanas más, pero a corto plazo, maneja dos graves problemas: la falta de componentes para el embalaje y la cercanía al límite de su capacidad de almacenamiento de producto manufacturado toda vez que el paro le impide servir a sus clientes. Es por ello que, de no solucionarse el conflicto, «la próxima semana tendremos que plantear al comité de empresa medidas de flexibilidad laboral lo menos lesivas», explica Almudena Alonso, responsable de recursos humanos de la firma, desde el uso de días de vacaciones a la creación de una bolsa de horas libres recuperable más adelante.

En la fábrica vilagarciana de DS Smith, la antigua Lantero, los piquetes han bloqueado la salida de cartonaje. La firma ha redistribuido turnos, bajado su producción y elevado las horas de mantenimiento y limpieza de maquinaria.