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La salida de Lina Solla del consello abre un nuevo frente en el sector del mejillón

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

SOMOS MAR

MARTINA MISER

La empresaria asegura que la venta de Linamar a Aguinaga deslegitimaría su presencia en el pleno de la DOP

24 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Lina Solla llegó a la presidencia del Consello Regulador do Mexillón de Galicia en noviembre del año 2020. Todo apunta a que no agotará el mandato: ella misma lo da por hecho. La absorción de Mariscos Linamar por parte del grupo Aguinaga ha provocado una serie de movimientos encadenados que parecen conducir a la empresaria fuera del edificio de A Mariña (Vilagarcía). El asunto es sencillo, tal y como señala la aún presidenta del Mexillón de Galicia: Lina Solla fue elegida miembro del pleno del consello, y también presidenta, como representante de la empresa Linamar. La desaparición jurídica de dicha firma obliga a Solla a salir de la dirección de la DOP e incluso de la vocalía del pleno.

Cuando se cerró la operación empresarial nadie cayó en el escenario que se abría. Hasta que alguien llamó la atención sobre la incierta situación en la que quedaba la presidenta del consello. A partir de ahí, se encargó un estudio a una consultoría jurídica para cotejar qué es lo que dicen exactamente los estatutos y cuáles son los pasos que se deben dar para que el organismo se sitúe siempre dentro de la legalidad. Ese dictamen ha sido remitido a la Xunta de Galicia, que deberá estudiarlo y actuar en consecuencia. No parece que haya muchas opciones después de que el asunto haya salido a la luz y que la propia presidenta del Consello do Mexillón de Galicia haya expresado que abandona las riendas de ese organismo por una cuestión de ejemplaridad. Al respecto de esta cuestión, Solla se ha mostrado tajante: «Es un tecnicismo en el que no habíamos reparado, pero es un tecnicismo que está ahí, y está ahí para todo el mundo. Hay que cumplirlo y punto», señala. Reconoce que la incompatibilidad que ha surgido ha sido una sorpresa que «nos ha dejado un poco descolocados a todos», pero considera que su relevo no va a suponer ningún problema: «Entre los miembros del pleno se elegirá a quien ocupará la presidencia. Y no va a haber problema, porque cualquiera de las personas que forman parte de ese órgano está sobradamente capacitada para ocupar ese puesto», asegura Solla.

La elección de esta mujer para llevar las riendas de la DOP supuso una pequeña revolución en el consello. Por un lado, fue la primera mujer en tomar las riendas de esta entidad. Por el otro, era la primera vez que la presidencia recaía en un representante del sector transformador, y no productor. De hecho, las principales asociaciones de bateeiros, ni siquiera dieron la batalla para volver a ocupar la presidencia. Decían, entonces, entender que había llegado la hora de dar una oportunidad a otra forma de hacer las cosas.

No parece que el cambio haya resultado traumático para nadie en el sector del mejillón. Pero en ese mar, la calma aparente puede ser engañosa. De hecho, son varias las voces que apuntan a que tras la salida de Lila Solla de la presidencia hay un cierto mar de fondo. Una parte de la producción habría acelerado el proceso de salida de Lina Solla, forzándola a dejar el puesto tras salir a la luz el problema que había planteado la venta de su empresa, y obligándola a tomar la decisión que ayer verbalizó.

«Hay quien ha querido forzar cambios; ya los tienen», señalaban ayer desde dentro del pleno. Desde la dirección del consello, por su parte, se están «buscando alternativas» para que el relevo de Solla resulte lo más tranquilo posible.