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Naufragio en Terranova: El tercer superviviente del Villa de Pitanxo es un marinero de Marín nacido en Ghana

E. Abuín / S. Cabrero / C. Barral / M.Varela REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

Roberto Soliño

Samuel Koufie, de 30 años, tiene cinco hijos y ha conseguido salvarse junto al patrón, Juan Padín, y su sobrino Eduardo Rial. Varios de los cuerpos recuperados ya han sido identificados, pero no han trascendido sus nombres. A última hora de este miércoles se suspendía el operativo de búsqueda

16 feb 2022 . Actualizado a las 21:46 h.

El tercer superviviente del naufragio del Villa de Pitanxo, que se hundió en la madrugada del martes a 250 millas de Terranova, es un marinero de Ghana, según ha confirmado la conselleira de Mar, Rosa Quintana, en una entrevista con los medios públicos gallegos. La armadora confirmó este miércoles que se trata de Samuel Koufie, un marinero natural de Ghana de poco más de 30 años. Según explica un amigo de Marín, el joven llegó al puerto de Vigo hace diez años en un barco. Samuel logró regularizar su situación y adaptarse a la vida en Galicia. Tuvo que formarse para poder mejorar. Consiguió la competencia marinera y se sacó el carné de conducir, además de hablar un buen castellano y manejar algunas palabras de gallego. Casado con Emilia y padre de cinco hijos, su sueño es poder algún día traer a su familia a Marín. Para ello es consciente de que necesita un trabajo estable y unos ingresos. Y en eso está. Samuel no pudo estudiar y no quiere que eso se repita con sus vástagos. El más pequeño, Jonathan, nació hace solo unos meses y solo lo conoce a través de las fotos que le han enviado al móvil. 

Los otros dos profesionales que han sido rescatados con vida son Juan Padín, el patrón del barco, y su sobrino Eduardo Rial, ambos de Cangas. También se ha sabido que varios de los cuerpos recuperados por el Playa de Menduíña Dos, el Novo Virgem da Barca, el Franca Morte y la plataforma de apoyo canadiense Nexus han sido ya identificados, pero por ahora no han trascendido sus nombres.

Entre los familiares cunde la desesperación porque a estas alturas todavía desconocen la suerte que han corrido sus allegados. Además de las tres personas que han sido rescatadas con vida, se han podido recuperar nueve cuerpos y doce marineros permanecen desaparecidos.

A lo largo de este miércoles, las fuerzas armadas y de salvamento marítimo canadienses desplegadas en la costa de Terranova estuvieron rastreando la zona para localizar los restos y la tripulación desaparecida del Villa de Pitanxo, que naufragó en la madrugada del martes a 250 millas de la costa. El tiempo, sin embargo, se presentaba aún más inestable y las olas superan ya los diez metros de altura. Así lo confirma a La Voz el teniente comandante Brian Owens, del Centro de Coordinación de Rescate con base Halifax, responsable del operativo de búsqueda. De hecho, a última hora del miércoles, las autoridades canadienses decidían suspender el operativo de búsqueda. La reanudación dependerá de cómo vaya evolucionando el tiempo. Los tres supervivientes se encuentran todavía en el buque Playa de Menduíña. 

El operativo de búsqueda y rescate ha estado trabajando toda la noche y ha seguido toda la jornada de miércoles hasta esta suspensión. Tanto el avión Hércules como los dos helicópteros que participan en las tareas regresaron a la costa para repostar y se incorporarán de nuevo cuando se haga de día (el sol sale a partir de las 07.14, hora local). Owens informa que las olas superan ya los diez metros de altura, cuando el martes, durante la borrasca, eran de cuatro metros. El tiempo ha empeorado y «complica la búsqueda». Sin embargo, el teniente comandante asegura que están «comprometidos» a continuar con los trabajos «hasta encontrar a la tripulación que no ha aparecido aún».

«Estamos allí desde el minuto uno y continuaremos hasta que se considere oportuno», acertaba a decir este miércoles Juan Barreiro, armador del arrastrero congelador Playa de Menduiña, también de O Morrazo, como el Villa de Pitanxo. Notablemente afectado por la suerte de los marineros del pesquero de Marín y por la experiencia que están viviendo los suyos en estos momentos, Barreiro advierte: «No hay ningún mar en el que sea fácil de pescar», aunque para él «una de las circunstancias especiales de trabajar allí, en Terranova, son las aguas frías, porque temporales los hay en todos los lados, desgraciadamente. Para nosotros es una desgracia lo que ha pasado».

El Villa de Pitanxo, un arrastrero de 50 metros de eslora del Grupo Nores de Marín y propiedad del armador Manuel Nores, naufragó en la madrugada del 15 de febrero a 250 millas náuticas de Terranova. La tripulación estaba conformada por 24 personas: ocho gallegos de un total de 16 españoles —aunque media docena tienen ascendencia extranjera—, cinco peruanos y tres ghaneses. 

La primera alerta saltó sobre las cinco de la madrugada hora española (las doce de la noche en Halifax) cuando se perdió la señal de la caja azul —un dispositivo instalado en los pesqueros para facilitar información al Centro de Seguimiento de Pesca (CSP). A las 5.25 horas, tal y como precisaron el delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones, y Salvamento Marítimo; desde el pesquero se emitieron dos llamadas de socorro. Apenas media hora más tarde, en torno a las seis de la mañana, confirmó la subdelegada en Pontevedra, Maica Larriba, «saltó la baliza de que se había hundido el barco». 

La dotación del Playa Menduíña Dos fue la que, a las 10.37 horas, avistó cuatro balsas salvavidas y multitud de restos. En una de estas lanchas se hallaban tres supervivientes «en un estado de shock hipotérmico porque la temperatura del agua es terrible, muy baja», explicaban. En pleno invierno, el mar en la zona de Terranova puede estar a entre dos y cuatro grados de temperatura. 

A última hora del martes, los equipos de rescate habían conseguido recuperar nueve cuerpos, mientras que otros doce tripulantes permanecían desaparecidos. Las labores de búsqueda continúan a destajo, pero la situación del mar está dificultando el trabajo. En el lugar del siniestro está el patrullero de los guardacostas canadienses Cygnus, que ha asumido la coordinación del operativo. Este está participando en la búsqueda con la plataforma de apoyo Nexus y los pesqueros Río Caxil y Franca da Morte, a los que se ha unido un avión del Coast Guard, ha informado Salvamento Marítimo. En cuanto amaneció se unieron cuatro pesqueros más: Luitador, Pascual Atlántico, Novo Virgem da Barca y Playa Menduíña. 

La tarea no es fácil. El rastreo se realiza en medio de vientos de 25 nudos, con mar arbolada y entre olas de 6 y 7 metros que complican la operativa. Los trabajos se suspendían por el mal tiempo a última hora de este miércoles.

En la zona permanecen los tres supervivientes, el patrón del barco, Juan Padín; su sobrino, Eduardo Rial, y el marinero natural de Ghana, Samuel Koufie. También están los cuerpos de nueve marineros, de los que solo se sabe que dos son gallegos. Se siguen buscando a las otras doce personas que estaban enroladas.  

El delegado del Gobierno, José Miñones, acompañado de la subdelegada en Pontevedra, Maica Larriba, se ha reunido este miércoles con el armador del Villa de Pitanxo, el Grupo Manuel Nores. Por su parte, la Xunta de Galicia ha decretado tres días de luto oficial en Galicia por el naufragio del pesquero Villa de Pitanxo. «Galicia é unha gran familia e, cando unha gran familia é golpeada por un acontecimiento tráxico, únese na dor para atopar un consolo que non sempre é doado. Vén de producirse nas augas de Terranova unha das peores traxedias marítimas dos últimos tempos co afundamento do Villa de Pitanxo», sentenciaba el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, durante la declaración institucional. «A gran familia que é Galicia chora ais seus fillos, é tempo de incorporalos á nosa memoria para que a súa traxedia non se esqueza, e de acompañar aos que perderon aos seus para que non se sintan desamparados na dor que lamentablemente ninguén lles pode quitar», aseguró.

Los homenajes se suceden por toda la comarca de Pontevedra, impulsados por distintas instituciones y administraciones. Así, en el caso de Marín, localidad donde tenía base el pesquero, las banderas ya ondean a media asta en la casa consistorial, mientras que a las 20.00 horas está convocado un pleno extraordinario en el que está previsto guardar un minuto de silencio. También se repitió el gesto delante del Concello de Pontevedra y de la Delegación Territorial de la Xunta en la ciudad del Lérez. Por su parte, la Diputación de Pontevedra se sumó al luto oficial por la tragedia del hundimiento del pesquero y la presidenta, Carmela Silva, trasladó personalmente las condolencias a loa alcaldes de Marín, de Cangas, de Moaña, de Bueu y de Cambados.