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Navantia, relegada en el programa de fragatas de Polonia

Beatriz García Couce
Beatriz Couce FERROL

SOMOS MAR

ARMADA

Las negociaciones en el país se centran ahora en un astillero alemán y otro de Reino Unido

19 feb 2022 . Actualizado a las 12:35 h.

Navantia ha quedado relegada del programa polaco para el diseño y la transferencia de tecnología de tres fragatas. Desde el verano, los astilleros públicos españoles se encontraban en la lista corta con uno alemán y otro británico, pero la Defensa del país acaba de anunciar que las negociaciones se centrarán ahora en estos dos últimos. «Las propuestas presentadas por los socios industriales alemanes y británicos se consideraron las más favorables», afirman en un comunicado público las Fuerzas Armadas del país.

La empresa presidida por Ricardo Domínguez concurría al proceso con el modelo F-100, y aunque no ha sido excluida oficialmente, en la práctica supone la pérdida de las oportunidades a las que aspiraba.

Polonia construirá las fragatas en sus astilleros PGZ, que contarán con un aliado extranjero para el diseño y la asesoría técnica de las unidades. «El Ministerio de Defensa Nacional decidió que la respuesta preferida a los desafíos que plantean las nuevas fragatas de la Armada polaca serán los proyectos de dos renombrados proveedores de soluciones de esta clase. Ahora nos enfrentamos a la tarea de cerrar sin problemas el proceso de negociación y concluir los acuerdos apropiados», afirmó Sebastian Chwalek, presidente de la junta directiva de PGZ SA. 

La compañía polaca sitúa en la primera quincena de marzo la firma de los acuerdos de cooperación estratégica, para pasar luego a la fase de diseño preliminar, ya que la construcción no comenzará hasta el 2023.

En los últimos años, Navantia ha participado en distintos concursos para el diseño y transferencia de tecnología para la construcción, en astilleros extranjeros, de fragatas. Es el caso de Australia, Canadá, Estados Unidos, Grecia, y ahora Polonia, y en ningún caso ha cosechado éxitos. La empresa pública cuenta con un modelo, las F-100, cuya construcción comenzó en la década de los 2000, es decir, se inició hace más de 20 años, mientras que está a punto de desarrollar uno de los mayores encargos para la Armada española: las F-110, un modelo que aún no está probado en la mar. La fabricación se llevará a cabo en Ferrol, a partir de finales de marzo.

Desde la representación de los trabajadores de la empresa pública no se ha dejado de insistir en los últimos años en que detrás de su pérdida de competitividad se encuentra, entre otros, la falta de inversiones para su modernización. La compañía está inmersa en un plan estratégico que, entre otros, tiene por objetivo la revolución digital de los procesos y su automatización, con el fin de reducir costes y plazos. En el marco de ese programa estratégico se construirá un megataller en el astillero ferrolano para fabricar bloques -partes de los buques- más grandes y en menor tiempo. No obstante, cuatro años después de que el plan entrase en vigor, aún no se han acometido las inversiones pendientes, y los trabajadores continúan reclamando la construcción de un dique cubierto para dejar de construir en grada y hacerlo como el resto de sus competidores.

La tramitación del taller de subbloques comenzó en el 2019, aunque el Ministerio de Defensa declarará la obra de interés público y se prevé que el proceso avance más rápido a partir de ahora.

 

Otros objetivos

Los últimos reveses no impiden que la compañía continúe pujando por nuevos contratos en los mercados internacionales. Así, en estos momentos aspira, entre otros, a fabricar dos buques de aprovisionamiento en combate para Egipto, al diseño y la transferencia de tecnología para la construcción de un segundo megabuque para la Armada de Turquía y a otros buques para la India