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Un policía local se lanza al mar en Cabo Estai para salvar a un náufrago: «Si no lo sacamos, se muere»

SOMOS MAR

El agente Pablo Berges logró evitar que una persona de 35 años se ahogara tras volcar su lancha cuando pescaba

12 feb 2022 . Actualizado a las 02:11 h.

«Si no lo sacamos, se muere; estaba agotado y los brazos ya no le daban», dice Pablo Bergés, agente de la Policía Local de Vigo que se lanzó al agua ayer miércoles para salvar a una persona en Cabo Estai. Todo comenzó en torno a las dos menos cuarto, cuando en la centralita de la Policía Local de Vigo se recibieron varias llamadas de particulares advirtiendo que una persona lucha en el mar por llegar a la costa sin conseguirlo. El suceso fue localizado en las inmediaciones de Cabo Estai, en Vigo. En las proximidades del lugar se hallaba una patrulla de medioambiente de la Policía Local, que reciben en el argot policía el nombre de Toxos. Los dos agentes del Toxo 20 bajaron a la zona de las rocas más próxima al náufrago y se acercaron lo más posible a la persona que luchaba en el agua por sobrevivir. «Llegó un momento en el que ya no se podía ir andando, así que mi compañero quedó con las armas y yo me eché al mar. Nadé hasta una roca y desde allí le grite al chaval que se acercase lo más posible a mí, pero era incapaz de moverse debido a la hipotermia y a la cantidad de ropa que llevaba encima», explica Pablo Berges.

El agente vigués se volvió a zambullir en el agua y nadó el trecho que le restaba para alcanzar al náufrago. «Estaba tan agotado que no era capaz de hacer nada; llegaron dos jóvenes en una lancha y tuvieron que ayudarme a subir al náufrago porque él era incapaz», añade el policía. Ya todos a bordo se trasladaron al puerto de Canido donde estaba aguardado varias ambulancia, al tiempo que llegaba el helicóptero Pesca 1 de Salvamento Marítimo. El náufrago rescatado fue trasladado al Hospital Álvaro Cunqueiro

«Yo creo que él pensó que iba a fallecer y se ató con mucha fuerza un cabo que llevaba el flotador quizá pensando que si moría su cuerpo quedaría señalizado», afirma el agente Berges. «Si no lo sacamos, se muere porque se hundía y los brazos ya no le daban», señala el policía, que tras rescatar al joven, de unos 35 años de edad, se dio una ducha y regresó al servicio. «Espero no estar mañana agripallado; tengo algo de mocos y no me gustaría perderme el fin de semana», concluye Pablo Berges, un excelente nadador que practica surf y está acostumbrado a batirse con las olas en el mar en condiciones variadas.