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El cáncer se contagia en el mar

Alicia L. Bruzos GENETISTA. UNIVERSITY COLLEGE OF LONDON

SOMOS MAR

María Pedreda

20 ene 2022 . Actualizado a las 08:23 h.

Epidemia y pandemia son palabras que han pasado a formar parte de nuestro vocabulario del día a día. Ambos términos se refieren a enfermedades que se propagan o transmiten entre individuos y, generalmente, no se nos ocurriría catalogar el cáncer como epidemia o pandemia. Sin embargo, hace siete años se descubrió una leucemia que afecta a almejas, mejillones o berberechos y que se contagia de un individuo a otro. De forma similar a como actúan los virus o bacterias, en este caso es la propia célula de cáncer la que sale de una almeja en la que se originó e infecta a una nueva almeja, en la que crecerá un tumor a partir de esa célula inicial.

Hace unos días se reportaba en una revista científica internacional el caso de un cáncer contagioso que afecta a almejas carneiro que se recolectaron en Galicia y en las Islas Baleares. ¿Cómo ha llegado el mismo cáncer a dos regiones alejadas por más de 1.000 millas náuticas? Se barajan dos hipótesis: el viaje de las células de cáncer por el agua de mar o el comercio de bivalvos. El consumo de la almeja carneiro, también conocida como escupiña o bolo, no es muy generalizado en la gastronomía gallega; en cambio, en el mediterráneo es un marisco muy consumido y apreciado. No es descabellado imaginar que alguna de las almejas carneiro con cáncer recolectadas en Galicia y trasladadas a las Islas Baleares para su venta acabase en sus playas a la espera del día de su ingesta.

¿En qué mar se originó este cáncer: Mediterráneo o Atlántico? Los investigadores todavía no tienen respuesta a esta pregunta, pero gracias a la genética sí han averiguado que el cáncer no surgió en una almeja carneiro, sino que se originó en una almeja chirla y consiguió contagiarse a las almejas carneiro, entre las que se está transmitiendo en la actualidad. Esto alerta de la importancia de monitorizar estos cánceres contagiosos en los mares, pues no solo pueden producir mortalidades de una especie, sino que tienen potencial a saltar a otras especies provocando un daño mucho mayor.

Este hallazgo con sello gallego es una advertencia de que tenemos que controlar el comercio que incluye el movimiento de estas especies de bivalvos que padecen cáncer contagioso si queremos evitar introducir esta enfermedad en poblaciones de regiones libres de cáncer. Tradicionalmente, la epidemia afecta a un único país, mientras que la pandemia se propaga por varios. Este cáncer ya lo hemos encontrado en el mar Mediterráneo y en el océano Atlántico, ¿vamos a dejar que se expanda internacionalmente como ha pasado con el covid-19? En nuestras manos está prevenir que los humanos seamos la causa de estos contagios de cáncer.