Patrocinado porPatrocinado por

La facturación de la lonja de Cedeira repuntó ligeramente en 2021 y la de Cariño se desplomó

ANA F. CUBA CEDEIRA / LA VOZ

SOMOS MAR

Venta de percebe en la lonja de Cedeira, en una fotografía de archivo
Venta de percebe en la lonja de Cedeira, en una fotografía de archivo JOSE PARDO

La rula de O Barqueiro es la que más creció en facturación, un 78 % respecto a 2020, por las ventas de ostra, almeja y erizo

06 ene 2022 . Actualizado a las 21:37 h.

El balance económico de las lonjas de Ortegal y Cedeira en 2021 es dispar. La facturación repuntó ligeramente en Cedeira, hasta alcanzar los 5,87 millones de euros, un 5,3 % más que el año anterior; y se disparó en O Barqueiro, con 114.476 euros, lo que representa un incremento del 78,6 %. En el otro extremo se sitúa la rula de Cariño, cuya actividad se desplomó, culminando el ejercicio con 229.137 euros en ventas, la cifra más baja de los últimos 20 años, período documentado en la plataforma Pesca de Galicia. La situación, que ya se había agravado en 2020, con 557.538 euros facturados, casi un 75 % menos que en 2019, podría abocar a la cofradía cariñesa a la desaparición.

La rula de Espasante (Ortigueira) también vio caer sus cifras en 2021, con 53.427 euros, la menor cantidad de las dos últimas décadas. En 2020, con 68.260 euros, ya había disminuido un 32,6 %. El resultado se situaba muy lejos del mejor dato, el de 2011, con 200.816 euros. El patrón mayor del pósito de Espasante, José Luis Martínez Rego, señala que, «por desgraza, non aumenta o peixe. Este Nadal, o mar só nos deixou saír para Noiteboa, para Noitevella nada». El marisqueo es el sector que mantiene el pósito. En 2021 se comercializaron 19.349 kilos de ostra rizada, por 21.289 euros; 527 de almeja fija, por 12.874; y 2.077 de berberecho, por 11.425.

La agrupación de mariscadoras también representa el sostén de la cofradía de O Barqueiro. Las ventas de ostra rizada generaron 40.655 euros el año pasado, y las de almeja japónica, 23.796. Antonio Gómez González, presidente del pósito mañonés, explica la destacada mejoría de las cifras registrada en 2021 por las capturas de erizo (3.154 kilos, por 18.924 euros): «É bo que subamos, foi debido a que empezou a ir unha embarcación ao ourizo e a que se vendeu algo máis de ameixa xapónica [1.859 kilos, por 23.796 euros]. O percebe tamén tivo bo prezo e algo vendemos [850 kilos, por 29.093 euros]».

Las cada vez menos lanchas de bajura (quedan siete u ocho, tras ventas o jubilaciones) facturan el grueso de sus capturas en el puerto de Burela. «Iso é un atraso para a confraría do Barqueiro, porque soamente repercute aquí o 1 % do que se vende», comenta el patrón mayor. Gómez González ve un porvenir «fastidiado» al sector. «E iso que nós non nos podemos queixar porque nos imos mantendo, pero non é fácil para unha confraría pequena con poucos barcos e con todos vendendo fóra», reconoce. Y se queja de la regulación que impone cupos a la flota de artes menores: «Cada vez a cousa ponse peor, vedan a raia e tes que tirala ao mar [e unha parte grande vai morta], véñenche quilos de cabala no aparello e telos que tirar porque non a podes vender...». Además de los «cada vez maiores gastos» que deben asumir por cada embarcación, «en certificados, revisións, botiquín...».

El patrón mayor de la cofradía de Cedeira, Ricardo Villar Martínez, se muestra aun más pesimista sobre el futuro de la pesca. «Que melloráramos a facturación o ano pasado foi unha casualidade, un espexismo, polas vendas de bonito [118.845 kilos, por 460.176 euros]. Este ano imos ter uns 700.000 euros menos porque se van dous volanteiros, que son os barcos que máis facturan, e hai outro á venda. Aquí xa non hai quen queira os volanteiros e se se incorpora algún barco é de artes menores, que pouco facturan», argumenta este armador.

Como responsable del pósito, admite su preocupación por el balance económico, que «seguramente» obligará a tomar medidas. El único ingreso adicional previsto es el del alquiler de la nave con que cuenta la entidad en el polígono industrial de A Trave. «Non son optimista, nin para este ano nin para o que vén; para que isto vaia arriba teñen que vir barcos que facturen, e ninguén se anima a incorporarse a este sector, polas cotas, polos prezos baixos, a suba do gasóleo, a normativa, o exceso de inspeccións...», enumera.