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¿Sabías quién era el «Mediohombre»?

museo naval FERROL / LA VOZ

SOMOS MAR

CÉSAR TOIMIL

19 dic 2021 . Actualizado a las 12:57 h.

Hoy queremos recordar al marino español Blas de Lezo y Olavarrieta (Pasajes de San Pedro, Guipúzcoa, 1689?Cartagena de Indias, 1741), conocido por la singular estampa de sus múltiples mutilaciones, y que es sin lugar a dudas, uno de los mejores combatientes de nuestra historia naval. Su vida fue una auténtica epopeya digna de admiración.

Con apenas 13 años ingresó como guardiamarina en la Armada Franco-Española pues debido a la Guerra de Sucesión a la Corona de España (1700-1713), se habían unido ambas marinas y ejércitos para hacer frente a la coalición de los partidarios del archiduque Carlos de Austria (Austria, Inglaterra, Holanda, Portugal, Prusia y Saboya), que finalizó con el Tratado de Utrech. Durante este período, Blas de Lezo participará en varias acciones gloriosas. La primera de ellas, en la batalla de Vélez-Málaga en 1704, donde una bala de cañón le arrancó la pierna izquierda, en el enfrentamiento de la escuadra franco-española, al mando del conde de Tolouse, y la anglo-holandesa al mando del almirante Rooke, que 20 días antes había tomado la plaza de Gibraltar. El combate no tuvo un claro ganador, pero quizá si nuestra flota hubiere acosado antes al enemigo, hoy Gibraltar no estaría todavía en manos británicas. Posteriormente, en el bloqueo de Tolón, en 1707, defendiendo el castillo de Santa Catalina contra una armada de Saboya, nuestro héroe Lezo perdió su ojo izquierdo a causa de una esquirla de madera. Y en 1714, durante el sitio de Barcelona y ya como miembro de la Real Armada española, una bala de mosquete le inutilizó su brazo derecho. Es así que, con apenas 25 años, Blas de Lezo era ya cojo, tuerto y manco, y por esa razón se le apodaba Mediohombre, convirtiéndose en el marino español en activo con más heridas de combate y un ejemplo de superación frente a las adversidades. Tras luchar en el Pacífico contra piratas y corsarios (1720-1730), casado y con descendencia, retorna a España y participa victorioso en la recuperación de Orán, siendo segundo jefe de una escuadra al mando de Francisco Cornejo. En 1734 es ascendido ya a teniente general (almirante), asume el mando del Departamento de Cádiz.

Cartagena de Indias

Tres años después pasó destinado a Cartagena de Indias, la plaza fuerte considerada la llave del Imperio español en América. Desde mediados del siglo XVII, las potencias europeas atlánticas entraron en el Caribe español, conquistando los británicos la Isla de Jamaica en 1655, siendo cobijo del contrabando y piratería en el acoso contra el comercio español. Los británicos atacaron en dos flancos, el Pacífico y el Caribe, para confluir en el istmo de Panamá y estrangular así el flujo comercial de los virreinatos de Nueva España y el Perú. En 1739 el almirante inglés Vernon (Old Grog) tomó Portobelo, en la costa panameña, y en 1740 atacó Cartagena de Poniente (o de Indias), en dos ocasiones, sin conseguir hacerse con la plaza, gracias a la genial táctica militar de Blas de Lezo, que además había contribuido a mejorar notablemente sus fortificaciones.

Por fin, entre marzo y mayo de 1741, después de reunir una flota descomunal formada por 180 buques y 23.600 soldados, Vernon intentó de nuevo conquistar Cartagena de Indias. Tras tomar el fuerte de Bocachica y creyéndose seguro vencedor, el almirante inglés envió notificación a Londres de su victoria y allí en festejo multitudinario se ordenó la acuñación de monedas conmemorativas de un triunfo que nunca existió (Lawrence Washington, medio hermano del que sería primer presidente de EE.UU., George Washington, combatió en Cartagena de Indias junto a Vernon y por ello se llama Mount Vernon la visitada plantación de Washington a orillas del Potomac).

Pero retornando a nuestro héroe, con solo seis navíos, 2.230 soldados veteranos y 600 indios, Blas de Lezo logró derrotar a los británicos. Sin embargo, a causa de sus discrepancias con el virrey Sebastián de Eslava, que se atribuyó la victoria, fue depuesto de su cargo y murió cuatro meses después de la batalla, a causa de fiebres y de las heridas recibidas, en la más absoluta indigencia y la ignorancia del pueblo español. Veinte años después y gracias al tesón de su hijo mayor, en 1760 el Rey Carlos III le concedió, a título póstumo, el título de Marqués de Ovieco, como homenaje de la patria a sus beneméritos servicios. Hoy la invicta figura de Blas de Lezo brilla como se merece en la historia de España.

Vernon

Por el contrario, durante el tiempo que Vernon estuvo en el Caribe mantuvo su condición de miembro del Parlamento. Sin embargo poco a poco comenzaron a correr rumores y críticas a su labor en la guerra, y relatos escritos por hombres que habían estado bajo su mando, con versiones muy diferentes a la hasta entonces oficial. En esta situación Jorge II, irritado no solo por el perjuicio a su prestigio, sino también por la alteración del orden público y por la vergüenza de un desastre inaudito, difícil de ocultar a la opinión pública, parlamento y naciones europeas, lo expulsó del servicio en 1746, borrándolo de la lista de oficiales de marina por incompetente y vanidoso.

Ven al Museo Naval de Ferrol. Abierto de martes a viernes, de 9.30 a 13.30 horas; sábados, domingos y festivos, de 10.30 a 13.30 horas).