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Furtivismo y mar de fondo deslucen la apertura anual de A Barca al percebe

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

SOMOS MAR

Ana García

Los profesionales muxiáns apenas pudieron trabajar ayer 45 minutos

16 dic 2021 . Actualizado a las 19:26 h.

En la cofradía llevaban varias semanas con la mosca detrás de la oreja. No veían grandes piñas de percebe en muchos tramos de A Barca, el entorno más codiciado del litoral muxián, y que el pósito solo abre una vez al año, coincidiendo con el arranque de la campaña navideña. Y ayer se cumplieron los peores pronósticos. Los 60 mariscadores acudieron raudos a la zona próxima al santuario de A Virxe de A Barca, porque el peligroso mar de fondo no tenía intención de poner las cosas fáciles.

A las ocho de la mañana se dio pistoletazo a la primera jornada de trabajo en A Barca en 365 días. Pero los mariscadores apenas tuvieron 45 minutos para poder trabajar en condiciones. «Cando chegamos era noite practicamente pechada, non se vía nada, era imposible traballar. Cando puidemos apañar os primeiros percebes apenas nos quedaban 45 minutos», apuntó un mariscador, que añadió: «O mar de fondo tampouco nos deixou, só puidemos coller percebe mediano que estaba arriba, nas pedras, pero ao que está no fondo foinos imposible chegar».

Y es que el mal tiempo empieza a ser una tónica en la Costa da Morte. De hecho, los percebeiros de Muxía tenían asignado un tope de siete kilos por persona y día (tanto los de a pie como los de a flote), y en el mejor de los casos hubo quien reunió cuatro kilos para su posterior venta en la lonja de A Coruña. «O resto estivemos entre os dous e os tres quilos», apuntan.

Ana García

La lacra del furtivismo

Pero no solo del mal tiempo se quejan en el pósito de Muxía. El furtivismo, sobre todo durante el verano, parece haber hecho mella en los mejores bancos de A Barca. Hay piedras literalmente arrasadas de crustáceo. Tampoco se ve que haya criado percebe nuevo en el último año: «Hai zonas nas que tiña que haber e non o hai». En todo caso, en la cofradía de Muxía optaron ayer por la prudencia y esperar a ver qué sucede en las próximas jornadas, toda vez que A Barca permanecerá abierta los próximos doce días antes de su cierre definitivo hasta diciembre del 2022.

Los mariscadores también examinan las previsiones climatológicas de los próximos días. «Para a semana que ven dan dous ou tres días de bo tempo e a ver se podemos traballar nas pedras máis profundas e nas bases daquelas nas que hoxe [por ayer] non puidemos acceder por culpa do mar de fondo».

También en Corme se preparan para volver al santuario que para esa cofradía es O Roncudo. Se abrirá a la extracción el próximo lunes, día 20, y los percebeiros podrán trabajar en esa zona, en principio, hasta el día de Nochebuena. A diferencia de lo que sucede en Muxía, las perspectivas en Corme son mucho más optimistas. Se prevé un crustáceo de gran calidad, pese a que es la tercera vez en este año que se abre O Roncudo a la extracción de crustáceo.