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Galicia regresa de Bruselas con menos merluza, pero más jurel, gallo y rape

E. Abuín / S. Serantes REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

GVA

España acepta los recortes del Atlántico y vota en contra de los del Mediterráneo

15 dic 2021 . Actualizado a las 04:45 h.

Para haber estado toda la noche en vela, el ministro de Agricultura y Pesca, Luis Planas, compareció muy bien peinado y despierto para explicar el resultado del último Consejo de Ministros de Agricultura y Pesca de la Unión Europea. Quizás porque iba preparado para lo que le esperaba. Cuarenta horas antes de su comparecencia ya había adelantado que iba a ser una cumbre «larga y complicada». Y, desde luego, la que se cerró ayer por la mañana cumplió las expectativas con creces. Puede que no sea el récord en unas discusiones para fijar los totales admisibles de captura (TAC) y cuotas del año siguiente, pero se le acerca mucho.

Un Consejo del que no ha salido indemne la merluza de aguas ibéricas, que regresa de Bruselas no con la rebaja que se planteaba, pero con dentellada al fin y al cabo. La flota dispondrá de un 8 % menos para pescar en el 2022, en la que viene siendo su tercera rebaja consecutiva. Y todo por «un problema con la evaluación científica», dijo Planas. A pesar de ese recorte, el ministro valoró positivamente el resultado en general para los stocks del Atlántico. A fin de cuentas, lo que se le resta a la merluza malo sea que no se pueda compensar con intercambios de cuotas con Francia y Portugal y con los futuros incrementos de cuota, pues Planas se queda con el «compromiso de revisar el modelo de evaluación del stock» que permitirá abandonar definitivamente el enfoque de precaución, pues «datos históricos completos, con series de más de 30 años, avalan que se encuentra en buen estado».

FRANCOIS LENOIR

También se ha suavizado el recorte para la cigala al sur de Fisterra, se recorta en el golfo de Cádiz y se reabre la pesquería de cigala en la franja que va de Fisterra al golfo de Vizcaya con 14 toneladas. Eso sí, solo en la unidad funcional 31 (UF 31) — situada frente a Asturias, Cantabria y parte del País Vasco— a la UF 25, que se corresponde con Galicia, se le asignan 1.700 kilos (o eso espera el sector) para seguir estudiando la evolución del stock.

Galicia regresa también con más cantidad de la que se esperaba del jurel de la zona sur de Fisterra —esquivó el recorte del 16 % que pretendía la Comisión para salir con un aumento del 11,6 % que propugnaban los científicos—, con más rape en el litoral español (5,3 %), más gallo (13,3 %), y menos lenguado, (-5 %), pero no el tajazo del 35 % que se le pedía.

Si esa parte de la negociación fue dura, y desde el sector se agradeció el esfuerzo realizado por el equipo español, el hueso duro fue el Mediterráneo. Tanto, que a diferencia de lo ocurrido con el reglamento del TAC y cuotas que salió con la bendición de España, el que atañe al caladero del levante español salió por mayoría cualificada, con el voto en contra de España, que se opuso a un recorte del 6 % adicional en los días de pesca y a lo que, con otro nombre, viene a ser un TAC para la gamba roja y un esfuerzo pesquero máximo para el palangre de fondo. Pero «la vida sigue y el año que viene será otro año», se resignó Planas.

Mejoras «escasas»

Ese rechazo que España dio al plan plurianual del Mediterráneo es el que pretendía el Ejecutivo gallego que se aplicase también al Atlántico. Porque para la conselleira de Mar, Rosa Quintana, las mejoras alcanzadas con respecto a la propuesta de la Comisión «son escasas e moi limitadas». Quintana, que no tuvo este año la representación de las comunidades autónomas, pero sí siguió la negociación en Bruselas, se mostró defraudada porque tras tantas horas de negociación «non se acadasen melloras de maior calado». A la representante gallega no le cabe duda de que si los trasquilones en las especies principales del Cantábrico no fueron los esperados, fue gracias a los informes de impacto socioeconómico elaborados por la Universidade de Santiago, la Xunta y el sector, que cifraban en 23 millones y 400 empleos las pérdidas para Galicia de aplicarse la propuesta inicial de una Comisión que, definitivamente, carga tintas en el verde.

Ahí está que ajeno por completo a cuestiones sociales, el comisario del ramo, Virginijus Sinkevicius se congratuló por las decisiones adoptadas: «Una muy buena noticia para todas las poblaciones que gestionamos de forma sostenible, garantizando que se mantienen en los niveles de rendimiento máximo sostenible».

¿Y Gran Sol para cuándo?

No ha habido acuerdo con el Reino Unido. Así que otro año de «cuotas por fascículos» que para el sector son «demoledoras», dice Edelmiro Ulloa, gerente de la Cooperativa de Armadores de Vigo (Arvi). La Comisión ha optado por seguir negociando con los británicos y, mientras tanto, establecer cuotas provisionales. Hasta marzo, la flota dispondrá del 25 % de lo que se fijó para este año. «Se repite el escenario del 2021, que no es bueno», porque dificulta intercambios, operatividad, planificación...

Tanto es así que el gerente de la OPP 7 Lugo, Sergio López, prefiere referirse al maratoniano Consejo como un «conselliño, porque faltan por decidir» las cuotas compartidas con el Reino Unido. Sobre las acordadas el martes, «a única mellora é a da pescada». Con respecto a las pendientes, no es optimista: «Todo pode empeorar; non é aceptable o recorte da pescada, nin do 27 % nin do 20 %».

Para Jesús Lourido, gerente de Puerto de Celeiro, la rebaja de la merluza en el caladero nacional «atenta contra as xa moi axustadas contas de explotación» de la flota de Galicia y del resto del Cantábrico, pese a que «o caladoiro non está tan mal».

Seguir negociando

En cuanto a las compartidas con los británicos, apoya «seguir negociando, para acadar o mellor acordo posible» y considera «asumible un recorte do 20 % da pescada, un dos problemas por resolver», igual que los cupos del bacalao, el rape y el gallo.