Los vendedores de pescado y marisco de Ferrolterra y Ortegal, en vilo por la huelga del transporte

Mayoristas y minoristas reconocen su inquietud por cómo se desarrollará una de las campañas más importantes del año para la venta de pescados y mariscos. La huelga de transportes, convocada para los días previos a la Navidad, y la evolución de la pandemia mantienen en vilo al sector, que el año pasado ya sufrió las consecuencias del cierre de la hostelería y las restricciones de las reuniones familiares, por la elevada incidencia del covid-19. La confusión se agudiza por el alza, parece que imparable, de las tarifas eléctricas, los precios del combustible y del transporte, e incluso de las bolsas o los embalajes de porexpán que se emplean para pescados y mariscos.

«Las cajas las subieron hace unos meses y ahora otra vez. El transporte ya nos mandó una carta que tiene que subir, las bolsas con las que envasamos al vacío están más caras, pagué casi el doble de luz que el mes anterior...», enumera José Luis Pérez Cribeiro, responsable del Grupo Expomar, en Cedeira. El grueso de su negocio se sitúa fuera de Galicia. «Este año no sé lo que va a pasar [cara a la Navidad], la huelga del transporte nos tiene a todos en ascuas y los precios en la lonja se han disparado de unos meses para aquí, es tremendo», señala.

Este empresario, que envía pescado y marisco a particulares de toda España, explica que «la gente tiene miedo y te pide ahora para congelar». Muchos clientes temen no recibir a tiempo la mercancía si esperan a los días anteriores a la Nochebuena y finalmente paran los transportistas. Y también les preocupa que los precios se incrementen aún más. Ante esta situación, Pérez Cribeiro ha decidido apostar «por el congelado, porque si no se vende queda en la cámara». «Con el producto fresco no puedes arriesgar —subraya—. Si compras [en la lonja] a precio de Navidad no puedes venderlo después a precio del mes de enero. No puedo arriesgar a meter marisco en los viveros y que luego venga la huelga y no pueda distribuirlo a los compradores».

Abastecer los mercados

Cristina Prieto Lago, gerente y administrativa de A Traíña Peixes e Marisco S. L., mayorista de Cedeira, comparte la incertidumbre. «El paro del transporte nos afectaría mucho. Hace unos años hubo una huelga y tuvimos que ir con nuestras furgonetas. Nos preocupa porque son fechas importantes, los clientes [los grandes mercados de Madrid, Barcelona, Valencia o Bilbao] necesitan material porque es cuando se vende», argumenta. Constata el impacto de la subida de los costes. «Afecta a las tarifas del transporte, los plásticos, las cajas... Por la luz estamos pagando el doble que el año pasado, en los almacenes y las cámaras frigoríficas, que tienen que estar siempre encendidas», abunda. Confía en que se llegue a un acuerdo que permita desconvocar la movilización del transporte «y poder abastecer a los clientes con normalidad». La pandemia representa otro foco de inquietud: «Si de repente vuelve a haber restricciones a las reuniones familiares o a la hostelería, claro que repercute. Alguno de nuestros clientes trabaja exclusivamente con restaurantes», agrega.

Miguel Pardo Lage regenta una pescadería en Cariño y vende a domicilio en este municipio, en Moeche o Cerdido. Compra en la rula de A Coruña. «Alí chega peixe de toda España, e se hai folga de transporte, o que veña de fóra non chegará», advierte. Nota el aumento del coste de las bolsas y, sobre todo, de la tarifa eléctrica. «De 190 euros ao mes pasei a pagar 400, coa máquina de xeo», indica. De momento ha recibido pocas encargas para las fiestas. «A xente espera a cobrar a extraordinaria, aquí depéndese moito dos pensionistas», apunta. Noviembre ha sido un mal mes, «o peor» que él recuerda.

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