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Españoles, lusos y galos se alían para defender sus caladeros de los molinos

e. abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

VIOLETA SANTOS MOURA | Reuters

Piden a Bruselas que cierre los fondos a parques que dañen pesquerías

23 nov 2021 . Actualizado a las 04:45 h.

Que los recelos hacia los parques eólicos marinos no son algo exclusivo de los pescadores gallegos ha quedado patente en ese manifiesto que han firmado agrupaciones de pescadores de todo el Cantábrico en defensa de los caladeros tradicionales frente a esa fiebre verde que alienta el uso de las energías renovables e insufla la idea de plantar aerogeneradores en el mar. Pero esa preocupación trasciende fronteras y la inquietud es compartida por franceses y portugueses, que en la última reunión del Consejo Consultivo de Aguas del Sur (CCR Sur) manifestaron su rotunda oposición a que se instalen aerogeneradores allí donde se capturan especies pesqueras desde hace siglos. «Es indispensable prohibir la implantación de instalaciones eólicas marinas o de cualquier otros equipamiento sin un informe oficial favorable tras haber consultado a las asociaciones representativas de esas zonas de pesca tradicionales», espetan en un proyecto de informe. Un texto en el que, además, reclaman a la Comisión Europea y en particular al responsable de Medio Ambiente y Océanos, Virginijus Sinkevicius, que cierre el grifo de los fondos «a cualquier plan que pase por instalar elementos fijos en zonas marítimas que puedan causar perjuicio a las pequeñas comunidades de pescadores». Es más, incluso sugieren al comisario que se diseñe una directiva comunitaria para todos los países vetando esa financiación lesiva para las pesquerías artesanales.

En la reunión celebrada la pasada semana, los miembros del organismo que asesora a la Comisión -en la que están representados tanto el sector como las oenegés y otras entidades afectadas- exigen que la planificación de los espacios marítimos de cada Estado miembro preserve los caladeros, para lo que habrá que basarse en el diario de a bordo de las embarcaciones, sea electrónico o no.

Y no solo debe tenerse cuidado a la hora de instalar los parques. Los pescadores ponen el acento en que también hay que velar por que las posibles ampliaciones de esas áreas marinas tampoco interfieran en un futuro en las actividades de pesca.

Pescadores de Viana, Pobra y Vila do Conde, contra el parque en sus aguas

Es cierto que los profesionales gallegos solo intuyen lo que puede significar el desembarco de las eléctricas en medio de la plataforma de pesca. Pero los portugueses lo están viviendo. Pescadores de Viana do Castelo, Póvoa do Varzim y Vila do Conde saben lo que es tener un parque eólico marino allí donde tradicionalmente largaban sus artes fijas. La convivencia no está siendo tranquila, según explicaron los afectados en la reunión del CCR Sur. No lo es porque los pescadores artesanales rehúsan retirar sus redes de sus zonas de pesca de toda la vida.

Porque ya no es solo que no se permita trabajar en la zona marina en la que están instalados los aerogeneradores, «os mellores caladoiros», según explicaron en el encuentro, de acuerdo con fuentes presentes. Es que, además hay un área de 600 metros a ambos lados del cableado en la que tampoco pueden operar, y ese entramado se adentra 20 kilómetros desde la costa. Por tanto, la superficie de la que se consideran privados es mayor de la que ocupa el parque en sí. «Para nós foi un verdadeiro desastre que non compensan para nada as indemnizacións que otorgaron aos 46 barcos afectados».