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Interpol vincula los delitos pesqueros con otros tan graves como la trata de personas y el contrabando de drogas y explosivos

La Voz

SOMOS MAR

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La operación Ikatere, desarrollada entre junio y octubre de este año, realizó 1.710 inspecciones en 34 países y se han emitido 40 órdenes de detención

16 dic 2021 . Actualizado a las 04:55 h.

Una operación de ámbito global coordinada por Interpol encuentra evidencias de que los delitos pesqueros suelen estar vinculados a otros tan o más graves, como la trata de personas o el contrabando de drogas y explosivos, recoge la organización con sede en Lyon en un comunicado dando cuenta de los resultados de la operación Ikatere. Así es como han dado en llamar a la operación de inteligencia que se desarrolló durante cinco meses (de junio a octubre de este año) en 34 países y los siete mares, que se materializó en un total de 1.710 inspecciones. Estas revelaron más de un centenar de casos de pesca ilegal y otros delitos. Se han emitido más de 40 órdenes de arresto y algunas de las investigaciones siguen en curso.

Dice Interpol que se ha incautado casi una tonelada de productos ilícitos en todo el mundo, incluidos peces y especies silvestres protegidas, así como drogas y explosivos. Ya solo en Montenegro, las fuerzas del orden recuperaron más de 20 cilindros de explosivos durante la operación. «El uso de explosivos como método de pesca ilegal es una tendencia creciente entre los actores sin escrúpulos de la industria, ya que el agotamiento progresivo de las poblaciones de peces empuja a los barcos a mantener las tasas de captura a cualquier coste», dijo Ilan De Wild, directora de Crimen Organizado y Emergente de Interpol. «Su uso también impulsa la circulación de explosivos que pueden ser utilizados por grupos criminales o terroristas. Se ha descubierto que los fabricantes de las bombas que están detrás de los ataques terroristas en los últimos años también están proporcionando explosivos a la industria pesquera ilegal», agregó De Wild.

Trata de personas y fraude documental

La pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (IUU, por sus siglas en inglés) es una de las mayores amenazas para el uso sostenible de los recursos marinos, uno de los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas (ONU). Cada año, esa extracción ilícita de recursos cuesta a la economía mundial miles de millones de dólares. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) estima que el 20 % de la captura total mundial proviene de la pesca IUU y la cantidad aumenta al 40 % en ciertas regiones, como las aguas costeras de algunos países en desarrollo.

Los delincuentes utilizan embarcaciones pesqueras para traficar con drogas y personas, porque sus patrones de navegación y sus largos períodos en el mar facilitan que estas embarcaciones se mezclen con el entorno marítimo sin sospechas. Las redes delictivas también utilizan el producto de la pesca comercial ilegal para financiar otras actividades ilícitas.

La trata de personas y la esclavitud moderna también son problemas graves en la industria pesquera. Durante la operación Ikatere, 121 hombres, mujeres y niños explotados en embarcaciones en el lago Victoria fueron rescatados por las fuerzas del orden de Kenia.

La operación también confirmó la prevalencia del uso de documentación falsa, como certificados de embarcación fraudulentos, licencias de pesca o documentos de la tripulación falsos, para ocultar la verdadera naturaleza de las actividades de una embarcación, blanquear capturas y encubrir casos de explotación laboral o trata de personas.

Más de 70 embarcaciones presuntamente asociadas con actividades de pesca ilegal fueron identificadas durante la operación, principalmente por no presentar licencias de pesca válidas para las áreas en las que fueron sorprendidas faenando.

«La única forma de combatir eficazmente los delitos asociados con la pesca ilegal es la cooperación internacional oportuna entre el país que inspecciona la documentación de pesca y el país que supuestamente la ha emitido» dijo Stephen Kavanagh, director ejecutivo de Servicios de Policía de Interpol. «La amplia participación en la operación Ikatere, incluidos los países sin litoral como Ruanda, demuestra el compromiso global de hacer cumplir una administración sostenible de los recursos marinos. Nuestro sustento colectivo y nuestro sustento dependen de ello», recoge el comunicado.

La redada global contó con el apoyo en todas las etapas del grupo de trabajo de Interpol sobre delitos pesqueros, una plataforma internacional para compartir conocimientos y experiencias y desarrollar enfoques policiales innovadores en esta área delictiva.

El programa de seguridad ambiental y sus actividades contra la pesca ilegal cuentan con el apoyo financiero de la Secretaría de la CCAMLR (Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos), los fideicomisos Pew Charitable y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).