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El velero hundido en la entrada del puerto que atormenta a la flota isleña

Rosa Estévez
rosa estévez A ILLA / LA VOZ

SOMOS MAR

Martina Miser

Los palos del barco se han convertido en un problema para la navegación

08 oct 2021 . Actualizado a las 12:07 h.

Diez meses. Ese es el tiempo transcurrido desde que varias jornadas de intensas lluvias enviaron al fondo del puerto de A Illa a un velero que llevaba una larga temporada allí fondeado. Era un barco de origen escandinavo que se había ido deteriorando con el paso del tiempo y la falta de cuidados, hasta que los rigores del último invierno lo hundieron y lo convirtieron en un problema. En concreto, en uno de esos que se niegan a permanecer ocultos: los palos del velero sobresalen cuando baja la marea, y eso que en ese punto se calcula una profundidad de 16 metros. Aún así, un palo sobresale cerca de un metro sobre las aguas; el otro, un poco menos.

Que haya momentos en los que el barco hundido emerja da buena cuenta del problema que esta estructura fantasmal supone para los usuarios del puerto de A Illa, tanto cuando es visible como cuando -aún peor- queda apenas oculta por el agua. Así lo señala el patrón mayor, Juan Rial Millán, quien explica que no es de recibo que «nun dos portos con máis número de barcos de toda Galicia teñamos que ter este obstáculo xusto na entrada». La cofradía ha señalizado en varias ocasiones esa estructura para evitar problemas a la flota que por allí transita, pero la señalización no es infalible, y así ha quedado demostrado esta misma semana: una embarcación acabó con la hélice dañada, y otra no corrió la misma suerte por pura casualidad.

Los vigilantes de la cofradía de A Illa volvieron ayer por la mañana a señalizar el barco hundido con boyas. Pero en tierra, la paciencia se está agotando. «Non é a primeira vez que pasan cousas así. Ese barco leva aí dez meses sen que ninguén veña botar man del», se lamentaban ayer desde el pósito, desde donde recalcan que el problema no solo afecta a las embarcaciones de la tercera lista, sino que también se extiende a la flota bateeira y a las embarcaciones de recreo, que «moitas veces chaman á confraría para queixarse».

Desde el pósito han trasladado el problema en varias ocasiones y a diversas Administraciones. «Pero pasa coma con outras cousas, andan a pasarse a pelota duns a outros e ninguén fai nada. Ese barco leva aí moito tempo», explica el Juan Rial Millán.

Aunque en su momento, cuando se produjo el hundimiento, Portos de Galicia actuó en la zona e incluso llegó a iniciar la búsqueda del propietario del barco hundido, la responsabilidad sobre la lámina de agua en la que se produjo el hundimiento corresponde a Costas. «A nós non nos importa a quen lle corresponda, xa tiveron tempo de aclararse entre eles. Pero se non son quen de lle reclamar ao propietario que asuma a retirada dese barco de aí, terán que responsabilizarse as administracións, calquera delas», explica el patrón mayor. «Nós chamamos a todos os lados. A Portos, a Costas, ao Seprona... Non se fai nada, e chegará un momento no que teñamos que lamentar unha desgraza», advierte el responsable de la cofradía isleña.