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Científicos de la Universidade de Vigo abren la puerta a producir cría de mejillón

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

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La escasez de semilla en el medio natural se ha convertido en un problema

24 sep 2021 . Actualizado a las 04:47 h.

Conseguir semilla de mejillón con la que nutrir sus bateas ha sido, estos últimos años, un auténtico problema para los bateeiros gallegos. Por un lado, porque los conflictos con otros sectores se extienden cada vez más por la costa gallega. Por el otro, porque incluso las piedras en las que mejor solía criar este bivalvo aparecen, últimamente, demasiado limpias. En ese contexto gana relevancia el proyecto MytUniSex, la iniciativa de un grupo de investigadores de la Universidade de Vigo que han decidido aprovechar el conocimiento adquirido durante años de investigación para desarrollar herramientas que puedan beneficiar al sector. MytUniSex, pese a estar aún en fase embrionaria como proyecto empresarial, abre muchas puertas al cultivo del mejillón gallego. Habrá que ver si el sector está dispuesto a cruzarlas.

Ángel Pérez, un experto en ADN del mejillón, encabeza un equipo del que forman parte varios científicos asociados al CIM-UVigo. Damián Costas aporta sus conocimientos sobre cultivos marinos; Sofía Blanco en técnicas moleculares; Estefanía Paredes es experta en criopreservación; Juan Pasantes, en citogenética y Paloma Morán, en biología molecular. Los conocimientos de unos y de otras son fundamentales a la hora de dar respuesta a dos de los grandes retos que quiere abordar MytUniSex: lograr producir un mejillón de mayor valor comercial y, al mismo tiempo, lograr la producción de semilla en laboratorio y a lo largo de todo el año.

¿Pero es posible criar mejillón en laboratorio? La tecnología y el procedimiento para inducir artificialmente la liberación de gametos y realizar fecundaciones está controlada, y se realiza sometiendo a los ejemplares a cambios de temperaturas -ese es el factor determinante también en el medio natural-. Además, Estefanía Paredes está haciendo una investigación sobre la posibilidad de criopreservar gametos y larvas cuyo desarrollo, llegado un momento determinado, «se para, se deja en suspenso hasta que, con el tratamiento adecuado, se reactivan y siguen creciendo. Eso permitiría suministrar semilla en cualquier momento del año», según explica Ángel Pérez. Esa cría podría ser trasladada al medio natural al alcanzar un tamaño mínimo para ser pegada en las cuerdas de las bateas.

El proyecto de MyUniSex se construye, también, sobre otra circunstancia: aunque no se sabe exactamente «cuál es el mecanismo que determina el sexo en el mejillón», lo que sí se tiene claro es que el factor clave se encuentra en la hembra reproductora. Se ha detectado que hay hembras que tienen progenies formadas solo por hembras, otras cuya descendencia es masculina, y otras que generan progenies mixtas. Seleccionando a las madres, se puede seleccionar el tipo de cosecha de semilla que se desea tener. En ese proceso no se contempla ningún tipo de modificación genética. «Para nada», explica Ángel Pérez. Su proyecto apuesta por generar líneas de reproducción unisex, solo de hembras, tras haber comprobado que el 95% del mejillón que alcanza el tono anaranjado que prefiere el mercado -y que por lo tanto tiene mayor interés comercial- son hembras, «mientras que las piezas con tonalidades más pálidas o blanquecinas son, en el 95 % de los casos, machos».

Piezas de intenso color anaranjado y esferificaciones para hacer caviar de este bivalvo

Si el 95 % de las piezas de mejillón de intenso color anaranjado -el preferido en muchos mercados a los que llega el mejillón gallego- son hembras, y si hay posibilidad de seleccionar reproductoras cuya progenie esté formada exclusivamente por hembras, queda patente la posibilidad de «generar líneas de mejillón de elevado interés comercial». Esa es la piedra angular sobre la que surgió el proyecto MyUniSex, un plan que persigue conectar parte del conocimiento que se había obtenido mediante investigación básica en la genética del mejillón con sus aplicaciones sectoriales, en el campo del cultivo y la transformación.

La posibilidad de programar este tipo de cosechas, que parecen garantizar ese tono anaranjado de la vianda, ha despertado el interés de varias conserveras a las que ya se les ha planteado la iniciativa. Esta, además, incluye aún un tercer pilar: la elaboración de un subproducto gourmet: caviar de mejillón. Al controlar la liberación de gametos, «obtenemos una masa de ovocitos que, utilizando técnicas como la esferificación, nos permitiría crear una especie de caviar», explica Ángel Pérez.

Para llegar a probarlo hay que darle tiempo al tiempo. Aunque gracias a su entrada en Sherpa do Mar, el plan para generar valor añadido en el sector del mejillón y darle alas a la innovación ya está en marcha.