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A Poutada amplía personal para prestar servicio a la pesca como concesionario oficial de Yamaha

Somos Mar REDACCIÓN / LA VOZ

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CARMELA QUEIJEIRO

Además de venta de motores tendrá atención posventa

22 sep 2021 . Actualizado a las 04:55 h.

A Poutada, la empresa ribeirense de efectos navales y servicios a la pesca de recreo y profesional, se ha integrado en la red de concesionarios oficiales de Yamaha en Galicia. Hace ya tiempo que la compañía barbanzana fundada en 1974 tenía esa consideración para la náutica de recreo, a la que vendía y reparaba motores de esa reputada enseña que empleaban embarcaciones de la séptima lista. Esa experiencia es la que ha impelido a la empresa evolucionar y extender esos servicios a la pesca profesional. Así es que se acaba de convertir concesionario oficial de motores Yamaha para los buques de la tercera lista, máquinas estas de menos caballaje por las limitaciones de potencia que imponen las normas pesqueras.

En A Poutada ya están preparados para afrontar el reto. Han completado las reformas en el taller que la empresa tiene en A Pobra do Caramiñal para prestar este nuevo servicio y han incorporado más personal a la plantilla, mecánicos formados ex profeso para atender las especificidades que presentan los motores Yamaha y emplear sus herramientas exclusivas.

Es esta marca la número 1 a nivel nacional y mundial en motores fueraborda. Desde A Poutada, Fernando Pérez explica que a nivel de pesca profesional, Yamaha acapara más de tres cuartos de la cuota de mercado, precisamente «por el servicio que presta la marca». Específicamente para las embarcaciones de la tercera lista, Yamaha comercializa tres modelos de motores fueraborda de distintas potencias: de 15, 25 o 30 caballos. «Son en realidad más potentes, como los de la náutica de recreo, pero están limitados como se exige para la pesca profesional», señala Pérez.

Son, principalmente, embarcaciones de artes menores las usuarias de este tipo de motores, por lo que el concesionario oficial cubre un importante vacío en una zona como la de Barbanza, con un importante número de barcos de este segmento de flota. Precisamente, «los armadores echaban de menos un servicio posventa para estos motores», comenta Pérez. Para prestarlo disponen del ordenador con el programa específico para Yamaha y otras herramientas de última generación de la marca.