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50.000 productos para la pesca y la navegación

Luis Carlos Llera Llorente
luis carlos llera VIGO / LA VOZ

SOMOS MAR

Oscar Vázquez

Jesús Betanzos Prado regenta con su familia una tienda de efectos navales que fundó su padre hace setenta años en la antigua villa marinera de Bouzas. La fama del negocio llega a otros continentes

21 ago 2021 . Actualizado a las 02:18 h.

Era una época en la que la ropa y los aparejos duraban muchos años más que ahora. Se remendaban para alargar su vida útil. En la década de 1950 del pasado siglo, Vigo ya despuntaba como potencia pesquera y empezaba el crecimiento de empresas que siguen hoy día a la vanguardia del sector. Un joven de Coruxo, Jesús Betanzos Lago, se estableció en Bouzas, donde vivían y trabajaban algunos importantes armadores. En el callejón del Mesías de la antigua villa, a finales de 1951, montó una tienda donde vendía efectos navales de segunda mano. Hoy, Jesús está retirado a sus 90 años. El negocio lo llevan su hijo, su nuera y sus nietos, y va viento en popa. Ahora se encuentra en la avenida de Eduardo Cabello, en el número 45, detrás de la pérgola. Jesús Betanzos compró esa casa en 1975 y montó en el bajo una gran tienda de 400 metros cuadrados. La entrada moderna descubre un mundo enorme de posibilidades para los aficionados a la pesca y los deportes náuticos.

La fama del establecimiento hace que tenga clientes hasta de otros continentes. Alberto, un brasileño de Bahía, pedía ayer su número de escarpines de Helly Hansen, una marca prestigiosa muy demandada por su calidad. Alberto hacía sus compras antes de regresar de vacaciones a su país y aseguraba que visita anualmente la tienda cuando veranea en Galicia. «También tenemos compradores de Angola», asegura Jesús Betanzos Prado, de 58 años y actual responsable del negocio. Uno de los que suele acudir a comprar material de pesca es el músico Teo Cardalda, que vive a caballo entre Madrid y Bouzas.

Cuando Jesús hijo se hizo cargo de la empresa, al jubilarse su padre, transformó la tienda de segunda mano en un establecimiento de productos nuevos. Actualmente tiene 50.000 a la venta. Hay tanto donde elegir que algún cliente ha sugerido que lo único que falta es una barra de bar. Por poner solo un ejemplo, se venden más de cien modelos de gafas de sol polarizadas de distintas marcas. «Son lentes que te permiten ver a través del agua, muy útiles para la pesca y para navegar». La ropa y el calzado para no resbalar en los barcos es igualmente muy variada y de marcas reputadas como Sebago o Slam. Cazadoras, bermudas, jerséis, cortavientos... Todo ocupa muchas perchas y estanterías. «De la elección de la ropa y el calzado se ocupa mi mujer, Loli», relata Jesús. Aunque venden por Internet, gran parte del éxito de la tienda es la cuidada atención al cliente. A muchos los conocen por su nombre. «Es una clientela fiel a la que le gusta venir, tocar y comparar. Por Internet no se puede hacer esto», explica.

La moda va cambiando, pero en los efectos navales los productos son más estables. La tienda Efectos Navales Jesús Betanzos está orientada preferentemente a la pesca de bajura. Para la de altura, hay otros negocios más especializadas.

Al contrario que otros, el negocio se fortaleció durante la pandemia. «El año pasado fue el mejor de la historia para nosotros y este año nos va aún mejor», confiesa Jesús. La explicación es comprensible. «Con las restricciones, la gente empezó a salir más a navegar y a pescar porque es un deporte en el que podía relajarse y quitarse la mascarilla». Hace cuatro años, Betanzos adquirió otra casa en el número 31 de Eduardo Caballeo, adonde va a trasladar parte del negocio para dejar espacio al resto de productos, que a veces ocupaban mucho espacio, ya que venden desde tablas de paddle surf a motores eléctricos fuera borda, pasando por artículos de decoración. Para guardar el stock tienen un almacén en la rúa Pardaíña.

Lo más caro del local son algunas lanchas neumáticas que superan los cuatro metros de eslora y valen más de 5.000 euros. También destacan los motores por 3.000 euros.

Jesús Betanzos cuenta con más de 400 proveedores. «Lo que más trabajamos es la pesca deportiva y la náutica», señala. La mayoría de sus suministradores son fábricas de Cataluña, pero también hay algunos gallegos y de países extranjeros.

Para el empresario, lo mejor de su negocio es «cuando el cliente te pide muchas cosas y las tienes todas y se marcha contento. Es una satisfacción poder prestar un servicio. Lo peor que lleva es el estrés que le produce en ocasiones tener que gestionar 50.000 productos diferentes. Para relajarse, él no se va a pescar. Juega partidos de pádel.

Desde 1951

Dónde está

En la avenida de Eduardo Caballo, en Bouzas.