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Sálvora rescata del olvido el monumento que recuerda a las víctimas del vapor Santa Isabel

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

SOMOS MAR

La isla recupera una cruz y una placa en memoria del joven tripulante Carlos Verdier y del resto de los náufragos, de cuya colocación se cumplen hoy cien años

27 jul 2021 . Actualizado a las 20:51 h.

Un siglo se cumplió, el pasado 2 de enero, del trágico hundimiento del vapor Santa Isabel en las proximidades de Sálvora, y hoy se conmemora el centenario de la colocación en la isla de un monumento en memoria del joven integrante de la tripulación Carlos Verdier y Escobar, y de las restantes víctimas de la catástrofe.

La efeméride no pasará en esta ocasión desapercibida porque Medio Ambiente ha restituido la cruz, que se había roto hace más de tres décadas, y acondicionado la placa colocada por Victoriano Verdier, padre de Carlos, el 27 de julio del 1921.

Carlos Verdier y Escobar tenía 16 años y ocupaba el cargo de agregado entre los integrantes de la tripulación del Santa Isabel. Conocido por sus compañeros como Carlitos, se estrenaba en el oficio con este viaje.

Sería también el último, porque su nombre figura entre la larga lista de náufragos. Sus padres, naturales de Cádiz, decidieron tributarle un homenaje, así como a las restantes víctimas, con un monumento que evitara que lo sucedido cayera en el olvido. Así, su progenitor, que trabajaba en la marina mercante, solicitó autorización al Ministerio de Fomento de la época para colocar la cruz y la placa.

 En el bote número 6

Hacia las dos y media de la madrugada de aquel fatídico 2 de enero de 1921, el capitán del Santa Isabel era plenamente consciente de que no había nada que pudiera hacerse, por lo que dispuso las oportunas medidas de salvamento. En textos que recogen lo sucedido se explica que se arriaron los botes salvavidas de la cubierta de babor, dado que los de estribor ya habían sido arrastrados por el mar. En el número 6 subieron pasajeros y algunos miembros de la tripulación. Entre estos últimos figuraba Carlitos, así como un radiotelegrafista. La barca se dirigía hacia la isla, pero acabó chocando contra las rocas en una zona conocida como piedra de Lapegar. Todos los ocupantes desaparecieron.

El monumento está colocado en las inmediaciones del faro de Sálvora y si el visitante se coloca en el lugar y mira al frente puede ver el rumbo del bote número 6 que acabó contra las rocas.

Más de tres décadas hacía que la cruz había desaparecido y, en el año del centenario, Medio Ambiente decidió restaurarla haciendo otra del mismo tamaño y también de mármol blanco. De igual manera, se optó por limpiar la placa en la que los padres de Carlitos expresan su desconsuelo por su pérdida y muestran sus respetos hacia las demás víctimas del hundimiento.

Aunque la tragedia del vapor Santa Isabel es uno de los aspectos que jamás se pasa por alto cuando se habla de la isla, este monumento a Carlos Verdier y Escolar constituye el único testimonio sobre una catástrofe marítima definida como el Titanic gallego.

La recuperación de la cruz coincidiendo con el centenario de su colocación constituye un acto más de los realizados durante este año para recordar la historia del Santa Isabel. El proyecto para restaurar el monumento fue impulsado por el Parque Nacional Illas Atlánticas, dependiente de Medio Ambiente, siguiendo las indicaciones de la Consellería de Cultura. Los técnicos de la Administración autonómica se encargaron de colocar la pieza en el lugar que ocupó originalmente, para que pueda ser contemplada por los visitantes.

De esta forma, el recuerdo de lo ocurrido y la memoria a las víctimas de la tragedia permanecerán siempre presente.