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El gran reto de las Rías Baixas: que el bum turístico no nos explote en la cara

Rosa Estévez
rosa estévez CAMBADOS / LA VOZ

SOMOS MAR

CEDIDA

Mulleres Mar de Arousa organizó un debate sobre los retos del sector

29 jun 2021 . Actualizado a las 08:55 h.

El mar es la sustancia de Arousa. Es un motor económico, un ecosistema en el que la pesca, el marisqueo y la acuicultura conviven con actividades de ocio y turismo. Sobre estas últimas ha querido poner el foco la Asociación Mulleres do Mar de Arousa, que ayer organizó una mesa redonda para reflexionar sobre los retos y las oportunidades que afronta el sector de ocio y turismo en las Rías Baixas. Tres empresarias, tres mujeres de mar -Bibiana Álvarez, de Alvamar; Marta Iglesias, de Piragüilla y María Calvo, de Arenaria- pusieron sus experiencias al servicio de un debate del que se extrajeron conclusiones dignas de ser atendidas. La primera de ellas, que estamos viviendo un momento de «bum» de la actividad del ocio vinculado al mar. «Estamos en un momento de auge. Con el tema de la pandemia es como si la gente necesitarse hacer actividades al aire libre, y en concreto el mundo de la náutica es muy apetecible», explica Bibiana Álvarez, de Alvamar. Además, Arousa es un destino «que está de moda», apunta Marta Iglesias, de Piragüilla. Y ahí se introduce otro de los asuntos abordados ayer: el riesgo de que el bum turístico acabe por explotarnos en la cara.

«Es fundamental saber hacia dónde vamos, hacia dónde queremos ir», explica la responsable de Alvamar. En ese sentido, tanto su empresa como las otras dos firmas que participaban en el debate, tienen ya unas cuantas ideas sobre las que trabajar, como ampliar el perfil del turista para el que se diseñan los productos de ocio y tiempo libre, pensando más en un público de más edad; o en desarrollar productos de accesibilidad universal.

Pero antes de llegar ahí, las tres ponentes que ocuparon la mesa de debate abordaron la situación actual del sector. En un momento de bum turístico, el número de empresas dedicadas a prestar servicio se dispara. «Saen empresas de debaixo das pedras», dice con humor Marta Iglesias. Y ese crecimiento desbocado y acelerado tiene algo de contraproducente. «Hay casos en los que se trata de gente que no ve más que el negocio y no le preocupa lo que hay alrededor», dice Bibiana Álvarez. «Nós a semana pasada tivemos que cancelar dúas saídas en kaiak que tiñamos programadas por culpa do vento. Houbo empresas que non o fixeron. E se pasa algo?», apunta Marta Iglesias.

Seguridad, calidad de los servicios, originalidad de los productos turísticos que se explotan, formación... Esas son lagunas de las materias en las que se está patinando, dicen unas empresarias que han logrado vivir de su actividad todo el año, y que asisten atónitas a un ejercicio masivo de depredación en julio y agosto. Las Rías Baixas corren, a juicio de las protagonistas del sector, el riesgo cierto de masificación, con todo lo que ello conlleva. Y es que si de algo están convencidas las pequeñas empresas que han ido cristalizando con el paso de los años en Arousa, que han ido creciendo poco a poco, es que la sostenibilidad es una apuesta irrenunciable. Y que en cuanto ese concepto se pierda de vista, y los grupos de turistas se conviertan en masa, comenzará el ocaso para Arousa y el resto de Rías Baixas.

El sorprendente atractivo de la ciencia

Arenaria Coordinación es una empresa de Padrón que nació hace doce años, «casi por casualidad». María Calvo, que había estudiado Ciencias del Mar, decidió dedicarse a hacer divulgación científica, y así nació una firma que trabaja durante todo el año organizando talleres y campamentos, y que durante los meses de verano diversifica, intentando darle un empujón al llamado «turismo científico». Calvo destaca la buena sinergia que se ha generado entre las distintas empresas que comparten espacio en Arousa -y en concreto, entre las tres que participaron en la charla- a la hora de darse apoyo mutuo y de ayudarse a progresar.

Equilibrio entre el éxito y la sostenibilidad

Marta Iglesias era mariscadora y entrenadora de piragüismo. Un día, un amigo de Tui «veu pasar o día á Illa. Díxome que me prestaba un remolque con piraguas para alugalas; que se non o facíamos nós, que o ía vir facer alguén». De esa forma nació, hace 16 años, Piragüilla, una empresa de ocio y aventura que organiza rutas en kayak, paseos en bicicleta y un sinfín de actividades que tienen en el mar y en el respeto a sus oficios tradicionales -del marisqueo al trabajo de las bateas, pasando por la pesca de bajura- un eje vertebrador. La firma ha ido creciendo poco a poco hasta ahora: Piragüilla quiere ser un negocio sostenible, no una máquina de hacer reservas.

Una apuesta desde el mar por accesibilidad

Alvamar nació en el año 2005 como una escuela náutica. «Pero había muchos altibajos y decidí diversificar la actividad. Así llegué al turismo», cuenta Bibiana Álvarez. El despegue del Parque Nacional das Illas Atlánticas supuso un espaldarazo para una empresa como la suya, que ofrece rutas programadas -visitas a las islas Atlánticas, remonte del Ulla, pesca artesanal- pero que sobre todo ofrece la posibilidad de trazar rumbos personalizados, adaptados a los intereses, los gustos y las circunstancias del cliente. Alvamar dispone de un barco cien por cien accesible, pensado para que todo el mundo, todo, pueda subirse a él y disfrutar del viaje.