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Las conservas del mar subirán porque las materias primas se han encarecido

s. serantes REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

Una conservera gallega, en una foto de archivo
Una conservera gallega, en una foto de archivo MARTINA MISER

«Muy significativos» aumentos y sobrecostes abocan a fabricantes a repercutirlos en los precios de latas de pescados y mariscos

24 may 2021 . Actualizado a las 11:58 h.

Bastante menos en el sector alimentario, pero hace meses que los suministros de un sinfín de productos no fluyen como antes de la pandemia. Casi nada o casi nadie se libra de las limitaciones en la producción, las restricciones de movilidad y los sobrecostes derivados de la crisis sanitaria. Tampoco las conserveras de pescados y mariscos, que se declaran abocadas a repercutir el encarecimiento y la escasez de las materias primas. Quizás aún no se note en las tiendas, pero fabricantes pronostican una subida que consideran inevitable en un producto del que destacan la óptima relación entre su precio y su seguridad alimentaria, nutrición, sabor, comodidad y versatilidad.

Grandes embajadoras de Galicia las alrededor de doscientas empresas que producen conservas de pescados y mariscos «sin conservantes», a la venta en más de 140 países de cinco continentes, y que generan cerca de 11.000 empleos directos en la comunidad autónoma. Sobresalen en España, que a su vez despunta en el sector como el primer productor de la Unión Europea (UE) y segundo del mundo. Invirtiendo en prevención e higiene y reforzando los controles, durante la pandemia cumplen su compromiso de abastecer a la población. Manteniendo el empleo, las firmas españolas de conservas del mar cerraron el 2020 con una producción de 360.000 toneladas (un 2 % más que en el 2019) y 1.754 millones de euros (un 4, 8 % más), según datos de Anfaco.

El 65 % del coste final en el atún

Por lo que dicen los fabricantes, no tardarán en costar más, aunque queda por ver cuánto. Todo por los «muy significativos incrementos de valor en todas las materias primas» en lo que va de pandemia. En el sector conservero, «esencial y estratégico, tenemos una espada de Damocles» encima, subrayó Juan Manuel Vieites, secretario general de Anfaco-Cecopesca, la Asociación Nacional de Fabricantes de Conservas de Pescados, en una Mesa Saludable Origen Gallego, organizada por La Voz y patrocinada por Vegalsa-Eroski.

Contextualiza la subida explicando que las materias primas son «una parte fundamental del coste final, un 65 % en el caso del atún». Es la más consumida y exportada desde España, casi 231.100 toneladas por un valor de 884 millones de euros el año pasado, y se elabora mayoritariamente con túnidos pescados en los océanos PacíficoÍndico y Atlántico.

«Por la escasez de materia y prima y el encarecimiento de todas las que intervienen en el proceso productivo de las conservas», Iván Alonso-Jáudenes, director general de la Conservas Alonso, la marca Palacio de Oriente, prevé un 2021 «tremendamente complejo, difícil» tras un 2020 que tanto para las conserveras como para Vegalsa-Eroski «ha sido muy bueno en ventas», señaló Jorge Eiroa, director de compras de esa comercializadora.

«Demasiado económicas»

De las inversiones de los fabricantes durante la pandemia para asegurar «lo principal, que era no desabastecer el mercado», también hablaron durante ese debate otros dos directores generales de conserveras, Rosa Nieto, de Friscos, y Andrés Cerdeiras, de Cerdeimar, quien considera «las conservas de pescados y mariscos demasiado económicas para las bondades y virtudes que tienen» como alimentos seguros, saludables, cómodos de usar y versátiles en la cocina.

Las conserveras «se han defendido en el año 2020 y creo que esa tendencia se va a mantener en el 2021», sostiene Vieites. Matiza que el impacto de la crisis del covid-19 en el sector «no ha sido homogéneo». Golpeó más a las que trabajan para el canal Horeca por los cierres de la hostelería, el mercado del gourmet se ha mantenido «más o menos estables» y el detallista «se ha comportado realmente bien porque aumentó el consumo en los hogares».

«Ganaríamos por goleada»

Los fabricantes gallegos y españoles de conservas de pescados y mariscos negocian en un mercado global, al que exportan más del 60 % de su producción, y en el que Vieites confirma «que no podemos competir por mano de obra barata, sino por tecnología, calidad y seguridad alimentaria». Del mismo modo que incidió en el coste de la materia prima, la pandemia les ha permitido «abrir nuevos mercados; la gente se ha dado cuenta de que China no puede o no debe ser la fábrica del mundo», por lo cual otros países han vuelto a mirar a Europa, comentó Alonso-Jáudenes.

Al mismo tiempo que durante el debate Eiroa ponía el acento en «las magníficas conservas que tenemos en Galicia», Cerdeiras concluye que «saldríamos ganando por goleada, incluso con una diferencia importante en el precio», en una prueba que propone en un supermercado. Expondría en una parte del lineal «sardinas fabricadas en Marruecos e importadas a España, y otro lateral a sardinas fabricadas en Galicia, en España, pero que en los estuches el consumidor pudiese ver bien claro su origen, información a mayores no con letritas pequeñitas» como las que figuran en los envases.