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La marcha del Stalwart cierra 13 años de sello naval para Australia

Beatriz García Couce
beatriz couce FERROL / LA VOZ

SOMOS MAR

JOSE PARDO

El presidente de Navantia y la Embajadora de las antípodas despidieron el barco

21 may 2021 . Actualizado a las 04:55 h.

El segundo buque de aprovisionamiento en combate construido por Navantia Ferrol para la Armada de Australia, el Stalwart, navega ya rumbo a su futura base, en Perth. El presidente de la compañía pública, Ricardo Domínguez, y la embajadora de Australia en España, Sophia McIntyr, participaron ayer en el acto de despedida del barco en el astillero de la urbe naval, en donde subrayaron los vínculos que unen a ambos países a través de los navíos fabricados por Navantia. La diplomática afirmó que la partida supone el cierre a más de una década de construcción de buques por parte de la empresa española para su Armada, y afirmó que el 60 % de la flota -alrededor de 115.000 toneladas de acero- llevan el sello de Navantia. «El papel de la empresa en la construcción de cuatro clases de buques para Australia ha constituido un pilar importante en el desarrollo y la evolución de nuestros vínculos políticos, económicos, militares y culturales», aseguró, al mismo tiempo que recordó que a partir de ahora la relación continuará a través del mantenimiento de los navíos.

Ricardo Domínguez subrayó «el éxito de la colaboración» con las antípodas y puso en valor el esfuerzo realizado por los trabajadores para la consecución de los buques. Aunque incidió en el importante papel que jugarán las fragatas F-110 como palanca de transformación del astillero, afirmó que él está comprometido con la búsqueda de carga de trabajo.

El delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones, y el almirante del Arsenal, Antonio Duelo, también estuvieron en el acto.

La partida del Stalwart deja sin ocupación a los gremios de producción hasta que arranque la nueva generación de fragatas, en el verano del 2022. También hizo alusión a este desafío el director del astillero, Eduardo Dobarro, quien subrayó que con el buque «queda patente el conocimiento, el saber hacer y el esfuerzo realizado por los trabajadores y trabajadoras, tanto de Navantia como de su industria colaboradora, especialmente en una situación tan delicada, provocada por la pandemia». En el muelle desde donde se liberaron las estachas para que partiera el barco se concentraron empleados de la plantilla directa y de las auxiliares, que reclamaron carga de trabajo. Pusieron de relieve una jornada más sus principales demandas, como la posible transformación del carguero Galicia o la construcción de un nuevo buque de aprovisionamiento para la Armada española.

Barco clasificado

Antes de su marcha, el buque fue clasificado satisfactoriamente por la sociedad Lloyd’s Register.