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La burocracia ralentiza la vacunación de 500 tripulantes de altura de Marín

Marcos Gago Otero
marcos gago MARÍN / LA VOZ

SOMOS MAR

EMILIO MOLDES

El ISM ha pedido varias veces listas de embarcados a los armadores

14 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La burocracia complica la vacunación de los tripulantes de los barcos de altura de Marín, un colectivo que llega a superar las 500 personas embarcadas en el caladeros tan dispares como el nacional, Malvinas, Gran Sol o el Pacífico. Mientras en algunos puertos gallegos, como el lucense de Celeiro, han comenzado ya las vacunaciones, en Marín se desconoce cuándo se iniciará este proceso.

El Instituto Social de la Marina (ISM) ha pedido hasta en tres ocasiones listados de tripulantes a la asociación de armadores para dárselos al Sergas. El gerente de los armadores, Juan Carlos Martín, indica que aún no se les ha dicho cómo comenzará. Por saber, ni siquiera se les ha informado de si se vacunarán a las tripulaciones enteras —la medida que piden los armadores— o solo a unos pocos de cada barco —el último contacto del ISM fue identificar a tres o como sumo cinco personas por embarcación—. La cuestión es que en el caso de la flota de altura, con una gran dispersión geográfica y con largos períodos a bordo, que pueden llegar a seis meses, urge dar una seguridad sanitaria a los trabajadores, empresas y sus familias.

La vacunación de los barcos de segmentos de la flota como litoral nacional, costa de Portugal y en cierta medida el Gran Sol se puede hacer a priori más fácilmente, porque estos barcos regresan a su base en Marín en períodos que no son excesivamente largos. Sin embargo, esta situación es mucho más compleja en el caso de barcos como los de Malvinas, el Pacífico, el Índico o caladeros africanos, donde los cambios de turnos de trabajadores se hacen enviando por vía aérea a otro país a los relevos de las tripulaciones. Esos barcos acuden a Marín en muy contadas ocasiones, por su propia dinámica laboral. Juan Carlos Marín señala que, en este caso, «lo lógico es vacunar a los relevos» para que estos estén inmunizados cuando emprendan el vuelo hacia los países donde descargan y se abastecen sus buques.

Otras fuentes del sector marinense apuntan que las dificultades sanitarias y económicas causadas por un brote a bordo de un barco son enormes. Por ejemplo, en el caso de Marín ya son tres los pesqueros que han tenido que guardar cuarentena atracados al detectar marineros positivos. Si todos estuviesen vacunados, se podrían evitar estas situaciones. Asimismo, si se produce un brote en alta mar y los países más cercanos no tienen un sistema sanitario con garantías como los europeos, la atención médica de los infectados puede complicarse.

Por otra parte, en la flota de bajura de la ría las cofradías también creen que se les debería tener en consideración porque sus tripulaciones pasan muchas horas de convivencia en un espacio pequeño. Por ahora, solo están vacunados de toda la flota los trabajadores que les ha tocado por la franja de edad en el marco de la campaña de vacunación de la población en general.