El administrador anuncia que antes del 2030 el precio por transitar la vía interoceánica ya no dependerá solo de la eslora, la manga y el calado de los buques
26 abr 2021 . Actualizado a las 12:30 h.El Canal de Panamá será «carbono neutral» tras eliminar las emisiones de CO2 antes del final de esta década, afirmó este domingo el administrador de la vía interoceánica, Ricaurte Vásquez. Indicó en ese sentido que lo que se pretende es que la huella de carbono de quien transite por el Canal de Panamá «sea la mínima». Por lo tanto, dijo, «el buque que genere una huella de carbono muy alta tendrá que pagar un precio mayor» de peaje por el tránsito.
«Antes del final de esta década el Canal de Panamá será carbono neutral. Nosotros vamos a eliminar las emisiones de carbono, y esa es una tarea estratégica en la que el Canal está comprometido», dijo Vásquez a la cadena de televisión TVN. El asunto, según Vásquez, pasa primero por definir cómo se traduce eso en la operación diaria de la vía acuática que conecta los océanos Atlántico y Pacífico.
Explicó que la idea es llegar a un diseño de sus instalaciones que sean «ambientalmente robustas», lo cual abre una oportunidad aun mayor en cuanto a establecer un nuevo concepto sobre el tránsito de buques por el canal y «una oportunidad de precio totalmente diferente a la histórica» que dicta la eslora, la manga y el calado.
«Eso va a traer como consecuencia que nuestras lanchas y remolcadores vayan a tener que cambiar de tecnología para usar combustibles que no son fósiles, reducir la huella de carbono que emita el Canal de Panamá y, en esa misma medida, aprovechar la oportunidad» que esto ofrece, detalló el administrador.
El Canal de Panamá lanzó en enero pasado una plataforma donde publicará datos mensuales sobre las emisiones de CO2 ahorradas por los buques que eligieron transitar por la vía interoceánica. En el 2020, el Canal de Panamá ayudó a reducir más de 13 millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono (CO2) en comparación con las rutas alternas, como Suez, Cabo de Hornos y Cabo de Buena Esperanza.
Vásquez destacó que «los costos de protección del ambiente los tiene que pagar la humanidad, y esos costos de protección en que incurre el Canal de Panamá los tenemos que recuperar a través de nuestros mecanismos de precios».
La ruta acuática, que mide 82 kilómetros de largo, funciona con un sistema de esclusas a distintos niveles, que se abastecen de dos lagos artificiales en la cuenca del río Chagres. Los lagos artificiales Gatún (1913) y Alhajuela (1935) alimentan no solamente a la vía interoceánica, por la que pasa el 6 % del comercio mundial, sino también al 55 % de la población de Panamá.
El Canal de Panamá aplica desde 2020 sobretasas por el uso del agua dulce para el tránsito de buques en el marco de un plan para afrontar la escasez del líquido causada por las consecuencias de la crisis climática y financiar los planes futuros para garantizar su plena disposición.
«Si nosotros no mantenemos nuestras fuentes de agua el Canal no puede funcionar, y es agua dulce, no se trata de agua de mar como es el caso de Suez, así que la preocupación por mantener las fuentes hídricas del Canal es crítica, y por ello estamos estableciendo unos criterios totalmente novedosos», indicó Ricaurte Vásquez a TVN.