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La actividad de los furtivos va en aumento en Cabo

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

SOMOS MAR

Imagen de archivo de los vigilantes de Cabo de Cruz
Imagen de archivo de los vigilantes de Cabo de Cruz marcos creo

Los vigilantes interceptaron a seis personas en la franja costera comprendida entre Xión y Praia Xardín en una noche

19 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

No respetaron el confinamiento y mucho menos cumplen el toque de queda. Tras un breve período de tiempo en el que descendió la presencia de furtivos en las concesiones que administra la cofradía de Cabo de Cruz, en las últimas semanas su actividad ha ido en aumento y los guardapescas tienen serias dificultades para llegar a todos los puntos en los que ejercen su ilegal actividad extractiva.

Durante la pasada madrugada, los vigilantes interceptaron a seis personas en la franja costera comprendida entre Xión y Praia Xardín. Las actuaciones desarrolladas por los guardapescas permitieron la recuperación de 29 kilos de almeja japónica.

El primer par de furtivos fue detectado pasada la media noche, cuando salía de una zona de monte en Xión en la que había escondido un saco con poco más de 16 kilos de bivalvo.

Hacia la una de la madrugada, los vigilantes interceptaron a otros dos, en este caso en las inmediaciones del muelle de Chouza. Todo indica que trabajaban de común acuerdo con los primeros que habían sido identificados.

Maniobra de despiste

Al parecer, al ver que habían sido descubiertos intentaron engañar a los guardapescas para que centrasen su atención en ellos. De esta forma, otros mariscadores ilegales tendrían vía libre para esconder el marisco.

Sin embargo, la maniobra no funcionó y acabaron vaciando en el muelle de Chouza las capturas que habían conseguido.

Pero la noche continuó movida para los profesionales contratados por la cofradía de Cabo de Cruz. Cuando ya habían sacado a los furtivos de Chouza observaron que había otros cuatro, repartidos entre Xión y la zona del río.

Los vigilantes decidieron observar sus movimientos con el fin de evitar que pudieran conseguir su propósito de marcharse con el molusco.

Avanzando por el río Coroño, dos de los mariscadores ilegales intentaban buscar un lugar seguro para esconder el bivalvo que habían logrado extraer. Eligieron la zona del pazo de Goiáns, pero su estrategia no dio resultado porque los trabajadores de la cofradía lograron localizar el producto que iba a ser distribuido ilegalmente. Se trataba de un saco con 13 kilos de almeja japónica.

El recrudecimiento de la extracción ilegal de marisco se produce en un momento en el que la cofradía de Cabo de Cruz está atravesando una situación delicada. La excesiva entrada de agua dulce ha provocado una importante mortandad.

La almeja japónica, una de las especies que en los últimos tiempos estaba constituyendo la tabla de salvación para garantizar los ingresos de los profesionales con permex, se ha visto seriamente afectada. Precisamente, esta es la variedad que más están capturando los furtivos y los principales decomisos realizados han de esta especie, en algunos casos de cría.