Patrocinado porPatrocinado por

El pulpo gallego quizá resurja este año

S. S. REDACCIÓN/ LA VOZ

SOMOS MAR

Pulpos capturados en la ría en el 2011, cuando se vendieron en las lonjas gallegas 3,4 millones de kilos, más del triple que en el 2020
Pulpos capturados en la ría en el 2011, cuando se vendieron en las lonjas gallegas 3,4 millones de kilos, más del triple que en el 2020 vitor mejuto

Grandes desoves y ciclos históricos apuntan que mejorará el nefasto 2020

17 mar 2021 . Actualizado a las 17:42 h.

Cuando el anticiclón de las Azores genera vientos del norte, el agua de la superficie del mar gallego se desplaza al océano y asciende la del fondo, cargada de nutrientes. Es el afloramiento, ese proceso natural que entre primavera y verano llena de vida y alimento las costas de Galicia, uno de los medios marinos más ricos del planeta. Determina la abundancia de especies como el pulpo, ese símbolo gastronómico que se esfumó en el 2020. Las lonjas gallegas vendieron un 58 % menos que el promedio anual de este siglo y solo facturaron un 42 % menos gracias a que se pagó un 39 % más. El nefasto año para el pulpo gallego quizá quede atrás en este 2021 porque grandes desoves detectados por los pescadores apuntan que puede repetirse lo que revelan ciclos históricos a los que se remiten los científicos, según los cuales a un año de escasez suele seguirlo otro de abundancia.

Los esperanzadores pronósticos se apuntaron este lunes en el seminario telemático «A situación do polbo en Galicia: problemas e oportunidades de futuro». Organizado dentro del proyecto Cephs and Chefs y financiado por el Interreg de la Unión Europea, lo impulsan trece entidades de España, Portugal, Francia, Irlanda y Reino Unido en busca de nuevos productos a base de cefalópodos, para mejorar la rentabilidad de los pescadores y de las empresas del sector.

Sebastián Villasante, profesor de la Universidade de Santiago de Compostela, coordinó un taller en el que José Antonio Pérez Sieira, presidente de la Federación Galega de Confrarías de Pescadores, desveló que los marineros se están topando con «muchísimo desove» de pulpo en Galicia.

Octopus vulgaris cuyo desarrollo depende del afloramiento, en el que influye ese mismo cambio climático que repercute en la temperatura, la salinidad o la acidez de las aguas. Son factores claves en la abundancia o escasez de pulpo, detalló en el foro el investigador Xulio Valeiras, del Instituto Oceanográfico de Vigo. Otro aspecto relevante es la pesca, aunque Valeiras considera «muy complejo distinguir» cómo y cuánto incide cada factor.

«Muy sensible» a los cambios medioambientales, el pulpo es a su vez «muy resistente desde el punto de vista de su capacidad de su recuperación», explica Xulio Valeiras. En Galicia el pico de reproducción coincide con la primavera, las hembras cuidan a los huevos hasta que estos eclosionan al final del verano, y después ellas mueren. Las larvas se alimentan en la columna de agua entre dos y cinco meses y prosiguen su desarrollo en el fondo. No viven más de dos años, y los que se capturan este año suelen haber nacido el anterior, añade Valeiras. Los machos alcanzan la madurez sexual con 903 gramos y las hembras desde 1.788 gramos.

Mil gramos es la talla mínima comercial en Galicia, donde casi todo se pesca con nasas y abunda más en la costa atlántica que en la cantábrica. Para contribuir a su reproducción, solía vedarse dos meses, mayo y junio. Coincidiendo con la pandemia, en el 2020 los pescadores y la Consellería do Mar redujeron el paro biológico solo a mayo. De la gestión habló en el seminario Marta Villaverde, subdirectora gallega de Pesca, quien comparte con el investigador Graham J. Pierce, del Centro Superior de Investigaciones Científicas, en que «es casi inevitable tener años buenos y malos», más en el contexto mundial de caída de capturas de cefalópodos que describe Pierce.

Gill Ainsworth, investigadora posdoctoral en la Universidade de Santiago, echa en falta más información biológica para «desarrollar modelos de producción y adaptar las vedas a objetivos biológicos y económicos».

Villaverde plantea como «ideal poder desarrollar modelos predictivos que permitan detectar problemas», anticiparse para gestionar los recursos con «herramientas dinámicas» para reaccionar modulando la pesca en años críticos como el 2020. Pérez Sieira está de acuerdo en regular la pesquería «en función de cómo evolucione la campaña, no para todo el año», como hasta ahora.

En el foro también intervinieron Pilar Otero, de Frigoríficos Rosa de los Vientos, y Pablo Pita, investigador posdoctoral en la Universidade de Santiago.