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Boris Johnson anima a los británicos a comer más pescado en sus casas

juan francisco alonso LONDRES / E. LA VOZ

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El «premier» se convierte en embajador de los productos marinos autóctonos a petición de los diputados «tories» de las zonas costeras

04 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Comer más pescado en casa. Esta es la solución de Boris Johnson a la crisis que atraviesa la industria pesquera británica a raíz del brexit y, por ello, el primer ministro ha respaldado la idea de lanzar una campaña para incentivar a los habitantes del Reino Unido a consumir más productos del mar. Pero no cualquier tipo de producto, sino aquel capturado en sus aguas y por sus marineros. La idea surgió en una videoconferencia que el mandatario conservador mantuvo la semana pasada con los diputados de su partido que representan a las zonas costeras del país, recogió la cadena pública BBC.

El plan incluiría la participación de reconocidos chefs británicos, quienes ayudarían a promover las especies autóctonas, pero también del propio premier. «Creo que él, en su condición de primer ministro y con sus relaciones públicas, podría ayudar mucho al decirle al pueblo británico que deben comprar salmonete, sanmartiño o el mújol, por ejemplo. Eso sería muy un apoyo muy importante», aseguró la diputada torie por el sureste de Cornualles, Sheryll Murray.

La petición no cayó en saco roto, porque nada más concluir la reunión, la portavoz de Johnson, Allegra Stratton, afirmó que al inquilino del 10 de Downing Street le encanta el salmón escocés.

Con reservas

Aunque reconocen que una campaña para impulsar el consumo doméstico no les vendría nada mal, desde la Federación Nacional de Organizaciones de Pescadores (NFFO, por sus siglas en inglés) consideran que esta será insuficiente para compensar los daños que están sufriendo, debido al acuerdo comercial que Johnson firmó con Bruselas la pasada Nochebuena para materializar un brexit ordenado. «El pacto es malo, porque no proporciona un nivel de oportunidades de pesca que permitan la regeneración de nuestras comunidades costeras», se quejó Barrie Deas, presidente de la NFFO. Agregó: «Aunque somos un Estado costero independiente, las flotas de la UE pueden seguir pescando dentro de nuestros límites de 6 a 12 millas».

Pese a las reservas, Deas considera que la iniciativa podría revertir «el gusto» que los británicos tienen por las especies extranjeras. El Reino Unido importa todo el atún que consume, mientras que la merluza, muy abundante en sus aguas, se exporta en su totalidad a España. La caballa es otra especie que se halla en grandes cantidades en las aguas británicas, pero el 60% se enviaba a la UE antes del brexit.

Algo más que palabras

Desde el Partido Laborista han criticado la iniciativa. El diputado Luke Pollard, responsable de los asuntos pesqueros, afirmó que una campaña «no evitará que la industria pesquera se arruine debido al mal trato logrado con la UE. De nada valdrán los comentarios que haga el primer ministro».

Esta acción con sello de Johnson se suma a la que agrupaciones de pescadores de Cornualles han puesto en marcha y la cual incluye rebautizar algunas especies para tratar de hacerlas más atractivas para los consumidores británicos y así paliar la caída que vienen registrando sus exportaciones a los Veintisiete, como consecuencia de los nuevos controles aduaneros y fitosanitarios impuestos por la salida del Reino Unido del bloque.

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