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Fauna insólita del puerto de Sanxenxo: hogar de nutrias e imán para arroaces

Marcos Gago Otero
marcos gago SANXENXO / LA VOZ

SOMOS MAR

NAUTA SANXENXO

La rada de la capital turística no solo sirve de escala para yates y pesqueros

25 feb 2021 . Actualizado a las 10:53 h.

El puerto deportivo de Sanxenxo es el hogar de una familia de nutrias desde hace algo más de 25 años. Hay momentos en los que los arroaces entran a la dársena y se les puede ver moverse entre los yates de los pantalanes de Nauta. La rada de la capital turística de las Rías Baixas no solo sirve como escala para las embarcaciones, también actúa como un imán de estas dos especies tan distintas, pero a la vez ligadas al mar. Es un elemento más a tener en cuenta, un plus de calidad que avala la buena salud de las aguas del puerto, como explica el contramaestre de Nauta, Jesús Quintáns. Y un atractivo más para una villa que ya hace gala de una larga lista de singularidades.

El puerto deportivo de Sanxenxo se inauguró en el 2005 y prácticamente desde su creación ha servido como hogar para una familia de nutrias. Son escurridizas y difíciles de fotografiar o grabar. De hábitos nocturnos, duermen de día y evitan a los humanos. No tienen nombre, pero son residentes con domicilio fijo en algún hueco de los pantalanes o de los muelles. Allí han criado ya muchas camadas a lo largo de los años. Los marineros y los trabajadores de Nauta lo saben porque a veces las ven, o se encuentran con los rastros que dejan a la mañana siguiente. Les gusta corretear por los pantalanes y a veces se suben a las embarcaciones. No es raro encontrarse con restos de su comida o con las marcas de sus pisadas.

«De noche hay veces en que las ves, pero no te dejan acercarte», indica Quintáns, que se muestra orgulloso de sus tímidas vecinas. «Una nutria es un indicador de que la calidad del agua del puerto de Sanxenxo es excelente», resalta.

Crianza con éxito

Las nutrias sanxenxinas crían sin temor en el puerto. Lo suelen hace cada dos años, según precisa el contramaestre, aunque los jóvenes no quedan en la rada, al tratarse de ejemplares bastante territoriales. «Si sacan un macho el padre lo echa pronto, si es una hembra la aguanta algo más», sostiene Quintáns.

A lo largo de estos años, trabajadores de Nauta y marineros se han acostumbrado a la presencia de esta familia de nutrias, pero no son la única especie vistosa de animales que tiene en Sanxenxo una de sus referencias. La otra clase son los arroaces. «Somos un puerto bastante abierto y muy bien situado, además la calidad del agua es buenísima y es muy frecuente que se metan dentro de la dársena y los ves entre los barcos», recalca el contramaestre de Nauta. Estos cetáceos se encuentran tan a gusto en Sanxenxo que juegan entre los yates una media de dos veces a la semana durante sus periplos por la ría de Pontevedra.

Y es precisamente la ubicación de su puerto lo que lo convierte en un observatorio excepcional para contemplar las evoluciones de los arroaces en la ría. «El espigón es un lugar privilegiado para observarlos. Es muy raro que pase un día sin que los veas pasar y no solo arroaces, sino también delfines y marsopas».

En invierno sus avistamientos no son tan frecuentes, pero en el verano, se ven pasar a diario, según afirma el contramaestre de Nauta. El ente municipal colabora con el Gremmar en el estudio de estos cetáceos, que son uno de los emblemas de la fauna marina de la ría y un atractivo indiscutible para los turistas.