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Entrando en un caladero ignoto

E. Abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

MARTINA MISER

La pesca navega sin carta. El covid y el «brexit» presentan ante el sector un futuro impredecible que, sin duda, pondrá de nuevo a prueba su resiliencia

02 ene 2021 . Actualizado a las 22:21 h.

Resiliencia: «Capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos». Es una de las acepciones que da la RAE (Real Academia Española) de un sustantivo que bien podría tener como sinónimo «sector pesquero». La segunda que ofrece es: «Capacidad de un material, mecanismo o sistema para recuperar su estado inicial cuando ha cesado la perturbación a la que había estado sometido». Y ahí se pierde la equiparación. El sector pesquero no volverá a ser el mismo que era ni antes del covid ni antes del brexit. Además, está por ver cómo sale de un 2021 que viene cargado de novedades, revisiones y cambios que obligan al sector a estar permanentemente alerta, porque, como apunta Jesús Lourido, de Puerto de Celeiro, han ocurrido cosas que no habían sucedido antes y «a pesca navega sin carta». Y por un caladero ignoto: el que ha traído el covid y sus efectos en el mercado y en los precios en primera venta.

postbrexit

Un «coto vedado» en medio de Gran Sol. El primer cambio al que debe enfrentarse el sector pesquero es a tener un coto vedado en medio de Gran Sol. Cierto que años atrás ya tuvo el box irlandés -un área con acceso limitado a contados barcos-, pero era una nimiedad en comparación con las 200 millas que ahora se reserva para sí el Reino Unido. Desde el pasado día 1, a esas aguas de soberanía británica solo pueden acceder los pesqueros que ha autorizado el Gobierno británico y el producto que allí descarguen los españoles será tratado como mercancía extranjera: pasará control sanitario y aduanero antes de partir hacia su destino, que no suele ser ningún mercado de toda Gran Bretaña. Lo mismo a la inversa: el pescado que envíen los pesqueros de capital gallego y bandera británica pasará por Sanidad y Aduanas. Es un caladero ignoto que pondrá a prueba la resiliencia de la mermada flota de los 300, que ya apenas supera el medio centenar (gallegos). Desde luego, «el negocio va a ser diferente a partir de ahora», admite Javier Garat, secretario general de la Confederación Española de Pesca (Cepesca).

negociación de cuotas

Las «noches toledanas» tendrán un preludio con Londres. Como la pesca en Gran Sol, la fórmula de reparto de cuotas tampoco será lo mismo. Las maratonianas negociaciones de los ministros de Pesca en Bruselas tendrán un prólogo: el que escriban Londres y la Comisión Europea y que marcará el total admisible de capturas (TAC) de las 119 especies cuya gestión comparten en el Atlántico. No serán ya los ministros los que fijarán el tope de capturas: lo harán el Gobierno británico y una Comisión Europea «cada vez más verde» -apunta Garat- que poco margen deja a las cuestiones sociales y económicas. Al sector no le cabe duda de que los Gobiernos nacionales perderán influencia. Se verá en unas semanas.

 cámaras a bordo

El reglamento del «Gran Hermano». Las negociaciones entre la Comisión y la Eurocámara para adaptar el reglamento de control de la flota. Es el mismo que trajo a la pesca el carné por puntos y que ahora quiere introducir cámaras y circuitos cerrados de televisión en los barcos para velar por el cumplimiento de la obligación de desembarque (OD). También prevé un sistema para tener localizada a la flota de bajura e, incluso, una especie de caja azul para controlar la potencia de las embarcaciones. Eso, sin olvidar la revisión de los márgenes de tolerancia en las capturas... Más complicaciones y mayor burocracia.

estrategia biodiversidad

El arrastre, de nuevo en el punto de mira. La Comisión tendrá que desarrollar este año la normativa de sus estrategias Biodiversidad y De la Granja a la Mesa, que afectan al sector pesquero. En especial, la primera, pues quiere ir por delante del mundo en general y aplicar medidas de protección para el 30 % de sus aguas, y de ese porcentaje, el 10 % estaría completamente vedado a la actividad pesquera. También trae perlas para el arrastre, al que quiere, de nuevo, condenar al ostracismo en los mares europeos.

 normativa nacional

Novedades tras la «Ómnibus». En su día, el ministro de Agricultura y Pesca, Luis Planas, anunció la tramitación de cuatro leyes de pesca. Comunicó al sector que tendrían los borradores de alguna de ellas en noviembre. «Estamos en enero y no tenemos más que el encabezamiento de ellas», apuntó el secretario general de Cepesca. Una es la revisión de la de Ley de Pesca Marítima, en la que se han anunciado cambios importantes en materia de sanciones, pero también están pendientes el proyecto de ley de pesca sostenible e investigación pesquera, el de modernización del sistema de control e inspección y del régimen sancionador, y el proyecto de ley de digitalización, ordenación y comercialización.

 panorama internacional

El «superaño» que no pudo ser. El 2020 estaba llamado a ser el superaño internacional de la pesca. Se iban a revisar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en China, se iba a tomar en Nueva York un acuerdo jurídico vinculante para proteger los recursos genéticos (BBNJ), a revisar el estado de los océanos en una conferencia en Lisboa... Pero llegó el covid y no pudo ser. Todas esas cumbres se pospusieron al 2021, que toma el relevo como superaño internacional de la pesca.

 acuerdos pesqueros

Pescando en terceros países. Otro de los aplazamientos que trajo el covid fue la negociación del que, hoy por hoy, es el principal acuerdo de pesca que la UE tiene suscrito con un tercer país: el pacto con Mauritania. Allí faenan varios barcos de la antigua flota de cefalopoderos gallega, así como una decena de palangreros y arrastreros que capturan merluza y palometa. Las partes han decidido prorrogar el último protocolo con una modificación: la salida exprés para que la flota pueda descargar en otro país las capturas hechas en Mauritania en cuanto se produzcan cortes pro carretera en la frontera del país con el Sáhara.

 cetáceos

Disuasores acústicos. Desde ayer, los arrastreros de fondo del Cantábrico tienen la obligación de llevar en sus aparejos dispositivos acústicos de disuasión de cetáceos -denominados pingers- y los armadores y patrones están obligados a llevar observadores científicos del programa que pondrá en marcha la Secretaría General de pesca para mejorar la información científica que se dispone sobre los efectos de la pesca en estas especies. Además tendrán que cambiar de zona de faena en cuanto detecten que hay delfines o ejemplares similares. Es el intento de España de esquivar una sanción de la Comisión por no tomar medidas para reducir el elevado número de varamientos de cetáceos detectado en el golfo de Vizcaya.

costera bonito

Más cuota. No se ha celebrado la cumbre de la ICCAT (Comisión para la Conservación del Atún Atlántico), pero un acuerdo ratificado en el último Consejo de Ministros ha hecho posible aumentar la cuota de bonito un 12 %. La flota cruza los dedos para poner fin a una serie de récords concatenados de costeras más cortas de la historia.

Inquietud ante la absorción del Instituto Español de Oceanografía por parte del CSIC

A pesar de la fuerte contestación por parte del sector pesquero y con opiniones divididas entre la plantilla afectada, el Ministerio de Ciencia decidió poner fin al caos financiero y administrativo que llevó al colapso al Instituto Español de Oceanografía (IEO) integrando a la institución de referencia en la investigación marina en el macroorganismo científico que es el CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas). La pesca sigue de cerca una absorción que arranca este año para que en esa dilución no se pierda la función de proveer de asesoramiento científico de calidad a un sector al que cada vez se le ponen más exigencias medioambientales.

sardina

Revisión de la cuota. Los científicos han constatado una fuerte recuperación de la sardina ibérica y eso ha traído un rayo de esperanza a la flota del cerco, que durante cinco años ha tenido fuertemente limitadas las capturas de la especie. El sector confía en que ese aval medioambiental sirva a los Gobiernos de España y Portugal para obtener el permiso de la Comisión Europea para elevar las capturas, no en vano el stock está en un nivel de biomasa que no se esperaba hasta dentro de dos años, en el 2023.

cigala

Reabrir la pesquería. Y si los cerqueros confían en tener más sardina, los arrastreros esperan, por fin, volver a capturar cigala al norte de Fisterra, donde la especie lleva en veda cuatro años. Este sería el quinto, pero la flota ha depositado toda su confianza en ese acuerdo que adoptaron los ministros en Bruselas de que antes de junio de este año se revisará la recomendación del ICES (Consejo Internacional para la Exploración del Mar) —extender la prohibición de captura hasta el 2022— para evaluar si es posible reabrir la pesquería este mismo año.

elecciones en los pósitos

Un candidato gallego. Las cofradías de España están llamadas este año a las urnas. Deberán elegir a la persona que presidirá la organización durante los próximos cuatro años. Actualmente, al frente de la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores de España (FNCP) está el lucense Basilio Otero, que ya ha anunciado que presentará de nuevo su candidatura al próximo mandato.