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Barcos gallegos no saben si deben salir de Gran Sol para esperar por la licencia

La Voz REDACCIÓN

SOMOS MAR

SANDER KONING

La lectura de la letra pequeña deja muchas incógnitas abiertas para la flota

29 dic 2020 . Actualizado a las 10:34 h.

La Unión Europea y el Reino Unido ya se habían cubierto las espaldas a mediados de mes por si no quedaba otra que romper la relación por las bravas. Los Veintisiete acordaron en el pasado Consejo de Ministros de Pesca el reglamento que ayer apareció publicado en el Diario Oficial de la UE (DOUE) y que recoge el acceso mutuo a las aguas de los pesqueros comunitarios y británicos a partir del día 1 en caso de que no hubiese acuerdo.

Pero lo ha habido. Y se va a instaurar un sistema de licencias. Londres debe entregar a Bruselas la lista de barcos para los que pide autorización y lo mismo ocurre con la UE, que tendrá que pedir licencia para los buques que hayan operado entre el 2012 y el 2016 que deseen continuar pescando en aguas británicas de Gran Sol a partir del viernes que viene. Hay varios barcos gallegos que quieren seguir. De hecho, algunos de A Mariña están faenando allí, pero a estas alturas, a tres días de que Gran Bretaña recupere la soberanía de sus aguas y pueda poner a prueba esos buques de guerra de los que hasta ahora tan solo ha alardeado, desconocen si tendrán que abandonar esa zona de Gran Sol para esperar por la licencia o podrán continuar allí de forma automática.

Ese es uno de los muchos flecos que el sector no consigue hilar ni repasando la letra pequeña del postbrexit en materia pesquera. Si hay que adaptar los puertos de Celeiro y Burela y dotarlos de punto de inspección fronteriza (PIF) para recibir mercancía británica es otra de las incógnitas, aunque los consultados -entre ellos la Administración gallega- entienden que no es necesario.

Otra de las inquietudes pasa por las competencias de ese comité especializado en pesquerías que tanta mano tendrá «para adoptar modificacións en canto a oportunidades de pesca», apunta Sergio López, gerente de la Organización de Productores de Lugo.

Encuentro con el sector

La reunión que ayer mantuvieron con el ministro Luis Planas los representantes del sector tampoco parece haber aclarado mucho las cosas. Les reiteró que la flota española podrá seguir pescando en Gran Sol durante los próximos cinco años y medio «en condiciones similares a las actuales» y con recortes de cuotas poco significativos, según informó ayer el Ministerio de Agricultura y Pesca en un comunicado con un tono menos entusiasta que el de hace dos días.

Tras el encuentro, la patronal pesquera Cepesca confesó su alivio «a corto plazo», pero no oculta su inquietud por lo que vendrá a continuación, sin perder de vista, además, que hay países aliados, como Irlanda, Dinamarca, lo Países Bajos o Francia, que, según los primeros cálculos, podrían ver recortadas entre un 25 y un 17 % sus posibilidades de captura en aguas del Reino Unido de aquí al 2026. Un golpe duro que sufrirán los pescadores de aquellos países en primera instancia, pero también los propios por las consecuencias que eso pueda tener sobre el «equilibrio pesquero europeo tras el período transitorio de cinco años y medio que ahora arranca», apunta la patronal.

Así, a la flota aún le inquietan cinco incógnitas de futuro: «La negociación anual de cuotas y acceso a aguas a partir del 2026; el retraimiento de las inversiones de las empresas; el impacto que el postbrexit pueda tener en la política pesquera común y en la estabilidad relativa (la clave de reparto entre los países europeos); cómo afectará a los intercambios de cuotas entre países, pues los otros Estados tendrán menos cuotas que ofrecer, y la gestión sostenible de las poblaciones, que debe ser conjunta», resume Cepesca en un comunicado.

Demanda de estabilidad

El secretario general de la confederación, Javier Garat, también presidente de la patronal europea, Europêche, ha pedido a Luis Planas que «España trabaje en Europa para apoyar y defender los intereses del sector pesquero europeo a medio y largo plazo» pues «si no existe estabilidad para el sector en su globalidad, no la habrá tampoco para cada uno de los países de la UE, entre ellos España». Y cinco años y medio no son suficientes para esa seguridad jurídica que necesitan las inversiones pesqueras.

Garat transmitió también la «frustración y desesperanza de los países miembros de la Alianza Europea de la Pesca (EUFA)», por más que la presión y esfuerzo que han hecho estos ha sido crucial para no salir peor parados en estas negociaciones.

El secretario general de Cepesca tiene, como otros miembros de EUFA, duros reproches para Bruselas: «Es una pena que las promesas de la Comisión, refrendadas en el mandato de negociación, cayeran en saco roto en las últimas horas, y ahora la UE tiene la responsabilidad de buscar fórmulas para compensar a los pescadores y no volver a dejarlos tirados».

Feijoo le pide a Sánchez que permita a Galicia negociar las cuotas con la UE «porque xogámonos moitísimo»

J. Capeáns

El presidente de la Xunta envió ayer una carta al presidente del Gobierno en la que le traslada su preocupación por la incidencia negativa que tendrán para Galicia las últimas negociaciones para fijar la relación tras el brexit. En ella solicita formalmente que la comunidad pueda tener presencia directa en la segunda fase de reparto de cuotas que se abre ahora en el ámbito de la UE. «Queremos estar porque xogámonos moitísimo: diñeiro, emprego, capacidade extractiva, empresas galegas...», enumeró Alberto Núñez Feijoo, quien expresó su sorpresa por el hecho de que la pesca se haya convertido en «moeda de cambio para pechar acordos». Su percepción es pesimista «porque entregamos todo, o 25 % da cota e o dereito para o Reino Unido de introducir todo o peixe na UE, polo que non hai moito que entregar nos próximos anos», reflexionó.

El dirigente gallego se pone a disposición de Pedro Sánchez para evitar que Galicia y España vuelvan a tener un impacto en sus intereses pesqueros como el que se produjo las tras el ingreso en la UE, aunque insiste en que los «datos coñecidos ata o momento deixan un panorama sombrío para a frota». Al Gobierno le demanda información de primera mano -que hasta ahora no ha recibido- y describe algunas situaciones que se pueden dar en el futuro. Así, adelanta la necesidad de plantear una negociación directa con el Reino Unido para tratar de mantener las condiciones y garantizar la viabilidad de los barcos que faenan bajo pabellón español o británico, empresas mixtas cuyo futuro ya no depende ahora de Europa. E insiste en que la política comunitaria ha cedido su posición «de forza» para negociar -en el 2026, cuando acaba el período transitorio- al garantizar la viabilidad de la pesca británica dentro de la UE, con la ventaja que tendrán unos barcos con menos exigencias medioambientales. También lamenta que no se haya tenido en cuenta todavía el impacto económico en los fondos de ajuste del brexit.