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La «expropiación» de cupos por parte de Pesca complica el final de la campaña

e. abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

CESAR QUIAN

A algunos barcos les han sustraído cuotas que acababan de intercambiar

16 nov 2020 . Actualizado a las 09:19 h.

En una actividad como la pesca, sometida a avatares climatológicos, caprichos biológicos y circunstancias y sobresaltos varios, el equilibrio, ese hacer cuadrar el debe con el haber en las posibilidades de captura es complicado. Lo deseable es consumir todas las cuotas concedidas a España. Llegar al 31 de diciembre con el contador a cero en todas las especies, sin pasarse de las toneladas permitidas -todavía se están pagando multas por pescar xarda de más- ni quedarse por muy debajo, para así poder ir a Bruselas a defender la necesidad de esos cupos.

Pero al estar repartidas las cuotas por embarcación, segmento de flota, provincias y demás repartos, hacer cuadrar el consumo es un ejercicio de funambulismo. Hasta el año pasado, el Gobierno trataba de equilibrar excesos y déficits de cuota de la flota con cesiones a una bolsa común que aprovechaban aquellas embarcaciones que no disponían de posibilidades de pesca para llegar a finales de año. Pero se trataba de una opción voluntaria, por lo que había quien no era partidario de entregar el sobrante y, por tanto, se convertía en eso: en un sobrante que si excedía del 10 % se perdía.

El Gobierno trató de corregir esa disfunción en la denominada Ley Ómnibus, que cambia algunas reglas de juego tanto en el caladero del Cantábrico Noroeste como en el golfo de Cádiz y fija nuevas normas para la pesca española en general. Y entre ellas está el denominado mecanismo de optimización anual del uso de cuotas. Esa novedad no es otra cosa más que convertir en obligatoria una cesión que antes era solo voluntaria y prácticamente estaba limitada al cerco y el arrastre.

La orden entró en vigor el 1 de abril, pero fue a partir del 1 de octubre cuando el Gobierno pudo empezar a expropiar automáticamente la parte de la cuota que estime que va a sobrar a cada barco. Esa porción se integra en una bolsa común a la que pueden recurrir aquellos barcos que son deficitarios en esas especies que entran al fondo comunitario.

¿Cómo puede saber cuánto va a sobrar o necesitar cada embarcación del 1 de octubre al 31 de diciembre? Según explicó Héctor Villa, subdirector general de Caladero Nacional y Aguas de la UE del Ministerio de Agricultura y Pesca, en la jornada sobre descartes y valorización celebrada en Internet con epicentro en Burela, se calcula «tomando el dato anual de mayores capturas de los últimos cinco años en el último trimestre natural del año».

Problemas con las «sobras»

De acuerdo con lo que expuso en ese foro, se han expropiado cantidades importantes de jurel, merluza y rape que están a disposición de los barcos que necesiten cupo para llegar a fin de año. Pero no para todos. Aparte de que esa bolsa no puede utilizarse para corregir rebasamientos de cuota anteriores, los expropiados también quedan excluidos de su uso. Lo que parece fácil sobre el papel no lo es tanto a la hora de la realidad. De hecho, está complicando el final de la campaña de pesca. Y es que la actividad pesquera «non é lineal», apuntó Sergio López, gerente de la Organización de Productores Pesqueros de Lugo (OPP 7), en la jornada, y no puede entenderse como sobrante la cuota con la que se llega a final de año. «Se está tratando como sobrante algo que non o é», subraya, puesto que hay «factores climáticos, biolóxicos da especie, da zona de pesca ou mesmo da planificación da actividade empresarial que pueden hacer necesario concentrar las cuotas en el último trimestre del año.

López expuso también casos claros de disfunciones, como el hecho de que hay embarcaciones a las que se les ha retirado la cuota que acababan de intercambiar con otros buques para pescar a finales de año. Ahora se ven sin cupo y sin posibilidad de acudir a la bolsa común.

Primer año de la puesta en práctica y un compromiso de revisión de los desajustes

El gerente de la OPP 7-Lugo verbalizó lo que han criticado no pocos armadores: que la bolsa del último trimestre alienta lo que se conoce como pesca olímpica. Esas prisas por capturar todo lo posible antes de que se acabe el cupo. Eso, al margen del castigo que supone la expropiación indebida, como ha sido el caso, por ejemplo, del intercambio de cigala que realizaron a finales de septiembre barcos lucenses con los de Marín, quienes cedieron rape y gallo que pocos días después fueron absorbidos por esa bolsa común. La flota de la OPP 7 se quedó a cero. Eso sin contar con los cambios de zona que realizan los barcos en función de la disponibilidad de cuota o la abundancia de la especie. Este sistema podría penalizar al que en el último trimestre pesque, por ejemplo, al sur de Fisterra, porque al año siguiente tendría menos consumo al norte y cambiaría la cifra para calcular ese posible sobrante por parte de Pesca.

En definitiva, «que as empresas pesqueiras organízanse para doce meses, non para nove». López admite, no obstante, que es el primer año de aplicación y en la puesta en marcha de mecanismos de este tipo siempre hay disfunciones. Pero deben corregirse. Por eso lanzó el guante a Héctor Villa y lo emplazó a, una vez finalice el ejercicio, se sienten el sector y la Administración a revisar el funcionamiento y a repasar unas alegaciones que puso el sector encima de la mesa pero que no fueron atendidas.

Héctor recogió ese guante lanzado por López y se comprometió a reunirse con los afectados para analizar cómo corregir esas disfunciones.