El Gobierno aprueba un real decreto para mejorar la rentabilidad de la pesca con esta arte de enmalle en el caladero
10 nov 2020 . Actualizado a las 16:31 h.El Consejo de Ministros ha aprobado un real decreto que modifica el 410/2001, que regula la pesca con artes fijos en el caladero nacional del Cantábrico y Noroeste. Los cambios afectan en concreto a las condiciones en las que ejerce la actividad la flota que faena con el arte de rasco, que se emplea específicamente para capturar rape.
El Ministerio de Agricultura explica que esta norma tiene como objetivo mejorar la rentabilidad de las empresas pesqueras que se dedican a esta actividad para asegurar su sostenibilidad económica, teniendo en cuenta también la medioambiental.
Para ello, se incrementa la longitud de las artes permitidas, muy por debajo de la norma, y reduce su luz de malla. Además, se permite a los buques del censo faenar más de los cinco días habituales por semana durante nueve meses al año, a condición de que se renuncie a utilizar el arte de rasco durante los otros tres meses.
Este incremento de la actividad semanal se establece para lo que queda del 2020, el 2021 y el 2022. Durante este tiempo se llevará a cabo el seguimiento y evaluación científica de la actividad pesquera para valorar su posible extensión posterior.
También se hará una evaluación espacio-temporal de la actividad de esta flota, junto con la del resto de artes del Cantábrico Noroeste, con objeto de mejorar la ordenación y planificación futura de la pesca en este caladero.
El rasco es un arte específico para la captura de rape que emplean en la zona afectada por el decreto una veintena de buques pesqueros, tras una disminución notable de su número en los últimos años debido a la escasa rentabilidad de este método.
Por ello, y a pesar de la buena situación biológica de la especie en el área, con niveles de biomasa de los más altos de la serie histórica, la cuota asignada a España anualmente por el Consejo de Ministros de la UE no se está consumiendo en su totalidad.
Con la adopción de esta norma, Agricultura refuerza su compromiso con una gestión pesquera sostenible, que tenga en cuenta todos los pilares de la política pesquera común, incluidos el social, económico y medioambiental.