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El PPdeG pide una fórmula para abrir los puertos gallegos a la pesca de recreo

e. a. REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

PEPA LOSADA

La fiebre del calamar ha llenado las instalaciones portuarias de pescadores recreativos

07 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La fiebre del calamar -pero también de la xarda o la robaliza- ha llenado las instalaciones portuarias de pescadores recreativos, hasta el punto de provocar disputas y rifirrafes por el espacio. Y eso a pesar de que, en teoría, no podrían siquiera estar en el pantalán o muelle sobre el que despliegan línea y potera, dado que no está permitida la actividad de recreo en las instalaciones portuarias.

Es lo que trata de enmendar el grupo popular en el Parlamento gallego. Su diputado José Manuel Balseiro, junto al portavoz de ese partido en el Concello de Burela, Manuel Rouco, se acercó la semana pasada a la dársena mariñana para trasladar a un grupo de aficionados que estaban allí con sus cañas intentando pescar calamares, luras u otros peces que ha registrado en el Parlamento de Galicia una proposición no de ley en el que pide a la Xunta que estudie una fórmula para autorizar la pesca recreativa en los puertos gallegos.

Balseiro sostiene que se trata de una actividad lúdica y deportiva que se puede desarrollar en condiciones de seguridad, dado que se practica al aire libre y en la que es posible mantener la distancia social que exige la pandemia de coronavirus. De lo que habría que asegurarse es de que esta actividad no interfiera con la ordinaria que se realiza en los puertos, de ahí que los populares crean conveniente estudiar una fórmula para que se pueda practicar de forma segura, normalizada y reglamentada.

Precedentes

No sería Galicia un caso aislado, según el diputado popular. Este señala que hay precedentes, como el de las islas Baleares. En esa comunidad autónoma, según explica, «delimitaron as zonas portuarias concretas nas que se permite a pesca recreativa para os afeccionados con licenza». Esa autorización está condicionada a que se cumplan otros requisitos, como es la prohibición de lanzar el aparejo cuando pueda causar daños a terceros, o que los pescadores no puedan dejar restos de su actividad sobre el muelle ni, por supuesto, realizar actividades molestas para los ocupantes de las embarcaciones próximas, «por citar algunas de las más importantes».