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Transición Ecológica no deja vender el marraxo que Pesca permite capturar

e. a. REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

La flota pide una solución urgente para dar salida a las capturas almacenadas

27 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La flota de palangre de superficie, básicamente gallega y con alrededor de 10.000 tripulantes, boquea económicamente. Los precios de la quenlla y el pez espada, dos de sus especies objetivo, están por los suelos -la tintorera se pagó en agosto a 0,30 y no mucho más se ofrecía por el kilo de emperador-. Y ahora el que es el tercer pilar de sus capturas, el marrajo dientuso, no puede comercializarse. No puede venderse a pesar de que sí puede pescarse, así que toneladas de producto «capturado legalmente y ya procesado» permanecen almacenadas en frigoríficos, en el «limbo legal» al que las ha llevado la descoordinación entre dos ministerios del Gobierno español: el de Agricultura Pesca y Alimentación, por un lado, y el de Transición Ecológica, por otro.

La patronal pesquera Cepesca reclama al Gobierno una «solución urgente» que permita poner en el mercado al menos el marrajo que ya está procesado, pero bloqueado y generando ya no ingresos a los armadores, sino gastos por el almacenamiento. Después ya se aclarará qué ocurre con la pesquería, pero ahora lo perentorio es salir de este escenario «de inseguridad jurídica y ruina económica».

Disparidad de criterios

El problema radica, según explica Cepesca, en los distintos criterios establecidos por Pesca, que gestiona la pesca del marrajo; y Transición Ecológica, que, junto a Comercio, tienen competencias en su comercialización internacional. Y mientras el departamento de Luis Planas permite las capturas de esta especie en todos los océanos, con las limitaciones que imponen las organizaciones regionales de pesca (ORP) correspondientes, el de Teresa Ribera pone cupos a las toneladas que se pueden vender. Cepesca cita como ejemplo el caso del Atlántico norte, donde Pesca -de acuerdo con las recomendaciones de la ICCAT (Comisión para la Conservación del Atún Atlántico)- ha autoriza la captura de 940 toneladas de marrajo. Sin embargo, Transición Ecológica solo permite vender 350 toneladas capturadas en esa zona, un cupo que, según el sector, ha fijado «de manera unilateral». Es decir, que, a través de sus competencias en comercialización internacional y ahora que la especie ha sido incluida en el apéndice dos de la CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestre) y requiere de certificados para sus transacciones, ha impuesto unas cuotas que no establece ni la ICCAT, ni la IOTC, ni la WCPFP, ni cualquier otra sopa de letras de organización que gestione los recursos pesqueros en alta mar.

 

Y si Transición Ecológica ha puesto la piedra en el camino de la flota palangrera de superficie, el Ministerio de Agricultura y Pesca tampoco ha hecho mucho para removerla, a decir de los afectados. Muy buenas palabras, sí, pero no «una defensa clara y contundente» de la legalidad y transparencia de las capturas del sector, reprochan. Es más, durante los últimos meses, desde Pesca siempre les aseguraron que el cupo de exportación de 350 toneladas era solo orientativo y que se ampliaría hasta cubrir las capturas realizadas en el Atlántico Norte siguiendo las recomendaciones de la ICCAT. Pero finalmente no ha sido así. Las desavenencias entre los ministerios se mantienen y la flota gallega de palangre de superficie «se ve abocada a una crisis sin precedentes si no se habilitan los certificados CITES necesarios para comercializar el pescado ya capturado, tanto el almacenado en frigoríficos y mismo el que se encuentra en las bodegas de los buques».

Reprochan al departamento de Ribera que actúe «de oído» y sin conocer a la flota

El sector pesquero reprocha a Transición Ecológica su lejanía. Que haya interpretado al pie de la letra «visiones sesgadas de la actividad pesquera española» en lugar de acercarse a la flota para conocer cómo trabaja y opera. Desde la patronal explican que el marrajo dientuso es una de las 500 especies de tiburón existentes y que la flota española de palangre de superficie la captura «con total transparencia y siguiendo las normas y recomendaciones» de las organizaciones que regulan esa especie en los distintos océanos. Para revertir una potencial mortalidad por encima del rendimiento máximo sostenible (RMS), se han limitado las capturas en el Atlántico norte, una reducción que España ya aplicó un año antes de su recomendación.

Al margen de eso, la flota abandera el que es el primer proyecto de mejora de pesquería (FIP) a escala mundial dedicado a pez espada y tiburón (FIP Blues) y colabora con los científicos desde finales de los ochenta. Por eso lamenta que Transición Ecológica «desconozca su realidad y transparencia operativa» y señala la importancia de estrechar relaciones y compartir información. Porque, además, la flota entiende que las trabas comerciales, vienen de una inclusión de la especie en el anexo de la CITES que «no cuenta con verdaderas evidencias científicas» y, de hecho, la propia FAO, a través de su panel de expertos, desaconsejó la medida por no ser especie amenaza, dado que «no está por debajo del umbral del 30 % necesario para su inclusión».