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Científicos certifican la mejoría de la sardina, pero creen que se pesca de más

SOMOS MAR

carmela queijeiro

Los pescadores consideran que el informe es un «insulto» a sus 5 años de esfuerzos

21 jun 2020 . Actualizado a las 14:53 h.

Por primera vez en once años el número de ejemplares de sardina de un año o más edad que hay en las aguas ibéricas está por encima del que exige una gestión basada en el rendimiento máximo sostenible (MSY, por sus siglas en inglés). No es la única buena noticia que trae el informe científico del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES). El reclutamiento del año pasado -incorporación de individuos a la pesquería- es el más alto observado desde el 2004 y está por encima del objetivo que se perseguía a más largo plazo. Para mayor optimismo, la mortalidad por pesca ha ido cayendo desde el 2012 y la campaña del año pasado fue la de menor capturas de la serie, algo de lo que pueden dar buena fe los pescadores gallegos y portugueses.

Y, sin embargo, los científicos se resisten a abrir la mano. Dicen que todavía se pesca por encima de lo que requeriría ese mandamiento de la política común pesquera (PCP) que es el rendimiento máximo sostenible (RMS, por sus siglas en español). Y por eso sugieren que el año que viene no se extraigan más de 10.800 toneladas de sardina. Este, no más de 19.106. 

Sin una campaña

Vale que no es el cierre por 15 años que pretendía hace apenas tres ejercicios, ni las cero capturas que aconsejó para el año pasado, pero tampoco es comprensible, a juicio del sector, tanta cautela y exceso de precaución, porque no hay que perder de vista que llevan cinco años de estrecheces. Y ese 13 % de aumento con respecto al consejo que daban para este año (9.660 toneladas), ya muy cicatero, no cuadra, dicen, con el estado de una especie que ya en este 2020 ha alcanzado el nivel de biomasa que se pretendía conseguir en el 2023. Y con la particularidad «de que só se fixo a campaña Pelago, en augas de Portugal e do golfo de Cádiz e non se realizou a Pelacus, en Galicia e o Cantábrico», advierte Andrés García, portavoz de la Asociación del Cerco de Galicia. Está completamente convencido de que, si se llega a abordar esa prospección, en vez de las 394.710 toneladas calculadas, el resultado «superaría as 450.000 e, por tanto, xa estariamos falando dun stock en rendemento máximo sustentable».

El informe del ICES ha tenido en cuenta esa circunstancia, según recoge el documento. Los científicos tienen en cuenta que la mayor parte de la población de sardina, en torno al 91 %, se encuentra en el área que cubre la Pelago -de Gibraltar a Caminha- y, por tanto, «los índices fueron ajustados» en este sentido y teniendo en cuenta que el modelo tiende a subestimar la abundancia de la especie.

Pero ni así. Cuando los pescadores sostienen que los resultados de la campaña han dado niveles suficientes para aplicar el rango de la regla de explotación que les permitiría extraer este año 30.000 toneladas de sardina sin dañar la supervivencia de la especie, el ICES se queda en el 60 % de esa cantidad, al permitir las citadas 19.106.

Acerga desde Galicia y Anopcerco en Portugal entienden ese consejo como «un insulto». Así de tajantes. Una ofensa «aos pescadores e aos sacrificios que levan realizando durante estos cinco años», apunta la asociación portuguesa en un comunicado. 

Decepción

García se mostró decepcionado y dolido de que una institución «de tanto prestixio como o ICES» ignore el éxito de un plan de recuperación pensado para el 2018 al 2023 y que en apenas dos años ha alcanzado la biomasa de sardinas de más de un año que se pretendía obtener en cinco.

Gallegos y portugueses insisten en que hay margen para aplicar otro rango más favorable de la regla de explotación y pescar 34.400 toneladas sin poner en riesgo el equilibrio medioambiental y mucho menos el económico y social.

«Estase pescando a especie de norte a sur de Galicia; non hai outra cousa máis no caladoiro» 

No solo con el ICES se han mostrado abiertamente iracundos. Los pescadores gallegos también descargan su frustración contra la Consellería do Mar y la Secretaría General de Pesca. Dicen no entender su pasividad: «Deberían ser as primeiras en defender a postura da flota e non posicións malintencionadas que non entendemos que fin perseguen, pero que a nós nos fan flaco favor; a nós e tamén ao recurso».

Aunque el Ministerio de Agricultura y Pesca anunció el viernes que, en base al nuevo informe del ICES, España y Portugal habían trasladado a la Comisión Europea la autorización a las flotas de ambos países para capturar hasta 19.106 toneladas durante este año, es un cupo «escaso». «Seguimos dicindo o mesmo: non reflexa a biomasa de sardiña que hai», insiste el portavoz de Acerga. Porque hay sardina. El caladero está plagado de sardina. «Se está collendo sardiña en Galicia de norte a sur». Es más, «hai tanta que non hai outra cousa que sardiña [...] Só hai que mirar as estadísticas de descargas das outras especies do cerco, como o xurelo, para comprobar que só hai sardiña». Ni que decir tiene que los barcos están cogiendo sin problemas el tope establecido, que desde el 1 de junio es de 1.500 kilos al día. Y como hay más de cien barcos, «se están a descargar máis de cen toneladas diarias de peixe», con lo que es posible que estén ya a punto de alcanzar las 1.800 toneladas que tenían autorizadas hasta el 31 de julio los barcos del Cantábrico.

Del precio, de momento «non hai queixa». El viernes llegó a 3,50 euros en lonja. Mañana, víspera de la noche de San Xoán, y el martes, ni se sabe.