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La pesca arremete contra la «política de escaparate» de la UE que amenaza con hundir la flota

E. Abuín REDACCIÓN

SOMOS MAR

La patronal Cepesca aboga por imponer límites comerciales a aquellos países que «no hacen bien las cosas»

03 jun 2020 . Actualizado a las 21:37 h.

Iba a explicar la contribución de la pesca a la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible que la ONU se ha marcado para el 2030 y acabó haciendo un repaso de todas las circunstancias que tiene que sortear la actividad extractiva para seguir en pie, covid-19 incluido. Javier Garat, secretario general de la patronal pesquera Cepesca, aplaudió ayer a los pescadores, los hérores ocultos de esta crisis sanitaria, antes de empezar su ponencia en el Mes del Medio Ambiente y Océanos, el programa con el que Afundación, la obra social de Abanca, dedica a analizar la situación de ambos elementos desde diferentes perspectivas.

Aunque la vinculación directa de la pesca es con el objetivo 14, dedicado a la vida submarina, Garat argumentó las aportaciones que la actividad realiza para contribuir a alcanzar metas como la reducción de la pobreza, el hambre cero, igualdad de género, empleo digno y crecimiento económico, consumo responsable, lucha contra el cambio climático, paz y justicia y las alianzas para los logros, que traducido a números son el 1, el 3, el 5, el 8, el 12, el 13, el 16 y el 17.

Pero a pesar de todas esas aportaciones, pocos reconocimientos logra. Ni siquiera arranca aplausos por haber seguido trabajando en plena pandemia para traer la mejor proteína, la más saludable y la de menos huella de carbono. Al contrario, cada vez el sector encuentra más cortapisas para traerla por la «política de escaparate, de quedar bien, y que no hace otra cosa que hundir a las empresas» pesqueras. Lo dijo al hilo de una pregunta planteada por el moderador del acto, Javier Fraga, director de Abanca Mar, sobre la necesidad de asegurar un terreno de juego igualitario, el level playing field, para la flota, que dio pie a Garat a señalar que los costes de explotación por todas las exigencias sociales, sanitarias o de seguridad no tienen nada que ver con los de otras flotas, como las asiáticas, que no observan todos esos requisitos.

Desigualdades

Sin embargo, la flota española y la comunitaria se ven obligadas a competir en los mismos caladeros y en los mismos mercados. Por eso es preciso reforzar el papel de las instituciones y las organizaciones regionales de pesca (ORP), «para que la gestión sea efectiva y podamos competir con las mismas normas», argumentó el secretario general de Cepesca. Ahora mismo, el producto de flotas que no cumplen ni con los requisitos medioambientales sino ya con los derechos humanos acaba entrando en la UE y no puede ser: «Hay que poner límites comerciales a quien hace mal las cosas», sentenció.

Los pescadores, blanco fácil para los ataques Garat también cargó contra la estrategia Biodiversidad presentada por la Comisión Europea, un documento que propone vedar el 10 % de las áreas marinas a la pesca en el 2030 e imponer límites en otro 20% «sin base científica alguna». Las zonas protegidas, a juicio del sector, «deben existir allí donde científicamente se compruebe que es necesario porque hay hábitats vulnerables, pero eso no significa que haya que prohibir la pesca, si no realizar una gestión eficaz para mejorar las áreas marinas protegidas». Sin embargo, nada se dice de otras actividades, como la extracción de petróleo, la energía eólica o la minería, con la que comparten espacio y compiten por los recursos marinos. «Los pescadores somos el blanco más fácil de los ataques, dado que somos los que ofrecemos una renta inferior en dólares o euros que otras industrias».

Puede que sea así, pero Javier Garat llamó a no perder de vista que de todas esas actividades, la pesca es la única que puede alimentar al mundo. Y el mundo sigue creciendo. Para el 2050, rozará los 10.000 millones de bocas que alimentar. Y no podrán comerse el viento (de los eólicos). Así que es mejor ir pensando en compartir espacios, «hacer una buena gestión espacial en los océanos» y dejar a los pescadores que sigan pescando.