La patronal europea celebra un informe que constata, además, que la mayoría de los «stocks» del Atlántico nororiental se explotan de forma sostenible
12 may 2020 . Actualizado a las 14:39 h.El Comité Científico, Técnico y Económico Europeo de la Pesca (STECF) -ese organismo comunitario que sirve de contrapunto a los datos eminentemente biológicos que proporciona el ICES-, en el informe anual que hace sobre los resultados de la política pesquera común (PCP), recoge que en los últimos 15 años, en el período 2003-2018, la presión pesquera en aguas del Atlántico nordeste se ha reducido a la mitad y la mayoría de sus stocks se encuentran en niveles de rendimiento máximo sostenible (RMS). Es el mensaje con el que se queda y que celebra la patronal pesquera Europêche, de la que forma parte la española Cepesca, que resalta, además, que, en consecuencia, «las poblaciones de peces han crecido por encima del 50 % en esta misma zona», recoge un comunicado de la Confederación Española de Pesca.
Esa mejora también se percibe en los niveles de reclutamiento, que muestran que el número de ejemplares juveniles que entran a formar parte de las poblaciones ha aumentado de forma constante desde el 2012. De todos modos, Europêche toma con cautela esas cifras, pues «puede no reflejar la realidad de determinadas especies de peces que están afectadas en gran medida por factores ambientales como puede ser el calentamiento de las aguas».
El Mediterráneo, el gran lunar
A pesar de esta positiva evolución que constata el informe del STECF, empaña el resultado la situación del Mediterráneo. En ese caladero es preciso continuar haciendo esfuerzos, pues muchas poblaciones permanecen en una situación de sobreexplotación debido a niveles de presión pesquera inadecuados que alcanzaron su punto máximo en el 2011. A este respecto, Europêche tiene el convencimiento de que el nuevo plan para el Mediterráneo contribuirá de forma sustancial a la mejora de conservación y a la explotación sostenible de estas poblaciones.
Javier Garat, presidente de Europêche y secretario general de Cepesca, apunta que «estos buenos resultados son el fruto de décadas de arduo trabajo de los pescadores en colaboración con la comunidad científica y las autoridades dedicadas a preservar y mejorar las prácticas y la gestión de la pesca». Y no pierde de vista que es un arma de defensa contra esas oenegés «ambientalistas radicales» que continúan «lanzando mensajes catastrofistas y basados en cifras de poblaciones o toneladas de peces sobreexplotadas del pasado y las invita a trabajar con realidades y conjuntamente para mantener y fortalecer estas tendencias». De lo contrario, y según Europêche, ese tipo de mensajes generan un clima de desconfianza, ponen en riesgo la colaboración del sector con la comunidad científica, los gobiernos y las propias oenegés y, «lo que es aún más peligroso, confunden a los consumidores sobre la situación de un recurso como el pescado, que es un alimento fundamental en una dieta saludable».
Metas inalcanzables
Con el mismo objetivo de trabajar conjuntamente, Europêche también argumenta que la política pesquera común continúa introduciendo metas y objetivos que desoyen, no sólo a la comunidad pesquera, sino también a los propios científicos en el sentido de que no es posible alcanzar niveles de rendimiento máximo sostenible (RMS) para todas las poblaciones de peces al mismo tiempo, objetivo que sigue siendo el primordial de la PCP.
A este respecto, Garat subraya que «se han conseguido logros increíbles para alcanzar la sostenibilidad en nuestras aguas en un tiempo récord, hasta el punto de que casi el 100 % de los desembarques de capturas de poblaciones reguladas por la UE proceden de stocks en niveles sostenibles; sin embargo, la introducción en la PPC de objetivos políticos inalcanzables, reforma tras reforma, genera la impresión injusta entre los ciudadanos de que el sector pesquero no es sostenible». Las políticas «deben de ser ambiciosas, pero también racionales», sentencia.