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El chauvinismo de Francia, que solo come su pescado, tumba los precios en Galicia

e. abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

ALBERTO LÓPEZ

Irlanda y Escocia desvían a España la merluza, rape y gallo que los galos no compran

12 may 2020 . Actualizado a las 17:08 h.

Ni en medio de una pandemia pierden ocasión los franceses de hacer gala de esa fama con que el soldado Chauvin les hizo trascender a ojos del mundo. Ese patrioterismo exacerbado ha llevado a los consumidores a volcarse en la defensa de su sector pesquero y dar prioridad en la cesta de la compra a las especies capturadas por su flota. ¿Consecuencia? Sus proveedores han tenido que buscar otros mercados donde colocar sus capturas en fresco. ¿Y qué país después de Portugal es el que más pescado consume? Sí, España. Por tanto, es aquí a donde están mandando irlandeses y escoceses las capturas de sus barcos que ahora no les compran los franceses.

Suerte que en las últimas semanas del confinamiento el consumo de pescado en los hogares -principal canal tras el cierre de bares y restaurantes- ha crecido por encima del 20 %, pero no ha sido suficiente para evitar un brusco desplome en los precios de primera venta de merluza, rape y gallo, joyas de la flota de Gran Sol, y las preferidas por los españoles en estas duras semanas de confinamiento.

Ese aumento de las importaciones de pescado fresco es la justificación que encuentra el comité de crisis del sector pesquero -integrado por patronal, cofradías y detallistas- al pronunciado descenso que han tenido las cotizaciones. Esta semana, la octava del estado de alarma, la merluza en las lonjas gallegas se paga a poco más de 2 euros, menos de la mitad que a mediados del mes pasado. Menos pronunciado fue el descenso del rape, pero no se salva de pararse ahora a casi euro y medio menos que hace dos semanas.

Llamamiento al consumo

Así las cosas, el sector pesquero casi envidia que Nicola Chauvin hubiese nacido al norte de los Pirineos y no al sur de esa cordillera. El comité de crisis no oculta su deseo de que los consumidores patrios apoyen el esfuerzo de sus pescadores comprando su producto. Un llamamiento que hace extensivo a las empresas de distribución, a las que anima a «a apoyar a nuestras flotas comprando pescado capturado por buques españoles, legal, sostenible y saludable». No les queda otra que hacer autopromoción en tanto no llega la anunciada campaña institucional que el ministro de Agricultura y Pesca, Luis Planas, ha avanzado en distintos foros. El último anteayer, en el Congreso, donde detalló el importe de esa acción de promoción: 900.000 euros.

La pesca fía su «nueva normalidad» a la reapertura de bares y restaurantes Mientras ese impulso no llega, el sector pesquero fía sus expectativas a corto plazo a la reapertura del canal horeca, que no dudan que reactivará la venta de pescado y mariscos, en especial aquellas especies de mayor valor. Otro elemento importante para la desescalada en la pesca es la flexibilización de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), siempre que se extiendan más allá del estado de alarma, para que el rescate de los trabajadores se produzca progresivamente y conforme se vayan recuperando los niveles de actividad tanto en el mar como en los mercados y tiendas minoristas.

Aunque el relevo de las tripulaciones sigue siendo un problema importante, la colaboración del Gobierno está ayudando a resolver algunas situaciones. No sucede lo mismo con los test para detectar el covid-19. Los armadores siguen esperando el permiso del Gobierno para comprarlos directamente ante los problemas que tiene la Administración, y hacer pruebas a los marineros, lo que resolvería problemas que tienen para operar en Irlanda.