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Los espaderos se quedan sin clientes y sin frigoríficos para guardar el pescado

s. serantes REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

Un espadero descargando sus capturas en el puerto de Vigo, donde se concentran los desembarcos de esa flota en toda en España
Un espadero descargando sus capturas en el puerto de Vigo, donde se concentran los desembarcos de esa flota en toda en España GUSTAVO RIVAS

A muchos barcos no les queda más opción que faenar pese a caer los precios un 40 %

04 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Armadores y tripulantes de unos 130 espaderos, como se conoce a los palangreros de superficie de capital gallego que pescan tintorera, pez espada, marrajo o atún en los océanos Atlántico, Índico y Pacífico; las cuatro firmas de Vigo que concentran el 99 % de la comercialización de esos pescados y las empresas que los elaboran. Todos afrontan día a día la «tormenta perfecta» desatada por la crisis del coronavirus. A ese colectivo lo deja en una «situación tan dramática» que no tiene a quien vender sus capturas ni tampoco frigoríficos preparados para almacenarlas.

Los entrecomillados transcriben palabras de Emilio Martínez Cadilla, director general de Espaderos del Atlántico y presidente de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras y Transformadoras de Especies Altamente Migratorias (Anecteam). Comparten sus impresiones y valoraciones Juana María Parada, directora gerente de la Organización Palangreros Guardeses (Orpagu), y Sergio López, gerente de la Organización de Productores Pesqueros de Lugo. También Hugo González, de Armadores de Vigo, llama la atención sobre la delicada situación de esa flota de gran altura.

Perdieron el 90 % del mercado

Los espaderos y las firmas que mueven su mercancía se han quedado sin el mercado que representa el 90 % de su volumen de negocio. Por el COVID-19 han perdido a la clientela de Italia, a la de Madrid, a la del Mediterráneo y a la sur de España. Justo en el «peor momento», resalta Martínez Cadilla, porque la guerra contra el enemigo invisible del coronavirus los pilló cuando los transformadores hacen acopio de mercancía para abastecer a comedores escolares y a la hostelería para las Fallas valencianas, Semana Santa y verano. Sin los compradores italianos ni los españoles, conservan como clientes a distribuidoras de alimentación, que compran menos del 10 % de su producción.

Consecuencia inmediata ha sido una caída de precios que ronda el 40 %. Juana María Parada la concreta: la tintorera, base de las capturas de la flota espadera de capital gallego, bajó un 34 %, el pez espada un 29 %, el marrajo un 54 % y el atún un 44 %.

La «tormenta perfecta» del coronavirus pilló a gran parte de los espaderos en alta mar. Incluso sabiendo que el desplome de precios les acarreará pérdidas, para casi todos los barcos la menos mala de las opciones es seguir faenando. Los motivos lo apuntan Sergio López y Juana María Parada. Uno, porque ya han adelantado el dinero para campañas que duran de mes y medio a tres meses y más. Dos, porque las restricciones de la crisis complican o impiden la descarga de sus capturas donde acostumbran, como puertos de Perú, Uruguay, Namibia o Cabo Verde. A mayores, el recorte de vuelos ha dificultado el relevo de tripulaciones, por lo cual muchas doblan turnos.

«Probable colapso»

Cuando cerraron los principales mercados de esos palangreros de superficie, vendedores y transformadores disponían de mercancía preparada para distribuir en las instalaciones frigoríficas habituales. Desde el 14 de marzo han seguido recibiéndola y esperan más, la de los barcos que siguen el mar. Martínez Cadilla pronostica un «probable colapso» de la capacidad de almacenamiento porque en estos momentos rozan el límite y no encuentran alternativas. Cuando pase la crisis, tocará ver cómo dar salida a toda esa producción.