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El Rey mediará ante el Gobierno para ayudar al sector pesquero gallego

Jose Manuel Jamardo Castro
j. m. Jamardo RIBEIRA / LA VOZ

SOMOS MAR

CARMELA QUEIJEIRO

Felipe VI conversó por videoconferencia con el presidente de las cofradías gallegas

29 mar 2020 . Actualizado a las 00:11 h.

Cae de cajón que si se quiere tomar el pulso al sector pesquero hay que dirigirse a Galicia. Y eso es lo que hizo Felipe VI, que ayer por la tarde mantuvo una videoconferencia con el presidente de la Federación Galega de Confrarías, José Antonio Pérez. El encuentro telemático había sido concertado el día anterior por la Casa Real con un estupefacto Pérez, sorprendido de que eligiese a la entidad para conocer la situación del sector pesquero y marisquero de Galicia. Y así fue como el también patrón mayor de Ribeira acabó conversando largo y tendido con el monarca, que, según Pérez, se mostró muy receptivo a los problemas que atenazan uno de los sectores económicamente más importantes de la comunidad autónoma.

El presidente de las cofradías gallegas puso al corriente al jefe del Estado español de los pasos dados por su organización ante el Gobierno central a través de los ministerios con competencias como son los de Sanidad, Trabajo y Pesca. El Rey, por su parte, transmitió al responsable de la federación gallega su agradecimiento por los esfuerzos y la labor que el sector y las cofradías están haciendo a la sociedad y e insistió en la dureza de la situación y la importancia de la pesca a nivel gallego y nacional.

Uno de los primeros asuntos abordados fueron los apuros la pesca artesanal. El portavoz del sector informó al monarca de la drástica caída de los precios, la disminución del número de compradores en las lonjas y las dificultades para completar las tripulaciones. Expuso también que las cofradías han solicitado la suspensión temporal de los planes de marisqueo tanto a pie como a flote, después de haber perdido a su principal cliente, la restauración, a la que el estado de alarma cerró sus puertas.

Tras ese panorama, Pérez completó los quince minutos de videoconferencia exponiendo la impotencia de un sector que está pidiendo ayuda y no encuentra ni apoyo ni respuestas. En este punto, según el presidente de la federación, Felipe VI, al que vio receptivo y sinceramente preocupado por la situación del país, se ofreció a «intentar falar cos ministros correspondentes para que nos boten unha man. Vai mediar ante os gobernantes españois para que nos axuden no que poida, pois agora xa coñece de primeira man os problemas dos mariñeiros». Que no son pocos, según Pérez. Ahí está que cada vez son más los barcos que quedan en puerto.