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La pesca sigue adelante a pesar de las restricciones y el parón hostelero

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

MONICA IRAGO

Mar limita la asistencia a las pujas y sugiere tomar la temperatura a los marineros

16 mar 2020 . Actualizado a las 18:59 h.

En el mar y en tierra, la pesca sigue al pie del cañón. Arrancando una semana que prevé dura por las restricciones, el parón de la hostelería, la incertidumbre y la situación cambiante, pero fuertemente sensibilizada con que debe continuar desarrollando su función básica de suministrar alimentos a la población.

En el primer día laborable del confinamiento por coronavirus, barcos, lonjas, comercializadores y transportistas trabajaron con toda la normalidad posible dentro de lo extraordinario de la situación, aplicando medidas preventivas para evitar contagios en descargas, subastas y transporte. La actividad administrativa presencial se reduce a lo imprescindible, con vistas a expedir toda la documentación por vía telemática. Este lunes se mantuvo la oferta de productos del mar frescos. Y la demanda tira al alza de los precios de aquellas variedades de mayor consumo. Cadenas de distribución alimentaria y pescaderías tradicionales se aprovisionaron ayer con idea de «garantir nestes días de aillamento que haxa peixe fresco nos puntos de venta», señaló Eduardo Míguez, de Puerto de Celeiro.

No ocurre lo mismo con las que suelen ir destinadas a la hostelería. El cierre de bares y las limitaciones impuestas a los restaurantes -solo envíos a domicilio- ha hecho caer en picado la cotización de las especies más valiosas. Así es cómo la flota artesanal está sufriendo el impacto de las acciones para prevenir el coronavirus en mayor medida que la de altura y gran altura, e incluso que la de litoral. De hecho, barcos de Sanxenxo, de Portonovo, de Aldán y de otros puntos de las rías Baixas regresaron ayer a puerto bastante antes de lo previsto. Se centraron en capturar las especies que demandan las plazas de abasto, renunciando a aquellas que solían tener como destino los restaurantes, más preciadas.

Como en el resto de la sectores, la pesca también está «á expectativa do que pase», dice Miguel Neira, gerente de Armadores de Burela. «Cumprir coa responsabilidade de garantir o abastecemento alimentario» es el propósito de todos, desde el marinero hasta el pescadero. Eso sí, unos y otros han «modificado e adaptado procedementos, para traballar coa maior seguridade».

Ese es el fin de las recomendaciones dadas por la Consellería do Mar, que ha limitado la asistencia a las subastas de pescado a 50 personas, al tiempo que ha vetado la entrada a personas ajenas al comercio de producto. Ni que decir tiene que las visitas turísticas están prohibidas en unos puntos que incluso han cerrado cafeterías, impuesto distancias de seguridad entre los asistentes y generalizado el uso de guantes y geles. También recomienda a la flota que se tome la temperatura antes del embarque y que desistan de trabajar aquellos mariscadores de salud más precaria o con niños o ancianos a su cargo, pues no se descontará para renovar el pérmex.

Información elaborada por J. M. Jamardo, M. Gago, C. Viu, R. Estévez, S. Serantes, y E. Abuín. 

Indignación en el marisqueo a pie por no decretar la Xunta el cierre de la actividad

«El marisco no es un producto de primera necesidad». Mari Carmen Vázquez, patrona mayor de Lourizán, no ocultaba el malestar de los mariscadores por que no se haya decretado el cierre de la actividad. A juicio de Vázquez, no tiene sentido que se permita seguir faenando cuando la hostelería, que es la principal puerta de salida de su producto, está cerrada. Los de a flote, que tenían previsto salir ayer, decidieron no hacerlo. Para los de a pie, la campaña empezaría el viernes, pero «a gente tiene miedo a ir al punto de control», donde se producirían concentraciones de más personas de las aconsejadas. «Estamos asustados y queremos quedarnos en casa como todos», señala la patrona mayor de Lourizán. También la de Vilanova, María José Vales, mostró su indignación.

La cofradía de Noia ya adoptó esa decisión por su cuenta. Y a los percebeiros de Aguiño no les ha quedado otra, dado que no hay compradores: «Non imos ir porque non temos a quen venderllo», apuntó el patrón mayor José Antonio Santamaría.

Sí faenaron ayer los mariscadores de a flote arousanos, que para su sorpresa vieron dispararse la cotización de la almeja japónica. En A Illa se llevó todas las existencias un único comprador que pagó 7,5 euros por kilo. En Cambados, fueron dos.