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La entrada masiva de agua al izar la red llevó a pique al Dorneda en Argentina

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

Vessel Finder | Angel Luis Godar Moreira

Cinco gallegos, entre los 25 supervivientes del naufragio, con un muerto y un desaparecido

12 jul 2018 . Actualizado a las 14:08 h.

La que planeaba ser una marea de 50 días con la máquina remozada concluyó de forma trágica apenas cinco jornadas después de haber zarpado de Montevideo. El Dorneda, un pesquero de bandera española, con base oficial en Las Palmas, oficiosa en Vigo y operativa en la capital uruguaya, propiedad de Freiremar, se hundió la pasada madrugada (03.30 hora española) a 308 millas de Comodoro Rivadavia (204 al sureste de punta Delgada). A bordo, 27 marineros. Veinticinco, entre ellos cinco gallegos, fueron rescatados con vida de dos balsas y una lancha. Los otros dos, ambos peruanos, no tuvieron tanta suerte. Uno fue encontrado muerto y el otro continúa desaparecido.

Que el Dorneda esté ahora bajo las aguas parece que fue debido a que el mal tiempo, con condiciones cambiantes de viento y oleaje, provocó la entrada masiva de agua durante las tareas de izado del aparejo de arrastre. A partir de ahí, todo ocurrió en cuestión de minutos. La sala de máquinas se anegó provocando una caída de planta, un apagón general que obligó a la tripulación, tras activar la radiobaliza para pedir socorro y dar ubicación, a abandonar el barco, para lo que se repartieron en dos balsas y una lancha.

La señal fue recibida en España y gestionada por Salvamento Marítimo, que alertó a la base de la Armada argentina en Puerto Belgrano. Nada más hacerse cargo del rescate, movilizó a dos embarcaciones que se encontraban en las inmediaciones: el Beagle I, con bandera argentina, y el español Farruco, también de Freiremar, y que se hallaba a 35 millas de distancia. Fue este el que, a las 7.45 horas (en España), dio con los náufragos. El Farruco recogió a 16 marineros y se hizo cargo también del cadáver del tripulante peruano. Mientras, al Beagle I se subían otros 9 marineros. En tanto este puso ya rumbo hacia a Mar de Plata, el pesquero de Freiremar continuó en la zona, participando en el operativo de rescate, junto a dos aeronaves y un barco de la Armada argentina, que continuaba activo al cierre de esta edición.

Los cinco marineros gallegos rescatados son de la comarca de O Morrazo, concretamente de Moaña, Marín y su entorno.

Patrón experimentado

«Nuestra idea es que, cuando lleguen a tierra, sean atendidos y repatriados cada uno a su casa», explicó ayer el gerente de Freiremar en Vigo, Emilio Ruiz, que puso en valor la experiencia de la tripulación en general y de los cinco gallegos en particular, empezando por el patrón, José Santos: «Es de nuestra máxima confianza y un profesional con años de experiencia en caladeros de medio mundo».

Ruiz confirmó que la entrada masiva de agua en la sala de máquinas es la causa más probable del hundimiento: «El Dorneda se dedica a la captura de merluza y dorada y trabaja desde hace más de 15 años en esa zona, por eso tiene base en Montevideo. Ahora, precisamente, venía de renovar casi por completo el motor y tenía todos los certificados en regla, pero esta profesión es así y a veces ocurren accidentes».

Está previsto que el pesquero argentino Beagle I, con nueve supervivientes, arribe hoy a Puerto Madryn, en la Patagonia, después de iniciar el viaje de regreso al poco tiempo de finalizar el rescate. El Farruco, sin embargo, una vez concluya la búsqueda, llevará a Montevideo a los supervivientes y el cadáver del peruano.

Los marineros rescatados se negaron a dejar la zona hasta dar con su compañero

Aturdidos, con miedo, frío y, sobre todo, muy nerviosos. Así se localizó a los 25 supervivientes del Dorneda, de los que 16 acabaron en el Farruco, un pesquero de la misma armadora española (Freiremar) que perdió el Dorneda. Una vez a bordo, y pese a la conmoción, los 16 marineros, entre los que se encontraban los cinco gallegos, se negaron a regresar a tierra sin, al menos, buscar al compañero que desapareció al abandonar el barco. Los tripulantes del Farruco tampoco se lo pensaron demasiado: secundaron la petición y solicitaron permiso a la Armada, que autorizó la búsqueda y también se sumó con la ayuda de dos aviones.

«No quisieron irse, se negaron pese a la situación que habían vivido. El compañerismo entre marineros ha vuelto a demostrarse, incluso en situaciones de riesgo. Los encargados de organizar la búsqueda se repartieron la zona a inspeccionar por cuadrantes y llevan todo el día peinando uno a uno», explicaba ayer el gerente de la armadora Freiremar en Vigo, Emilio Ruiz, antes de añadir: «Lo que no sabemos es el tiempo que podrán seguir allí por las condiciones del mar, que en esta época del año son muy adversas en esa zona. Nosotros ya estamos haciendo gestiones para que, al llegar a tierra, los esperen con equipos de emergencias preparados para darles ropa y atenderlos. Luego los traeremos a casa para que descansen y estén con sus familias el tiempo que sea necesario».

Información elaborada por Javier Romero, Manu Otero, Marcos Gago y E. Abuín.