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Embarranca en Lisboa un mercante de la gallega Navigasa cargado de áridos

e. abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

TIAGO PETINGA | Efe

Un apagón dejó el Betanzos a la deriva y el temporal lo arrastró a la barra de arena

07 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Acababa de salir de la terminal do Beato del puerto de Lisboa con rumbo a Casablanca, pero no llegó siquiera a alta mar. El buque mercante Betanzos, la flamante última incorporación a la flota de la naviera gallega Navigasa, embarrancó en la desembocadura del Tajo sobre la una de la madrugada de este martes. Al parecer, cuando salía del estuario la embarcación sufrió un apagón que lo dejó sin propulsión ni energía. Así, completamente a la deriva, porque no enganchó el ancla, el viento y el fuerte oleaje lo empujaron hacia la barra de arena, donde el buque acabó por encallar.

A bordo, 10 tripulantes -7 gallegos una capitana y un oficial de Asturias y un canario-, todos a salvo, según confirmó este martes Darío Amor, presidente de la naviera Navigasa. «Hubo un problema con el mal tiempo y el barco tocó en el fondo», relataba este martes por la mañana Amor, en un momento en el que todavía desconocía el alcance de la avería, pues estaban en camino «los técnicos para evaluar la situación», pero lo tenían difícil a causa del temporal.

Afortunadamente, las condiciones meteorológicas dieron una tregua por la tarde y permitieron iniciar las tareas para remolcar el mercante, de 119 metros de eslora y 12,50 de manga, ya con la pleamar facilitando las tareas. Sin embargo, aunque el barco ya está enganchando, no dio tiempo a solucionar el problema y fue necesario posponer la operación para la madrugada.

«No hay peligro para las vidas humanas, ni para el barco, ni para la navegación», afirmó rotundo el presidente de Navigasa, que añadió que la tripulación se encontraba a bordo del barco, todos tranquilos y en permanente contacto con la armadora.

Tampoco había problema con la carga y una hipotética contaminación dado que el mercante que encalló en la barra del Tajo se dirigía a Marruecos cargado precisamente de arena.

El Betanzos se incorporó el año pasado a la flota de Navigasa. Antes de tener bandera española y base en Tenerife, navegaba bajo pabellón holandés como Vasadiep. Fue Amor, betanceiro, el que eligió el nuevo nombre del barco.