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Abren expediente a tres firmas gallegas por pesca pirata en la Antártida

e. abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

Es el segundo proceso que se incoa a raíz de las redadas de la operación Sparrow 2

03 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El Ministerio de Agricultura cree haber atesorado pruebas suficientes de que la casa armadora del Thunder es, como se sospechaba, gallega. Y, de paso, que también lo es la que explotaba el Tchaw. Tan convencido está el departamento, que ha decidido abrir un expediente sancionador contra los propietarios y gestores de ambos buques, los dos identificados por diversos organismos internacionales como implicados en operaciones de pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (IUU, por sus siglas en inglés) en aguas de la Antártida

Ese proceso involucra a nueve personas físicas y tres jurídicas, todos de nacionalidad española y tiene por objeto «depurar las responsabilidades en relación con su participación en la propiedad, gestión y explotación de los buques Thunder y Tchaw», que se dedicaban a capturar merluza negra (Dissostichus eleginoides, también conocido como bacalao de profundidad) en zona protegida, sin disponer licencia de la organización que la regula esa área (la CCAMLR) y empleando métodos prohibidos para los pescadores autorizados. 

Se trata de una infracción muy grave, por lo que los expedientados se exponen a multas de entre 60.001 y 600.000 euros, y a ser inhabilitados para el ejercicio de la pesca, aparte de quedar vetados para obtener subvención o cualquier tipo de apoyo público.

Madrid no precisa que las empresas contra las que actúa sean gallegas, pero aclara que el expediente es fruto de la operación Sparrow 2, que lanzó en julio del 2015 y que incluyó registros en la sede de varias armadoras situadas en Ribeira, Vigo, Redondela y O Carballiño. Ahí, entre esos 10.000 documentos que recogieron los inspectores, estaban las pruebas que vinculaban al Viking y al Seabull 22 con empresas gallegas y el hilo para llegar a esos lazos que atan al Thunder y al Tchaw con Galicia. Nada extraño, pues todavía no habían concluido las redadas y el Ministerio de Agricultura ya aventuraba ramificaciones que serían un apoyo fundamental para las investigaciones abiertas en otros países. 

Expediente previo

Los administradores del Viking y el Seabull 22 ya tuvieron su castigo hace ahora un año. Agricultura tramitó un expediente después de haber constatado la existencia de un entramado empresarial que tenía por cometido gestionar y explotar los buques mediante sociedades pantallas no comunitarias para evitar que las autoridades pesqueras españolas descubrieran esos vínculos. Al término de la investigación, fueron sancionadas seis personas físicas y seis empresas con multas que sumaban 5,2 millones de euros, entre 5 y 14 años de inhabilitación para dedicarse a la actividad pesquera y de 5 a 12 años sin recibir ni una ayuda. Uno de los implicados, además, fue multado con 60.000 euros por obstruir las labores de inspección y la destrucción de documentos. 

España ya sancionó por 19 infracciones graves a varias empresas y personas físicas en el marco de la primera operación Sparrow, que consiguió dar en Ribeira con los armadores del Kunlun, Yongding, Songhua y Tiantai. En total, impuso multas por valor de 17,8 millones de euros. 

El «Thunder» y el «Tchaw», dos históricos en la captura ilegal de merluza negra

El Thunder y el Tchaw eran unos históricos de la pesca pirata. Y no solo de merluza negra en aguas del océano Antártico. Ambos figuraban en la relación de buques implicados en la actividad ilegal desde el 2010, pero ya en el 2007 habían sido sorprendidos haciendo de las suyas en aguas del Atlántico sureste y anteriormente -en el 2005, en el caso del Tchaw y un año más tarde en el del Thunder- campaban por aguas de la Comisión para la Conservación de los Recursos Marinos Vivos de la Antártida (CCAMLR). 

Claro que no siempre fueron el Tchaw y el Thunder, pues para dificultar su seguimiento y ocultar sus actividades ilícitas, los barcos cambiaban de nombre frecuentemente, por lo que resultó esencial para su identificación el número IMO. El Tchaw operó como Rex, Condor, Inca, Cisne Azul, Pescamex IV, Pescamex III, Arosa Cuarto y Pescacisne y se le vincula a una empresa de O Carballiño. 

Mientras, el Thunder ha llevado pintadas las letras de Batu I, Raz, Ming nº 5, Thunder, Wuhan nº 4, Kuki, Thyphoon, Range, Rubin, Artic Ranger y Vesturvon. Este palangrero fue objeto de una larga persecución por parte de la organización ecologista Sea Shepherd, que después de avistarlo en aguas antárticas lo siguió hasta el Atlántico. Cuando navegaba a la altura de Santo Tomé y Príncipe, el patrón supuestamente hundió deliberadamente el barco para destruir pruebas. Había cinco españoles a bordo.