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Palangreros de fondo piden una rebaja del canon que les cobra Mauritania

e. abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

SIMON BALVIS

Denuncian que tardan como mínimo dos días en ser autorizados a salir del caladero

04 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La que será la segunda comisión mixta del acuerdo pesquero entre la UE y Mauritania -que se celebrará en Nuakchot a mediados de este mes- ha generado muchas expectativas tanto para los barcos que ya están faenando al abrigo del pacto como para otros que estuvieron hace años y quieren volver. Por lo pronto, palangreros de fondo y merluceros gallegos ven en esta revisión del acuerdo una oportunidad para conseguir una rebaja del canon que Mauritania les cobra por cada tonelada de pescado que capturan, demasiado elevado si se tiene en cuenta que sus especies objetivo son populares, por así decirlo, y de baja cotización.

Desde la Orpal (Organización de Palangreros de Ribeira), que representa a siete embarcaciones de sendas modalidades citadas, consideran que no es una petición descabellada, toda vez que el año pasado se consiguió una rebaja para los marisqueos. Y fue un descuento nada desdeñable, del 30 %, recuerda José Antonio González, presidente de la Orpal.

Ese precedente alienta sus ambiciones, que pasan por que se reduzca la tasa de 105 a 70 euros por tonelada para los palangreros, y de 90 a 60 la de los merluceros. Y es que 105 euros por tonelada de una especie como es la palometa negra, que en sus mejores días se paga a dos euros en lonja el kilo, parece excesivo. Sobre todo cuando hay temporadas, como el verano o las Navidades, en las que es hasta difícil colocarla en el mercado. Y eso, a pesar de que son estos barcos, ya sea desde Mauritania o desde Marruecos, los únicos que abastecen de palometa al mercado nacional, que llega en camiones a Vigo desde Nuadibú.

Engorros para salir del país

Pero la rebaja del canon es solo una de las mejoras que quieren introducir en el acuerdo. El próximo martes, fecha en la que Bruselas ha convocado a los armadores para preparar la comisión mixta, la Orpal expondrá al Ejecutivo comunitario todos los problemas que tienen a la hora de abandonar el caladero. Según explica José Antonio González, «o máis rápido que podes saír son dous días, indo todo ben». La media está en cuatro. Eso, cuando se trata de volver a Galicia de descanso, puede asumirse, pero es excesivo cuando se trata de una urgencia, como es el caso de una avería, dado que en Nuadibú, donde operan, no hay talleres de reparación. Es lo que, relata González, le ocurrió a un arrastrero de Marín, que tuvo que esperar cuatro días antes de poder ir a Las Palmas para solucionar el problema. Y todo por el miedo de Mauritania a que el barco se marche sin pagar, cuando tienen un consignatario en el país que puede responder por ellos, algo que Bruselas debería hacer ver a Nuakchot.

Otra petición que realizan es la de crear una licencia única para pesca demersal, algo que permitiría a los palangreros capturar merluza negra en aquellas épocas en las que la palometa se desploma en el mercado. Como argumento para esa unificación, esgrimen los informes científicos mauritanos, que certifican la buena situación de la merluza.

Los cefalopoderos confían en regresar al caladero para pescar merluza, calamar y chopo

Desde que en el 2012 fueron expulsados de Mauritania por la negativa de las autoridades a conceder licencias de pulpo, los cefalopoderos gallegos siempre han suspirado por volver a ese caladero africano para el que muchas de esas embarcaciones fueron concebidas. Después del desguace de muchos y la venta de otros, los supervivientes, mal que bien, se han ido recolocando. Ahora Marruecos, ahora Bisáu, ahora Senegal; Malvinas, incluso... Pero siempre con la esperanza de regresar a aguas mauritanas. Y ven en la comisión mixta que se celebrará a mediados de mes una puerta abierta por la que poder colarse. No como cefalopoderos, pues tras tantas negativas lo descartan -al menos por ahora-, pero sí bajo la fórmula que usaron en Marruecos: reconvertidos en congeladores de arrastre demersal.

Categoría 4

Esa licencia, de la denominada categoría 4, les daría la posibilidad de pescar en aguas mauritanas merluza negra y podrían tener cabida entre 6 y 8 barcos. Ahora bien, que esa puerta esté franqueada no quiere decir que los cefalopoderos estén dispuestos a traspasarla sin mirar qué hay detrás. Antes tienen que conocer bajo qué cláusulas operarían en el país. «Depende da zona en que nos permitan traballar e as condicións técnicas que nos porían», apuntan fuentes de la Asociación Nacional de Buques Cefalopoderos (Anacef). En ese aspecto, las capturas accesorias que se les permitiría comercializar son básicas. Ven poco probable que se les permita vender el pulpo que entre, pero confían en que sí puedan hacerlo con el calamar y el choco, pues sí que «hai excedentes».

El veto al aceite de pescado

En ocasiones, los barcos merluceros capturan gata, una especie cuyo hígado se aprovecha para aceite de pescado, un producto de elevada cotización que complementa lo que se ingresa por la merluza. Esa posibilidad de ganancias queda cortada de raíz porque Mauritania prohíbe desembarcar el aceite. Las autoridades del país interpretan que se trata de un producto transformado que no puede hacer un barco que se dedica al fresco. La Orpal pide a Bruselas que demuestre por medios científicos que no hay manipulación alguna a bordo del buque, sino una simple descomposición natural del hígado de la gata cuando se almacena.