La Justicia acaba de sentenciar que el bivalvo que no certifique la DOP no podrá aludir a la comunidad
20 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.A ningún productor de albariño se le ocurre estar fuera del consejo regulador de la denominación de origen Rías Baixas. Ningún criador de vacuno de prestigio quiere quedarse al margen de Ternera Gallega. Sin embargo, los mejilloneros son reacios a incorporarse a la que en su día fue la primera denominación de origen protegida (DOP) concedida a un producto del mar en toda la Unión Europea. El Consello Regulador do Mexillón de Galicia lleva años luchando en solitario por hacer valer un sello de calidad para el que la sentencia del Mercantil de Pontevedra contra la firma Javimar, ratificada por la Audiencia, supone un espaldarazo. El presidente del organismo, Francisco Alcalde, cree que esto marcará un punto de inflexión. Porque quien quiera hacer valer el origen gallego del bivalvo tendrá que hacerlo a través de Mexillón de Galicia. O renunciar a emplear el nombre de Galicia.
¿Quién está en la DOP Mexillón de Galicia? ¿Cómo se entra?
Mejilloneros, cocederos, depuradoras y conserveras. El sello está presente en el mercado nacional a través de más de 40 marcas y en más de un centenar de formatos: está en fresco, conserva, congelado, pasteurizado o refrigerado.
Para acceder hay que presentar una solicitud de alta en el registro de la DOP, ya se trate de una batea de la que se quiere certificar el producto o una empresa de elaboración o transformación. A partir de ahí, la empresa es sometida a una auditoría que valora si está en condiciones de cumplir los requisitos que exige el sello de calidad. Si la supera, se da de alta en el registro y empieza a producir. La empresa Bureau Veritas lleva el control de las descargas, el seguimiento y el balance de calidad. El ente que vela por la DOP sufraga las auditorías. Se paga una cuota de inscripción y otra mensual.
¿Qué diferencia a esta DOP de otras?
En principio, nada. A pesar de ser la única otorgada a un producto del mar, sigue el reglamento comunitario que regula las denominaciones de origen. Pero si en el caso de otras certificaciones, como es el caso de Rías Baixas, se entiende que nadie puede etiquetar un vino con esa denominación si no se está dentro del Consello Regulador, por más que sea la mejor uva albariña que pueda haber en las rías, no ocurre lo mismo con el mejillón gallego. Se permite -Francisco Alcalde prefiere decir «permitía»- etiquetar como gallego cualquier bivalvo que saliese de las rías, estuviese o no amparado por la DOP.
¿Emplean el sello la mayoría de productores?
No. Son más los que están fuera de la DOP que dentro. Pero ya hubo menos. Hay 1.150 bateas certificadas, cuando son algo más de 3.300 en total, y cerca de 40 empresas. El año pasado se pusieron en el mercado 33.114 toneladas de bivalvo con sello. Apenas el 14 % de toda la producción de mejillón gallego y fue la más alta lograda desde que existe la DOP. La lectura que hace la industria es que el 86 % del molusco que se comercializa en fresco y el 96 % del enlatado no están certificados.
¿Por qué no se apuesta por la diferenciación?
Las versiones difieren. Incluso entre los productores no hay un argumento común. Para el Consello Regulador, ese flojo respaldo del sector se debe, sobre todo, a la permisividad de la Administración que tutela el sello, que en vez de promocionar la marca de calidad sembró dudas sobre el alcance real de la protección, al sostener siempre que la conserva quedaba fuera, en contra del propio pliego de condiciones de la DOP.
Ese es el argumento que maneja la patronal conservera para defender su derecho a seguir enlatando mejillón gallego al margen del Consello y de su etiqueta: que la denominación solo afecta al fresco, no a la conserva y ni al congelado. Y así se lo ha trasladado, explican, la Comisión Europea en respuesta a su pregunta. La atomización y los enfrentamientos entre organizaciones de productores -entre ellas mismas y con el propio Consello-, los colocan en uno u otro bando. La patronal Anfaco achaca a esas luchas intestinas y, sobre todo, al enfrentamiento entre el Consello y la consellería el problema que ha acabado en los tribunales.
¿Por qué la conserva es reacia a entrar en la DOP?
Anfaco aduce que es una marca que no da valor al producto. De hecho, asegura que en el mercado pueden encontrarse latas de mejillón con sello de la DOP más baratas que las que no lo llevan. Critica que se otorgue la marca a cualquier mejillón que supere el 12 % de rendimiento en carne, cuando las conserveras enlatan con un 18, 25 o 30, e independiente de que se cultive en la boca o en el fondo de la ría. «Todo vale». La aceptarían si diera valor y se les diese entrada en el Consello, pues la conserva «da cara y ojos» al mejillón. Desde el ente regulador, sin embargo, sostienen que hay otros intereses y no ocultan la vinculación de muchas grandes conserveras con la producción de mejillón chileno.
¿Por qué denunció el Consello Regulador a la empresa Javimar?
Por infracción de la denominación de origen y por competencia desleal al enlatar mejillón, en unos casos gallegos y en otros no, y rotular los envases con leyendas como «de las rías gallegas», «fabricado en Galicia» y «envasado en Galicia». El juzgado de lo Mercantil de Pontevedra dio la razón al Consello y ordenó a la conservera de Ribadumia a retirar sus latas del mercado y a indemnizar al ente regulador. El fallo lo ha ratificado la Audiencia.
¿Qué dice la sentencia de la Audiencia Provincial?
Desestima el recurso de Javimar al interpretar que el uso de cualquier mención que evoque a Galicia para comercializar mejillón no amparado por la DOP es una infracción con independencia de que el origen del producto sea precisamente ese, Galicia. Y esa evocación no tiene por qué consistir en calcar la denominación, sino que es suficiente con evocarla: «al estilo gallego», «tipo», «producido en» o, como era el caso de Javimar, «elaborado en las rías gallegas». El tribunal, además, mete el dedo en la llaga al decir que no acepta el argumento de que la DOP solo protege al producto en fresco y señala que «resulta evidente que el empleo del mismo producto bajo una forma de comercialización diferente -en conserva- resulta incluido en el ámbito de protección de la DOP». De no ser así, los entes reguladores «carecerían de un sistema efectivo de protección, permitiendo usar la denominación de mejillón de Galicia para especies diversas producidas en otras zonas geográficas, o con técnicas de producción diferentes, lo que subvierte de forma evidente todo el sistema comunitario de protección de las DOP». Hace una interpretación amplia, mucho más de la que le daba la Consellería do Mar, y solo permite emplear mejillón de Galicia al que se ha certificado como Mexillón de Galicia.
¿Qué ocurrirá ahora?
Hay varias versiones. El Consello está convencido de que esta sentencia será un punto de inflexión, pues, a partir de ahora, quien pretenda hacer gala del origen gallego del mejillón tendrá que hacerlo a través de la DOP. La consellería ha encargado un dictamen para saber el alcance real de la sentencia y si realmente solo pueden presumir de gallegas las latas elaboradas con mejillón certificado. Para la patronal no va a cambiar nada, al menos mientras se siga la anulación por parte del TSXG del reglamento de la DOP. «Ha sido eliminado y no se ha hecho uno nuevo», recuerda Juan Manuel Vieites, secretario general de Anfaco.