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El clan de los Vidal pagó en menos de 24 horas los 600.000 euros de las fianzas

Javier Romero Doniz
Javier Romero REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

CARMELA QUEIJEIRO

Los detenidos volvieron a la calle tras tres noches en calabozos de A Coruña y Madrid

11 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

No le faltaba razón a la magistrada de la Audiencia Nacional Carmen Lamela cuando, en sus autos de ingreso en prisión de los seis detenidos en el marco de la operación Yuyus, argumentaba que la familia Vidal cuenta con abundantes recursos económicos para disponer de ellos de forma inmediata. Dicho y hecho. La jueza instructora ordenó el miércoles, a media tarde, la entrada en la cárcel de cinco integrantes de esta familia propietaria de la empresa Vidal Armadores, y de otra persona que trabaja en la firma. Y el jueves, de mañana, apenas 17 horas después de que la magistrada los enviara a prisión, la Audiencia Nacional recibió la confirmación del pago de los 600.000 euros de las fianzas (100.000 por cada uno).

A lo largo de la tarde, y según informaron fuentes oficiales, los detenidos Antonio Vidal Suárez, Tucho el Coyo; sus hijos Antonio, Ángel y Belén Vidal Pego; Joaquín Manuel Pérez Mariño y Francisco Rama Gago, todos ellos acusados de cuatro delitos -contra el medio ambiente por la pesca ilegal de especies protegidas en la Antártida, blanqueo de capitales, falsedad documental y organización criminal-, recuperaron la libertad tras cuatro días detenidos. Lo que no había trascendido al cierre de esta edición es si ya habían regresado a su localidad habitual de residencia, Ribeira, o seguían en Madrid.

Entre las conclusiones recogidas en los autos por la magistrada que instruye la causa (cuya investigación policial está dirigida por la Interpol y coordinada en España por la Unidad Central Operativa Medioambiental de la Guardia Civil) figura que la familia Vidal actuaba, presuntamente, como una asociación criminal organizada piramidalmente con tres escalafones muy definidos. Los Vidal, trabajando como «grupo organizado», estarían en la parte más alta. Aquí, además de Tucho el Coyo y sus tres hijos, figura la esposa del patriarca, Manuela Pego Sampedro, y el ya citado Joaquín Manuel Pérez Mariño, casado con Belén Vidal.

«Dentro del grupo, en un círculo cercano a los dirigentes y realizando cometidos relevantes, se encontraría otro grupo de personas con responsabilidades como la contabilidad, gestión de personal, logística de los buques y similares», concluye Carmen Lamela, que añade: «En el último escalón se encontrarían las personas que ocupan cargos de responsabilidad en los buques, generalmente de nacionalidad española y de plena confianza de la dirección del grupo (capitanes de barco, patrones de pesca, responsables de máquinas...)».

Los citados autos judiciales concluyen que los delitos que se les atribuyen por igual a estas seis personas conllevan una pena de cárcel «muy superior a los dos años».

Sea Shepherd felicita a las autoridades españolas por las detenciones

Sea Shepherd, la organización conservacionista a la que sin lugar a dudas se debe esta oleada de desgracias para los últimos piratas del Antártico, felicita a las autoridades españolas por el apresamiento de seis de los miembros de una de las más notorias compañías vinculadas a la pesca ilegal de merluza negra, precisamente por eso, por un delito contra el medio ambiente al capturar especies protegidas en zonas especialmente sensibles y con redes cuyo empleo está prohibido en esos caladeros, entre otras acusaciones.

La asociación recuerda que tres de los seis bandidos -como Sea Shepherd denomina a las embarcaciones que seguían ejerciendo el pirateo en aguas del continente blanco y contra los que lanzó el año pasado su operación Icefish- estaban vinculados a Vidal Armadores: el Kunlun, el Yongding y el Songhua. Y también parecen probados los vínculos con el Tiantai, que en los autos de la Audiencia aparece como Reefer Luoyang.

Sea Shepherd aplaude que tras una década envueltos en un velo de misterio, por fin se haya desentrañado la madeja de empresas y sociedades pantalla, dejando ver la cara descubierta de la cúpula de la piratería. La organización subraya la importancia de la implicación de la Interpol en la lucha contra la pesca ilegal y que acabar con ella requiere de la colaboración internacional; un problema global debe atajarse de una forma también global.