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El pesquero pirata «Kunlun» huye de Tailandia sin pagar la multa

espe abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

Bangkok sopesa enviar un buque de guerra en su persecución

10 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando el lunes pasado los agentes de Aduanas de Tailandia realizaron la rutina diaria de coger los prismáticos para observar el lugar en el que desde marzo pasado permanecía fondeado el Kunlun -retenido en Phuket como sospechoso de haber pescado ilegalmente en la Antártida-, no consiguieron atisbar la silueta del desvencijado pesquero de 625 toneladas. «Miramos y el barco se había ido», explicó Charoen Chamniklang, jefe de Aduanas al periódico local Puketwan news.

Zarpó sin permiso y sin haber satisfecho la multa de dos millones de bahts (50.000 euros) impuesta al capitán del barco y a la comercializadora, South Service, por falsear la carga del pesquero, tras comprobarse que se había etiquetado como mero gigante (Epinephelus lanceolatus) lo que en realidad eran 182 toneladas de merluza negra (Dissostichus eleginoides).

Por si fuera poco el simpa (sin pagar), el Kunlun -que llegó ha Tailandia como Taishan- se ha dado a la fuga con las bodegas llenas, ya que en julio pasado le fueron devueltas las 182 toneladas del róbalo de profundidad que había enviado en contenedores refrigerados al puerto de Songkhla (Tailandia) para ser embarcados rumbo a Vietnam.

La huida del pesquero pirata movilizó a los mandos de Aduanas que convocaron para ayer una reunión de urgencia con la Armada tailandesa y con un representante de South Service para estudiar posibles acciones. Una de ellas es la de enviar un buque de guerra en persecución del pesquero, que navega ya por aguas internacionales.

Según explicaron las autoridades tailandesas a la prensa local, el barco podría estar surcando los mares con una tripulación de solo tres españoles. Y lo más probable es que sean gallegos, si es cierto, como sostienen algunas fuentes, que el pesquero está vinculado a la empresa ribeirense Vidal Armadores, investigada en la primera parte de la operación Sparrow, que lanzó el Ministerio de Agricultura español en busca de lazos entre armadoras gallegas y la pesca ilegal en el Antártico. De hecho, de esa localidad epicentro de la primera redada era uno de los tripulantes que tuvo que ser atendido en Tailandia tras intentar suicidarse a bordo.

La fuga del Kunlun ha indignado a la organización Sea Shepherd, que sorprendió al barco pescando en una zona prohibida del Antártico con rascos, arte también vetado.

Desde la agrupación, responsabilizan a Nueva Zelanda y Australia de la huida del pesquero, por no haber arrestado al barco en alta mar cuando tuvieron oportunidad y haberlo dejado en manos de la presión de la Interpol. Tailandia hizo lo que pudo para dilatar la estancia del Kunlun en sus aguas, pero esgrimió no disponer de leyes para castigar las actividades ilícitas cometidas fuera de sus aguas territoriales.