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Antonio Figueras Huerta: «La biotecnología marina debe ser una prioridad para Galicia»

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

Oscar Vázquez

El director del Instituto de Investigacións Mariñas de Vigo, apuesta por involucrar más a la empresa en la investigación

21 jul 2015 . Actualizado a las 16:55 h.

Diez años después, Antonio Figueras vuelve a asumir la dirección del Instituto de Investigacións Mariñas de Vigo, el mayor centro del CSIC en Galicia y uno de los referentes internacionales en su campo. Renovar una plantilla envejecida, fortalecer las redes de cooperación con otros centros de investigación, potenciar la colaboración con las empresas para transferir el conocimiento generado a la sociedad, e impulsar la creación de un nuevo centro son algunos de los objetivos de Figueras, que hasta el pasado año también fue vicepresidente del CSIC.

-Está de vuelta.

-Sí, vuelvo con más años y experiencia, pero con la mismas o incluso con más ganas.

-¿Y con nuevos retos?

-Ahora tenemos un gravísimo problema con el personal, que va envejeciendo. Uno de los grandes retos que tenemos es renovar el personal. Este año el CSIC ha convocado 100 plazas a nivel nacional, y esperamos que nos toque alguna. El objetivo mínimo es lograr entre 4 y 8 científicos en plantilla en cuatro años y una cifra equivalente de investigadores de los programas Ramón y Cajal y Juan de la Cierva.

-¿Han resistido a la crisis?

-Milagrosamente, hemos mantenido la producción científica. Incluso cuando nos comparamos con otros centros como el Max Planck alemán o el CNRS francés estamos a su nivel, lo que quiere decir que el científico español se sabe buscar la vida.

-Usted clama desde hace mucho por la necesidad de involucrar a la empresa en la financiación de la ciencia. ¿Cómo pretende conseguirlo en su caso?

-Necesitamos personal que actúe como intermediario entre la empresa y nosotros, a gente que hable el idioma empresarial. En el Max Planck -el equivalente del CSIC en Alemania- tienen a gente que se pasea por sus laboratorios y que luego entra en contacto con las compañías para desarrollar esas ideas. Aquí lo tenemos que intentar.

-Pero también falta sensibilidad hacia la financiación de la ciencia.

-Si la gente tiene la conciencia de que no se debe tocar el dinero para Educación o Sanidad, también debería tenerla para que no se toque la I+D+i. Es una inversión a largo plazo, pero fundamental para que avance la sociedad. Pero el dinero público es limitado y necesitamos una mayor participación privada, a la que habría que apoyar, por ejemplo, con incentivos fiscales.

-Usted dijo hace tiempo que Galicia debería dictar el rumbo de la biotecnología en acuicultura, con el apoyo de centros como el suyo. ¿Lo está haciendo?

-Vamos en esa dirección. Hay que poner a todos los actores de acuerdo, incluida la empresa, pero es un proceso que le toca liderar al Gobierno autonómico. La biotecnología marina debería ser una prioridad para Galicia, y no solo sobre el papel.

-¿Tendrán por fin una nueva sede o sigue en punto muerto?

-La mejor salida posible es la creación de un nuevo instituto, una infraestructura que puede costar entre 10 y 12 millones. Pero lo que está claro es que esta situación no puede continuar: tenemos que decidir pronto si nos vamos o nos quedamos. Ahora bien, si nos quedamos en Bouzas necesitamos una inversión importante para reformar el edificio, porque nuestras instalaciones se están quedando antiguas.

«El genoma del rodaballo permitirá mejorar su cultivo»

Antonio Figueras, que trabaja en inmunología y genómica y que también dirige el Laboratorio Nacional de Referencia de Enfermedades de Moluscos Bivalvos, cree que su instituto debe mantener la colaboración internacional para seguir siendo un referente en aspectos como ecología marina, cambio global, contaminación o genómica de especies marinas.

-Usted dice que su instituto puede ser referente, pero no excluyente. ¿A qué se refiere?

-Por ejemplo, en el genoma del rodaballo y el mejillón trabajamos con las universidades de Vigo y Santiago, pero también con el CRG de Barcelona y con otros centros extranjeros. Ahora mismo, la visión de un centro aislado no tiene sentido. Lo fundamental es tener buenos investigadores, pero también que sean capaces de cooperar y de crear redes de colaboración mundial.

-Llevan años con la secuenciación del genoma del rodaballo. ¿Cómo va el trabajo?

-Estamos a punto de publicar los resultados. Creo que nos vendrá muy bien para mejorar su cultivo, para seleccionar familias resistentes a enfermedades o con más o menos grasas.

-¿Y el del mejillón?

-Es más complicado, pero esperamos tener resultados este año. Esperamos encontrar moléculas bioactivas que nos permitan rentabilizar su producción, que nos sirvan para sanidad humana y animal.

-¿Cómo va el proyecto del Campus del Mar, en el que participan?

-Va en la buena dirección, pero falta algo. Tenemos todas las piezas, pero de alguna forma no acabamos de arrancar el motor. Necesitamos cooperar más. Yo quiero ser más ambicioso.