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Del consumo preferente a la fecha de caducidad o cuándo un alimento no puede aprovecharse

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso COFINANCIADO POR LA UNIÓN EUROPEA. LAS OPINIONES Y PUNTOS DE VISTA EXPRESADOS SOLO COMPROMETEN A SU(S) AUTOR(ES) Y NO REFLEJAN NECESARIAMENTE LOS DE LA UNIÓN EUROPEA. NI LA UNIÓN EUROPEA NI LA AUTORIDAD OTORGANTE PUEDEN SER CONSIDERADOS RESPONSABLES DE ELLOS.

SOSTENIBILIDAD

Fijarse en la etiqueta nos permitirá saber si todavía estamos a tiempo de consumir un determinado producto y nos ayudará a reducir el desperdicio alimentario

12 may 2023 . Actualizado a las 09:29 h.

Durante el 2021, en España terminaron en la basura más de 1,2 millones de toneladas de alimentos o, lo que es lo mismo, cada español desperdició una media de 28 kilos de comida al año. Es cierto que esta cifra es un 8 % inferior a la del anterior ejercicio, pero también lo es que sigue siendo demasiada la comida que acaba en la basura. Reducir el desperdicio alimentario es uno de los objetivos que se ha marcado la estrategia De la granja a la mesa, pues es un paso fundamental para conseguir un sistema alimentario sostenible. Diferenciar correctamente lo que significa la fecha de consumo preferente y la de caducidad es una de las formas de evitar que acaben en el contenedor alimentos que todavía están en buen estado.

Mirar la fecha en la que un alimento caduca o empieza a perder sus cualidades debería ser una práctica habitual entre los consumidores, porque eso nos permitirá evitar que ese producto acabe en la basura si no se ha consumido a tiempo. Pero también es importante aprender a diferenciar entre la fecha de consumo preferente, que se refiere a la calidad de un alimento, y la de caducidad, que habla sobre la seguridad alimentaria. 

Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), la fecha de caducidad indica el momento hasta el cual un alimento puede ser consumido de forma segura. De hecho, este organismo recomienda no comer productos a los que se les haya pasada esa fecha de caducidad. Y es que esta se aplica en alimentos muy perecederos, como el pescado fresco o la carne picada. Con este tipo de productos, resulta también fundamental seguir las instrucciones de conservación, porque mantenerlos a una temperatura inferior a la aconsejada, por ejemplo, puede deteriorarlos antes y aumentar el riesgo de sufrir una intoxicación alimentaria

El consumo preferente, en cambio, indica el momento hasta el cual el alimento conserva la calidad prevista. Pero, añaden en la Aesan, esto no significa que una vez pasada esa fecha el alimento deje de ser seguro. Puede consumirse siempre y cuando se hayan respetado las instrucciones de conservación y su envase no esté dañado. Esta fecha de consumo preferente está presente en una gran variedad de alimentos refrigerados, congelados, desecados o enlatados y se refiere solo a su calidad, es decir, que consumirlos fuera de fecha puede afectar a su sabor y textura.

Por eso desde la Asean aconsejan que, antes de tirar un alimento por haber superado esta fecha de consumo, se compruebe si tiene buen aspecto y si huele y sabe bien. Si es así, y el envase se encuentra también en buen estado, podrá ser consumido sin problema y habremos evitado que el alimento acabe desperdiciado. 

Con estos pequeños gestos, ayudaremos a que se reduzca el desperdicio alimentario. No hay que olvidarse de Europa ha hecho suyos los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas para reducir a la mitad el desperdicio alimentario en el comercio minorista y los consumidores antes del 2030. Para ello, en los últimos año se han lanzado una serie de propuestas, como concienciar a los consumidores o mejorar la comprensión y el uso de las etiquetas de fecha de caducidad y consumo preferente. De hecho, España cuenta ya con una legislación que buscar poner coto a este problema y, para ello, fomenta la donación a bancos de alimentos y entidades de carácter social, entre otras muchas cosas.